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La Curva de Kuznets Ambiental


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2014  •  Tesinas  •  9.193 Palabras (37 Páginas)  •  260 Visitas

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Resumen

La Curva de Kuznets Ambiental (CKA) ha sido probablemente el tópico más analizado en la economía ambiental en los últimos años. Puntualmente, la hipótesis sostiene que entre el producto y cualquier medida de contaminación plausible de ser utilizada como indicador de degradación ambiental se verifica en el largo plazo una relación funcional con forma de U invertida, por lo que el daño ambiental es una función creciente del nivel de actividad económica hasta un determinado nivel crítico de renta a partir del cual mayores niveles de renta se asocian a niveles progresivamente mayores de calidad ambiental. Sin embargo, varios de los argumentos que sirven de sustento teórico a la hipótesis no resultan mayormente operativos en las circunstancias económicas, sociales e institucionales propias de países en desarrollo. En particular, la desigualdad en la distribución del ingreso y la fragilidad del marco institucional en materia ambiental debilitan los principales fundamentos que sostienen esta hipótesis, quitando relevancia a la conveniencia de esperar y crecer para alcanzar mejoras en la calidad ambiental.

En este contexto, el objetivo de este trabajo es revisar los argumentos teóricos que sirven de soporte a la CKA y analizar las particularidades que los mismos enfrentan en el caso de países en desarrollo, dejando en evidencia la importancia que la política ambiental adquiere en estos últimos para mejorar las condiciones de vida de la población.

Artículo

1. Introducción

Desde principios de la década de 90, y a partir de una serie de trabajos pioneros en el tema, entre los que se destacan Grossman y Krueger (1991), Shafik y Bandyopadhyay (1992) y Panayotou (1993), la discusión acerca de la relación entre crecimiento económico y medio ambiente se ha centrado en el análisis de la hipótesis conocida como Curva de Kuznets Ambiental (CKA), así llamada por su similitud con la relación que Kuznets (1955) estableciera entre crecimiento económico y desigualdad en la distribución del ingreso.

La CKA sostiene que entre el crecimiento económico y la degradación ambiental existe una relación funcional con forma de U invertida, lo que significa que el deterioro ambiental es una función creciente del nivel de actividad económica hasta un determinado nivel crítico de renta o turning point a partir del cual mayores niveles de renta se asocian a niveles progresivamente mayores de calidad ambiental.

Dado esto, la pendiente en forma de U invertida que propone la hipótesis contiene dos mensajes con fuertes implicaciones de política. El primero es que el producto bruto interno es al mismo tiempo la causa y la cura del problema ambiental (Galeotti, 2006). Según la CKA, la degradación ambiental es un costo necesario para sostener el proceso de crecimiento en sus etapas más tempranas, pero una vez superado determinado nivel crítico, sucesivos aumentos de producto redundan en mejoras en la calidad ambiental. El segundo mensaje es que si bien el crecimiento económico precede a la degradación ambiental en la etapas tempranas del proceso, al final la mejor —y probablemente la única- manera de alcanzar un entorno ambiental adecuado en la mayoría de los países es que éstos se vuelvan ricos (Beckerman, 1992).

Ambas afirmaciones pueden sin embargo ser fuertemente cuestionadas. La primera, porque descansa sobre el supuesto de que todo daño ambiental es plausible de ser revertido, y resulta evidente que gran parte del mismo se encuentra sujeto a un elevado grado de irreversibilidad1. La segunda porque tiene graves implicaciones para los países en desarrollo. En primer lugar, porque supone implícitamente que el crecimiento económico traerá consigo la transferencia tecnológica necesaria para alcanzar mayores niveles de calidad ambiental, dando por sentado que los únicos obstáculos que enfrenta dicha transferencia son de carácter temporal2. En segundo lugar, porque aquellos países sumidos en una situación de trampa de pobreza3, en la medida en que no sean capaces de superarla y alcanzar el punto de transición, no serán capaces de revertir la tendencia creciente en la relación entre degradación ambiental y crecimiento económico. De esta manera, la trampa de pobreza conllevará inexorablemente una trampa ambiental que persistirá en el tiempo. La situación es aún más crítica si se considera que, aún superando la trampa de pobreza a través de unbig push que posicione a la economía sobre el sendero de un equilibrio estable a un nivel de renta mayor, es probable que la escasa capacidad institucional y los obstáculos a los que se enfrentan estos países en materia de transferencia tecnológica, no permitan superar de modo automático la trampa ambiental. En otras palabras, aún en los casos en que la trampa de pobreza fuera eventualmente superada, los países en desarrollo podrían quedar permanentemente sumidos en una situación caracterizada por condiciones medioambientales adversas.

Pese a que en los países en desarrollo la actividad económica ejerce una mayor presión sobre los recursos naturales4, la distinción entre éstos y los países más avanzados pierde relevancia en el marco de la CKA, si se considera que el daño ambiental es un problema global (Schelling, 1992). Lejos de desalentar las mejoras de eficiencia energética en los países desarrollados, esta conclusión pretende destacar la importancia de que los avances tecnológicos que generen mejoras en la calidad ambiental se derramen hacia las economías menos desarrolladas. La cuestión clave en este punto radica en el reconocimiento de que, si bien el fortalecimiento de la regulación ambiental en países desarrollados ha logrado grandes avances en la minimización de los efectos negativos sobre la calidad ambiental dentro de sus fronteras, los mismos han relocalizado sus industrias más contaminantes en países en desarrollo. De esta manera, a las condiciones adversas inherentes a prácticas no sustentables de producción y consumo en estos últimos, se suma la actividad contaminante que se desarrolla en ellos en virtud de sus bajos —o incluso inexistentes— estándares de calidad ambiental.

Dado que el objetivo de este trabajo es llevar adelante una revisión sobre los fundamentos teóricos de la CKA y las particularidades que éstos presentan en países en desarrollo, el estudio del planteo formal de la hipótesis queda fuera de su alcance. No obstante esto, cabe mencionar los trabajos de modelización de la hipótesis de Chimeli y Braden (2002), Xepapadeas (2003) y Dinda (2005); los trabajos de Kahn (1998); Pfaff et al. (2004a y 2004b), y Bravo y Marelli (2007), que desde una perspectiva micro, plantean la CKA como un fenómeno basado en decisiones de agentes individuales, y el trabajo de

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