La Madre Magdalena De San Jerónimo

La Madre Magdalena de San Jerónimo, en esta carta, escrita al rey Felipe III, le explica el dolor que siente al ver su Reino y su Dios ofendidos, a causa de las mujeres vagantes, ladronas, alcahuetas y otras semejantes. Y es ese sentimiento, el que la lleva a buscar remedio.

Le recuerda que hace cuatro años cuando llegó a Valladolid, le propuso la creación de la Galera, y él le mandó comunicarlo al duque de Lerma y al Consejo para que lo ejecutasen; como se ha hecho.

Le explica que la tachan de rigurosa y severa, por lo que el hecho de que él la respalde, acallará esos rumores.

Del mismo modo, argumenta que en todos los tiempos, para atajar la maldad, ha sido necesario impartir justicia, y que de veinte años a esta parte, algunas mujeres le han perdido el temor; por lo que pide que haya los mismos castigos para ellas que para los hombres. Que de igual manera que hay galeras para los hombres malhechores, las haya para mujeres. Por este motivo, solicita una galera en cada ciudad donde se les castigue. Y para que se entienda lo explica en cinco puntos. En el primero habla de la necesidad de crear las galeras, ya que existen muchas mujeres deshonestas que se sustentan de mal vivir, salen por las noches y hacen pecar a los hombres. Les contagian enfermedades. Muchas de ellas son pobres fingidas, que pudiendo trabajar piden limosna y se la quitan a los verdaderos pobres. Algunas simulan tener un oficio mientras en sus casas se cometen pecados. Hay alcahuetas que son el escándalo del pueblo. “Ponedoras de mozas” que viven de ellas. Mujeres que venden muchachas. Sin embargo, ya no quedan mozas de servicio buenas. Y las malas mujeres dan mal ejemplo a las que son honradas.

Para estos males propone dos remedios. El primero, que en todas las ciudades se creen casas para niñas huérfanas y abandonadas, donde sean reeducadas evitando que se pierdan, se les prepare para servir y obtener una dote para poder casarse. El segundo remedio, castigar a esas mujeres; para lo que se necesitan las galeras.

En el segundo punto explica cómo tiene que ser la Galera; una casa cerrada, sin ventanas. Que se pinten en la puerta las armas reales con una espada desenvainada que simbolice la justicia. Que contenga dos salas; una para dormitorio y una sala de labor. Un pozo y una pila para lavar, una despensa, un calabozo para las rebeldes y una capilla.

A toda mujer que entre, se la despojará de sus galas y se le rapará el pelo y las cejas. Se le guardará su ropa para cuando salga, venderla y comprar un vestido para servir.

La alimentación, será pobre. El trabajo obligatorio y si no acaban sus tareas, tendrán castigo.

Habrá todo tipo de disciplinas que las atemorice. Gran vigilancia y que las personas que las tengan a su cargo, no se compadezcan de ellas. Serán necesarias cinco personas: un Alcaide, que debía estar casado y tener

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