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La Educacion Socialista En El Sexenio Cardenista


Enviado por   •  12 de Junio de 2013  •  2.284 Palabras (10 Páginas)  •  612 Visitas

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La educación socialista en el sexenio Cardenista.

Lázaro Cárdenas del Río gobernó México como Presidente de la República del 1 de diciembre de 1934 al 30 de noviembre de 1940.

El sexenio cardenista marcó en gran medida el desarrollo del México contemporáneo.

Cárdenas escribió en sus Apuntes en diciembre de 1934, pocos días después de haber ocupado la Presidencia:

Las medidas a adoptar me hacen comprender que mi labor será ardua, que encontraré fuertes obstáculos oponiéndose a un programa de moralización, de mejoramiento económico de los trabajadores y de reintegración de las reservas del subsuelo. Pero tengo fe en que podré resolver todo esto apoyado en el pueblo y en la confianza que sepa inspirar al país con mis propios actos. (Cárdenas).

Cárdenas se propuso disminuir los desequilibrios y las distancias existentes entre los diversos sectores sociales a través de nuevas y mejores instituciones. Entre las que funcionaron durante el cardenismo destaca la educación socialista.

La reforma educativa respectiva requirió de la modificación del artículo tercero constitucional.

El texto quedó así:

Artículo 3o.- La educación que imparta el Estado será socialista y además de excluir toda doctrina religiosa, combatirá el fanatismo y los prejuicios, para lo cual la escuela organizará sus enseñanzas y actividades en forma que permita crear en la juventud un concepto racional y exacto del universo y de la vida social.

Así, según este mandato los alumnos de las escuelas socialistas serían educados con base en los dictados de las ciencias, tanto en el campo de la naturaleza como en el de la sociedad; las explicaciones que se dieran dentro y fuera de las aulas estarían alejadas de los dogmas y los misterios propios de la educación religiosa, con lo cual se daba continuidad a la lucha del Estado liberal mexicano por secularizar el poder.

La reforma educativa de 1934

Lázaro Cárdenas confiaba en que la escuela socialista sería un instrumento de reforma social que iría más allá del cambio pedagógico y académico: una nueva escuela que favorecería una gran reestructuración económica, social e ideológica del pueblo mexicano, como consecuencia de la capacitación intelectual, técnica-práctica y moral de los niños y los trabajadores.

El presidente Cárdenas pronunció en Uruapan, Michoacán, el 2 de agosto de 1935, “el nuevo papel del maestro”.

La misión del maestro no ha de concentrarse en el recinto de la escuela.

Su misión en el orden social exige su colaboración para el cumplimiento integral del programa de la Revolución.

El maestro rural es un guía del campesino y del niño y debe interesarse por el mejoramiento de los pueblos.

El maestro ha de auxiliar al campesino en su lucha por la tierra y al obrero en la obtención de los salarios que fija la ley para cada región.

La nueva escuela socialista y la enseñanza que en ella impartirían, los maestros, rurales que no eran profesores de carrera sino empíricos, incluirían:

La alfabetización y la castellanización de niños y adultos.

La enseñanza de modernas formas de organizaciones productivas-cooperativas, pasando por el aprendizaje de nuevas técnicas de trabajo agrícola que permitieran a los campesinos y a sus hijos organizarse mejor y optimizar sus actividades productivas.

En el campo se enseñaría a los niños a cultivar colectivamente la parcela escolar, atender a los animales en los corrales lo mismo que a las plantas y los árboles de los huertos construidos como anexos escolares.

Lo más importante, se les enseñaría a asumir una responsabilidad conjunta como parte de un grupo en que los intereses individuales quedarían subordinados a los intereses colectivos.

Tanto en el campo como en la ciudad, el grupo, no el individuo, tomaría las decisiones y marcaría el rumbo de las actividades escolares.

En las regiones donde había ya industrias y trabajo de obreros asalariados, los profesores orientarían a éstos para hacer efectivos los derechos laborales garantizados por el artículo 123 de la Constitución General de 1917 y por la Ley Federal del Trabajo de 1931.

Los artículos 145 a 147 de la Sección Quinta del Código Agrario de 1940 —firmado por Lázaro Cárdenas el 23 de septiembre de ese año— establecieron legalmente la parcela escolar, que de hecho se creó desde el inicio del gobierno cardenista. El texto dispuso que la parcela escolar se formara en todos los ejidos del país "para fincar las actividades agropecuarias y de industrias rurales aprobadas para la comunidad, y donde los alumnos de la Escuela Rural desarrollen sus trabajos educativos" (Artículo 145 del Código Agrario de 1940). La parcela serviría entonces para que los alumnos aprendieran formas y técnicas modernas tanto de producción como de organización del trabajo; sería trabajada como cooperativa, los niños estarían dirigidos por el maestro y tendría la misma extensión que la de las parcelas ejidales; en su constitución se escogería de entre las mejores tierras y más cercanas al poblado o a la escuela, en caso de que la hubiera. La parcela no podría arrendarse, permutarse, traspasarse o enajenarse (al igual que las parcelas de los ejidatarios). Sus utilidades se aplicarían en mejoras materiales de la escuela y de la casa del maestro, así como en la compra de mobiliario y útiles escolares.

Se buscaba que las parcelas escolares fueran un laboratorio de preparación técnica y moderna de los futuros productores agrícolas, a la vez que un laboratorio social en que el trabajo colectivo sería la forma "natural" de organización del trabajo.

En las parcelas escolares se construyeron las escuelas rurales y la casa del maestro allí donde no había. Pocos pueblos tenían un edificio construido ex profeso para ser escuela; la mayoría improvisaba como tal la casa prestada por algún vecino o se rentaba uno o varios cuartos, incluso los salones o atrios de las iglesias que utilizaban los sacerdotes para catequizar a sus fieles. Esto hacía más difícil la labor de los profesores socialistas, pues la misma iglesia católica los había declarado sus enemigos, y de ahí también la necesidad de construir la escuela rural y la casa del maestro.

Si el maestro rural era una persona de la misma localidad no había necesidad

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