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La era del capital-capítulo I


Enviado por   •  31 de Marzo de 2019  •  Resúmenes  •  2.525 Palabras (11 Páginas)  •  118 Visitas

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Introducción

En la década de 1860 aparece una nueva palabra en el vocabulario económico y político del mundo: CAPITALISMO. El triunfo mundial del capitalismo es el tema mas importante de la historia en épocas posteriores a 1848. Era el triunfo de una sociedad que creía que el desarrollo económico radicaba en la empresa privada competitiva y en el éxito de comprarlo todo en el mercado más barato -incluida la mano de obra- para venderlo luego en el más caro.

No solo se crearía un mundo de abundancia convenientemente distribuida, sino de ilustración, razonamiento y oportunidad humana siempre crecientes, un progreso de las ciencias y las artes: un mundo de continuo y acelerado avance material y moral.  Los obstáculos que permanecieran en el camino del desarrollo de la empresa privada serian barridos.  Se aproximarían de manera gradual al modelo de un Estado nación territorialmente definido, con una constitución garantizadora de la propiedad y los derechos; asambleas de representantes elegidos y, donde conviniera, participación del pueblo común en la política. Dentro de límites como la garantía del orden social burgués y la evitación del riesgo de su derrocamiento.

Detrás de los burgueses ideólogos políticos se hallaban las masas, dispuestas a convertir en sociales las moderadas revoluciones liberales. Las décadas del 30 y 40 fueron una época de crisis.

El año 1848, la “primavera de los pueblos”, fue la primera y la última revolución europea en el sentido casi literal, la realización momentánea de los sueños de la izquierda, las pesadillas de la derecha, el derrocamiento simultaneo de los viejos regímenes existentes en la mayor parte de Europa🡪 se la había esperado y predicho.

Pero fracasó universal, rápida y definitivamente🡪 en adelante, no se daría ninguna revolución social general del que se había vislumbrado en los países avanzados del mundo. Los movimientos sociales y revolucionarios y por tanto de los regímenes sociales y comunistas del siglo XX se gestaron en las regiones marginadas y atrasadas.

Este periodo es la era de la burguesía triunfante, si bien la burguesía europea vacilaba aun en comprometerse con el gobierno político público. Las clases medias estaban asustadas: se pensaba aun que la democracia era el seguro y rápido preludio del socialismo.

El miedo a la revolución era real, el único caso de revolución en un país avanzado y casi totalmente localizada en París, produjo una carnicería mayor que cualquier otro alboroto en 1848. Los gobernantes de Europa empezaron a reconocer no sólo que la democracia era inevitable, sino que, era políticamente inofensiva. Los gobernantes de Estados Unidos hacia tiempo lo habían descubierto[a].

El drama más obvio de este periodo se hallaba en lo económico y lo tecnológico: el hierro, extendiéndose en millones de toneladas por el mundo, railes de ferrocarril a través de los continentes, cables submarinos cruzaban el Atlántico, se construía el Canal de Suez, se producía el enorme movimiento de emigrantes. El drama del poder europeo y yanqui con el mundo a sus pies. Quienes explotaban a este mundo vencido eran hombres de traje, que propagaban respetabilidad y un sentimiento de superioridad racial.

El drama del progreso es una metáfora. Sin embargo fue una realidad para dos tipos de gente, por ejemplo un cataclismo para millones de pobres que, transportados a un nuevo mundo tuvieron que cambiar de vida. El progreso es una ilusión porque la pobreza sigue, es un retraso sobre la clase obrera. Progreso a costa del sufrimiento de la sociedad. Ejemplos: se crean nuevos teléfonos, pero no todos acceden y el hombre llega a la luna, pero el obrero no tiene como darle de comer a sus hijos.

A principio de 1870 la expansión económica y el liberalismo parecían irresistibles. Hacia finales de la década ya no se los consideraba así. 1873 el equivalente Victoriano del colapso de Wall Street en 1929.

La crisis del capitalismo termina afectando a todos.

CAPÍTULO 1: LA PRIMAVERA DE LOS PUEBLOS.

Tocqueville, pensador político francés a principios de 1848 dijo “estamos durmiendo sobre un volcán, sopla un viento revolucionario, y la tempestad se ve en el horizonte”. Marx y Engels, se hallaban perfilando los principios de la revolución proletaria contra la que T. advertía, se publicó de modo anónimo  en febrero del mismo año con el título Manifiesto del Partido Comunista.

La insurrección derrocó a la monarquía francesa, se proclamó la república y dio comienzo la revolución europea. Sin embargo ninguna se extendió con tanta rapidez y amplitud. La republica se proclamó el 24 de febrero. El 2 de marzo la revolución llegó al suroeste de Alemania a Berlin, Viena y casi inmediatamente a Hungría, a Milán. En cuestión de semanas, no se mantenía en pie ninguno de los gobiernos, fue la primera revolución potencialmente mundial (llegó a Brasil). Afecto tanto a las regiones desarrolladas como a las atrasadas. Fue la revolución mas extendida y la de menos éxito, a los seis meses de su brote ya se predecía con seguridad su universal fracaso; a los dieciocho meses habían vuelto al poder todos menos uno de los regímenes derrocados; la excepción (República Francesa) se alejaba cuanto podía de la insurrección a la que debía su existencia. Debido a su acaecimiento y el temor de su reaparición, la historia de los siguientes 20 años habría de ser muy distinta.

La zona revolucionaria comprendía Francia, la Confederacion Alemana, el imperio austríaco que se extendía hasta en sureste de Europa e Italia, era bastante heterogenea, comprendía regiones tan atrasadas y diferentes, otras tan desarrolladas, tan cultas. La mayoría de estas regiones se hallaban gobernadas por lo que podemos denominar ásperamente como monarcas o príncipes absolutos, pero Francia se había convertido ya en reino constitucional y efectivamente burgués.

La historia y la política dividieron la zona revolucionaria en dos partes cuyos extremos parecían tener poco en común. En Occidente los campesinos eran legalmente libres. En muchas regiones orientales, en cambio, los labriegos seguían siendo siervos y los nobles terratenientes tenían muy concentrada la posesión de las haciendas.

 En occidente pertenecían a la clase media banqueros, comerciantes, empresarios capitalistas, quienes practicaban profesiones liberales y los funcionarios de rango superior (entre ellos profesores). En Oriente la clase urbana equivalente consistía en grupos nacionales que nada tenían que ver con la población autóctona, por ejemplo, alemanes y judíos, y en cualquier caso era mucho mas pequeña. El verdadero equivalente de clase media era el sector educador y de mentalidad negociadora de los hacendados rurales y nobles de menor categoría.

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