La Confederación Argentina

Confederación Argentina

(1853-1861)

En 1852 Urquiza, convocó a una reunión de gobernadores en San Nicolás para discutir la constitución política del país. El acuerdo de San Nicolás, firmado en 1852, proclamaba al Pacto Federal de 1831 como ley fundamental de la República y es así como el federalismo volvía a triunfar. En este convenio se aseguraba la libre navegación de los ríos, la distribución proporcional de las rentas nacionales y la libertad de comercio en todo el territorio. Además, llamaba a un Congreso Constituyente que se realizaría en Santa Fe, y al cual concurrirían todas las provincias con igual representación que actuarían con la mayor libertad de voto y no podrían ser juzgadas ni acusadas por sus opiniones.

También se designaba a Urquiza Director Provisorio de la Confederación y se le otorgaban facultades ejecutivas y militares.

Buenos Aires, que tenía ideas unitarias, se negaba a que las provincias tuvieran el mismo número de diputados y a que se realizara el Congreso en Santa Fe, porque no podría controlarlo ni imponer sus ideas. Además se opuso a que un caudillo del interior, como lo era Urquiza, fuera nombrado Director Provisorio de la Confederación Argentina. Tampoco aceptaba que las provincias aportaran un porcentaje de lo recaudado por su comercio exterior al mantenimiento del gobierno, porque, de ese modo, Buenos Aires sería la provincia que más aportaría.

Fue por todo esto que Buenos Aires rechazó el Acuerdo y en Septiembre de 1852 terminó por estallar una revolución. Esto significó la desvinculación de Buenos Aires de la Confederación, provincia que no reconocía al Congreso de Santa Fe como autoridad nacional y retiró a sus dos diputados.

Después de todo esto la Confederación sancionó una Constitución en 1853 que se basaba en las ideas liberales, progresistas y positivistas propuestas por la generación del 37 (Sarmiento, Alberdi, etc.). Se tomó como modelo la Constitución de los Estados Unidos, y se establecía el voto universal, la educación primaria gratuita y al país como un sistema federal, que no se pudieron llevar a la práctica en Argentina en ese momento. Además, en esta Constitución se establecía que Buenos Aires sería la capital de la Confederación argentina, pero el gobierno nacional no tenía las fuerzas suficientes para hacerle frente, por lo que se tuvo que nombrar a Paraná como la capital de la confederación.

Al separarse Buenos Aires, las autoridades de la confederación fueron privadas de la única fuente de recursos significativa: el puerto. El gobierno central contaba solamente con las recaudaciones de Entre Ríos, el ingreso proveniente de unas pocas operaciones de crédito interno y pequeñas contribuciones de los gobiernos de Córdoba, Mendoza y Santa Fe. Esta escasez de recursos

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