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Historia Economica Australiana


Enviado por   •  11 de Julio de 2013  •  2.713 Palabras (11 Páginas)  •  414 Visitas

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Entre 60 mil y 120 mil años atrás arribaron, según se estima, los primeros habitantes de Australia desde el sudeste asiático, si bien no es posible definir con precisión si se trataba de un grupo racial homogéneo.

Estos pueblos llamados «aborígenes» por los europeos, hablaban más de 260 lenguas que expresaban la identidad de diferentes culturas. Había rasgos comunes entre ellos: eran recolectores y cazadores seminómadas. La unidad económica y social básica era el clan, que administraba el uso de la tierra y resolvía los problemas ecológicos y sociales. La familia era la unidad social fundamental, autosuficiente para abastecerse y alimentarse en el marco del clan.

En el siglo XII de nuestra era, cartógrafos y navegantes portugueses se debatieron sobre la existencia de una terra australis incógnita. En el siglo XVII, navegantes holandeses avistaron la costa noroccidental y sudoriental de la actual Australia, sin interesarse por esos territorios. Los viajes del británico James Cook, en el siglo XVIII, dieron comienzo a la colonización del continente.

En 1788, Gran Bretaña estableció en Botany Bay, costa oriental, una colonia penal donde fueron condenadas y enviadas 736 personas. La situación era ideal, pues poco tiempo antes se habían perdido las colonias americanas, que alojaban gran parte de la población carcelaria. Los nativos fueron despojados de las tierras de cultivo y pastoreo más ricas, que pasaron a ser propiedad de los colonizadores, ignorando las legislaciones internacionales y británica que consagraba el derecho de los aborígenes a su territorio. Oficiales británicos, y colonos libres, en 1797 comenzaron a trabajar la tierra, poblándola con ovinos que incentivaron el comercio textil. Estas actividades serían el pilar de la economía australiana durante más de un siglo, sometiendo a la mano de obra esclava. Los condenados construyeron puentes y carreteras, también trabajaron la tierra y fueron sirvientes de la creciente población terrateniente.

Entre 1787 a 1857, más de 160 mil reclusos (ladrones, marineros desertores y opositores irlandeses), fueron destinados a Australia. En las diversas colonias del país, las penitenciarías y los gobiernos locales quedaron en manos de militares de alto grado designados por la Corona. Sus funciones consistían en vigilar la población carcelaria y encargarse de la defensa ante posibles ataques de otras potencias europeas. Esta situación se mantuvo incambiada hasta el siglo XIX.

El 80% de los aborígenes murió en guerras por el control de la tierra. A medida que vencían su resistencia, los aborígenes fueron progresivamente relegados a las zonas más inhóspitas de Australia. Aunque el objetivo no era el genocidio, en los hechos así sucedió en algunas partes del país. Los registros revelan que en 1871 existían únicamente 879 aborígenes en Victoria y menos de una decena había sobrevivido en Tasmania. También la exposición a enfermedades llegadas con los europeos causaron muchas víctimas entre los indígenas. Familias enteras fueron envenenadas, desplazadas de sus tierras a la fuerza y confinadas en reservas británicas. Muchos de los sobrevivientes, completamente derrotados, fueron obligados a firmar «contratos laborales» escritos en inglés –idioma que desconocían– donde eran obligados a trabajar en régimen de esclavitud como sirvientes domésticos o peones agrícolas sometidos a una severa disciplina. En ese proceso, se debilitaron los derechos de los aborígenes sobre la tierra y, gradualmente, también su cultura.

La estratégica ubicación del continente también fue importante para que los británicos controlaran su red naval mundial. En un principio el país sirvió de válvula de escape a las tensiones sociales creadas por el avance industrial en Gran Bretaña. En la década de 1830, el gobierno y los inmigrantes, que disfrutaban de trabajo y comida en abundancia, alentaron la llegada de personas de pocos recursos desde Gran Bretaña e Irlanda.

La ganadería y la explotación de grandes yacimientos de oro, y de otros minerales, impulsó la economía entre 1830 y 1860. Buscadores de oro de Gran Bretaña, Estados Unidos, Polonia, Alemania, Italia y China acudieron a las colonias de Nueva Gales del Sur y Victoria a principios de la década de 1850. En noviembre y diciembre de 1854, mineros de oro de Ballarat, Victoria, se rebelaron contra el precio excesivo de los permisos de exploración. Bajo la bandera de la Cruz del Sur, 10 mil de ellos se congregaron en Bakery Hill y exigieron el derecho a votar en las elecciones. Treinta murieron en defensa de la Eureka Stockade (estacada), construida por los mineros para resistir ante los soldados de la colonia. La bandera de la Cruz del Sur sigue siendo, hasta el día de hoy, un popular símbolo de resistencia ante el autoritarismo.

Los administradores británicos arrendaron grandes extensiones de tierra, provocando que, al final del período de la Gold Rush (Fiebre del Oro), todas las tierras fértiles de las colonias estuvieran en poder de los ricos terratenientes (squatters). La necesidad de «destrabar las tierras» hizo que las colonias aprobaran leyes que permitían la subdivisión de las tierras de los squatters para ponerlas al alcance de pequeños agricultores colonos (selectors). Aunque estas leyes tuvieron un éxito limitado, el poder de los squatters fue debilitado en ciertas zonas, especialmente en Queensland y Victoria.

Mientras tanto, en las ciudades surgió un movimiento obrero con gran poder de convocatoria. En el siglo XIX, los sindicatos australianos alcanzaron logros que el proletariado europeo distaba de obtener, como la jornada laboral de ocho horas para los albañiles de Nueva Gales del Sur y Victoria, lograda en 1856. La urbanización de la isla acompañó el desarrollo industrial. Sydney y Melbourne devinieron en grandes centros urbanos. La demanda de productos australianos en el mercado mundial y el bajo costo de la tierra alentaron el masivo arribo de inmigrantes, principalmente británicos, consolidándose la clase media y una rica burguesía industrial que transformó la vida del país. Entre 1860 y 1890 los gobiernos liberales dominaron la escena política.

En la década de 1890, una base de poder político surgió tras las huelgas de mineros, estibadores y esquiladores, alcanzando una unificación y la representación de las clases obreras. En 1891 los candidatos laboristas ganaron 36 de las 45 bancas que se disputaron en la Asamblea Legislativa de Nueva Gales del Sur y de esa forma mantuvieron el equilibrio del poder. Un dirigente del Partido Laborista Australiano (PLab) fue elegido primer ministro en 1908.

La aprobación de la Constitución –redactada entre 1897 y 1898– por el parlamento británico, estableció una confederación de colonias australianas autónomas. En 1901, las seis colonias (Nueva

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