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Historia De Tepatitlán De Morelos


Enviado por   •  29 de Abril de 2015  •  7.003 Palabras (29 Páginas)  •  263 Visitas

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Resumen Histórico

La Conquista, La Colonia y El Virreinato

Tepatitlán existe como centro de población desde antes de La Conquista, habitado por los indios tecuexes cuyo nombre significa "crueles y sanguinarios". Según las crónicas antiguas, cuando los aztecas iniciaron allá por el año 1200 DC su peregrinación procedentes de Aztlán, rindieron por la fuerza de las armas a todos los pueblos por donde pasaron, rumbo a la laguna donde según la leyenda encontrarían un águila posada sobre un nopal, y devorando una serpiente, pero le sacaron la vuelta a Tecpatitlán, que siendo un pueblo pobre y belicoso en extremo, no valía la pena enfrentarlo.

Según el cronista P. Tello, el capitán Pedro Almíndez Chirinos, de las huestes de Nuño Beltrán de Guzmán, llegó a Tepatitlán el año de 1530, tras de la cruenta batalla de Coyna (Tototlán), y fue recibido amistosamente por el cacique Mapelo (Mapilli), quien lo agasajó y condujo hasta la tierra de los zacatecos. En esta región el indigenismo y la hispanidad fueron dos corrientes históricas que transcurrieron juntas, pero no llegaron a mezclarse como en otras regiones: ni los indios lo propiciaron y los españoles tampoco… Hasta 1707 (177 años después de La Conquista) Tepatitlán era pueblo de indígenas donde no podían entrar los españoles. Discriminación "al revés" que se dio en algunos poblados alteños, y que no muchos historiadores consignan. En 1707 se fundó la Villa de San José de Bazarte para los españoles y criollos, pero tuvo una vida efímera, porque en 1770 se tuvieron que rematar sus bienes por un adeudo. Los españoles siguieron necesitando de la licencia real para habitar en pueblos indígenas.

Cuando la rebelión de El Mixtón en 1541, a donde confluyeron los indígenas desde las lejanas costas de Cihuatlán en el Pacífico hasta la Sierra de Comanja y Durango, los tecuexes de Tepatitlán no concurrieron a la batalla, por la amistad de su cacique Pantécatl con el capitán español Juan de Villalba, y de esa manera se libraron de la extinción, ya que según el cronista Tello, murieron cinco de cada seis nativos que subieron al cerro […] FOTO MURAL 5 SIGLOS…

El Virreinato

Apenas 10 años después de semejante masacre étnica, una terrible epidemia de chahuistli o cocolistli que se cebó exclusivamente en los naturales, el cronista repite el dato: murieron cinco de cada seis indígenas, con lo que casi se despobló el territorio… Y no fue una peste exótica, sino una simple influenza española contra la que los indios no poseían defensas. ¡Hasta las epidemias eran racistas!

Finalizada la etapa de La Conquista, nuestra gente vivió durante El Virreinato la vida plácida pero activa que propiciaba la ganadería extensiva y el cultivo de las tierras, interrumpidos sólo por esporádicos ataques de los chichimecas. La existencia giraba en torno de la iglesia y sus enseñanzas; todas las rancherías asistían a misa los domingos y los mesones apenas daban abasto para contener el gran número de cabalgaduras.

La Guerra de Independencia

Durante la Guerra de Independencia el grueso de la población tepatitlense estaba a favor del "orden establecido", lo que equivale a decir que era realista, y a pesar de ello, algunos, como el coronel Albino Barajas, Antonio Segura y pocos más, pelearon al lado del Padre Hidalgo y estuvieron con él en la Abolición de la Esclavitud y en la Batalla del Puente de Calderón, jurisdicción de Tepa en ese tiempo. […] BATALLA DE CALDERÓN (descripción)

Durante las Guerras de Reforma, Tepatitlán elevó su protesta junto con 87 de los 103 municipios existentes en Jalisco, en contra de esas leyes "que no interpretaban el sentir de su gente", y 134 prohombres del municipio, firmaron ese manifiesto.

La Intervención Francesa

Cuando la Intervención Francesa estuvo aquí acantonada la Legión Extranjera, zuavos argelinos del norte de África, que no fraternizaron con la población, y eso echa por tierra el mito de que "un batallón francés se perdió aquí", y que dio origen a tanta gente rubia de ojos de color azul o verde.[…] Tres tepatitlense connotados tomaron parte en esa lucha contra el ejército invasor: El coronel Antonio Rojas, un forajido que se enroló en las "gavillas juaristas" […] BIOGRAFÍA Y FOTO. El General Juan N. Ibarra, firmante de la Constitución de 1857[…] BIOGRAFÍA Y FOTO y el coronel Zeferino Martín del Campo.

Cuando el Presidente Juárez, una vez lograda la paz, licenció su ejército, una masa de 40,000 hombres, que sólo sabían combatir y matar, se halló de pronto desocupada y por todo el país proliferaron las gavillas de salteadores de caminos. La inseguridad era una constante de esos tiempos hasta que el Presidente Porfirio Díaz encargó al sanmiguelense Gral. Francisco Ramírez aquel "mátalos en caliente" y pacificó la región.

La Revolución Mexicana

De la Revolución Mexicana en Tepatitlán puede decirse que llegó y se fue, porque no habiendo aquí las grandes haciendas y latifundios que en otras latitudes, ni peones acasillados ni tiendas de raya, no había materia para alimentar la hoguera revolucionaria. Circularon profusamente los "bilimbiques" o billetes de la Revolución, tan hermosos como carentes de valor, emitidos por las diversas facciones en pugna, y algunos comerciantes locales, obligados a vender sus mercancías a la soldadesca, fueron a la quiebra, pero salvo eso, y los préstamos forzosos que algunos generales impusieron al ayuntamiento y al Sr. Cura, mas la expropiación que hicieron de los fondos de la Tesorería Municipal, podemos decir que aquí no pasó nada…

En efecto, el dueño de la "casa grande" -que no hacienda- era el pariente rico y sus parientes pobres eran los medieros y peones, que lo respetaban como a un verdadero patriarca, y él los trataba con cierto paternalismo, que no excluía las jornadas de sol a sol que se acostumbraban en esos tiempos, ni el mísero jornal de "dos reales y almud de máiz" (SIC), y sin embargo no había rebeliones. Si bien hubo terratenientes que practicaban asiduamente la injusticia social con sus jornaleros y peones, no eran una mayoría significativa como para justificar la violencia colectiva. Años después, sin embargo, hubo un acontecimiento violento que marcó para siempre a la región:

La Guerra Cristera

Llamada así porque el grito de guerra de los alzados

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