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La reacción romántica


Enviado por   •  10 de Octubre de 2015  •  Documentos de Investigación  •  1.469 Palabras (6 Páginas)  •  144 Visitas

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LA REACCIÓN ROMÁNTICA CONTRA LA EDAD DE LA RAZÓN

FUNDAMENTOS SOCIALES DE LOS CAMBIOS Y COMPLICACIÓNES INTELECTUALES. NECESIDAD DE UNA NUEVA ORGANIZACIÓN.

En las primeras páginas habla sobre los cambios que sufrió el siglo xix, muy parecidos a los del sigo xviii ya que asegura que el capitalismo va a desaparecer, incluso en Estados Unidos. También afirma que en las generaciones del siglo xix fueron filosofías de conflicto, en vez de filosofías de concepción

La única concepción que pensadores de toda clase han aceptado es la de que, cualquier cosa que, además, sea el mundo, no es algo estático y concluso, sino que en sí mismo, como totalidad y en cada una de sus partes, está en un proceso de cambio y crecimiento. Esta aguda percepción de la importancia del tiempo, del cambio histórico, que se extiende de estrellas y átomos a la sociedad, creencias e ideales humanos es el clima intelectual de los tiempos recientes. En lo que respecta a en qué se está convirtiendo nuestro mundo, cósmico y humano, y si este crecimiento puede llamarse propiamente progreso o no, hay general desacuerdo.

REACCIÓN CONTRA LA EDAD DE LA RAZÓN

Los primeros pasos de la transformación del mundo del siglo XVII en el mundo actual se caracterizó por una fuerte reacción contra los métodos científicos de la edad de la razón. En Europa un cierto número de tendencias agrupadas bajo la denominación de Romanticismo, acentuaban más bien el aspecto emotivo más bien que el aspecto racional de la naturaleza humana.

La primera parte del siglo siguiente se caracterizó por concepciones en pugna, la lucha de la vieja sociedad contra los ideales revolucionarios, las concepciones de la clase media contra las fuerzas crecientes de una civilización industrial del Romanticismo contra el firma avance del saber científico.

En el siglo XIX la mayoría de los hombres o no eran suficientemente racionales, o demasiados racionales, para aceptar el racionalismo de la Ilustración. O retrocedían, por ejemplo, hasta un franco sobrenaturalismo fundado en la fe, o proseguían hasta un naturalismo que podía percibir la grandeza y los valores de las tradiciones religiosas sin caer en ingenuos prosaísmos.

Si hoy vemos que la ciencia ha proseguido su marcha sin preocuparse si sus sagrados fuegos purifican o destruyen la vida feliz, y que el saber exacto rara vez ilumina los esfuerzos humanos en busca de lo mejor, mucho de este divorcio debe atribuirse al Romanticismo. Para bien o para mal, los siglos XIX y XX poseen la herencia de la rebelión romántica y no parece que esta herencia pueda desaparecer para siempre de la experiencia humana.

ACENTUACIÓN DE LOS ASPECTOS MENOS RACIONALES DE LA NATURALEZA HUMANA

La tendencia o actitud que hemos denominado Romanticismo era fundamentalmente una rebelión contra la interpretación exclusivamente racional de la experiencia humana, interpretación sin duda demasiado estrecha, de todo lo que diferencia al hombre de la fría y calculadora máquina de pensar.

Reclamaba la ampliación de los intereses de suerte que no se limitaran sólo a la ciencia sino a la totalidad de la experiencia humana. La experiencia, en su infinita riqueza, color, calor y complejidad, es algo más grande que cualquier formulación inteligente que hagamos de ella. Es lo primordial, y toda ciencia, toda arte y toda religión no son sino una selección de su totalidad que nunca se deja coger eternamente, cualquiera sea la red con que se pretende cazarla.

Su pecado más frecuente es que con esta actitud se puede llegar a olvidar todo criterio de verdad o de valor, a rehusar hacer ninguna del as distinciones esenciales a la vida ordenada, el romántico a menudo olvida criticar su propia existencia y en el mero goce de vivir olvida los goces más profundos del vivir bien.

LO NATURAL NO EQUIVALE YA A LO RACIONAL

Para Rousseau no que hay de naturaleza humana, procede de la experiencia personal. El hombre si ha de permanecer libre, si ha de conservar en sociedad las buenas tendencias que posee por naturaleza, se lo debe gobernar y dirigir por las leyes de su propia naturaleza. El fin de la educación, debería ser conservar la naturaleza del ser humano. El valor del hombre no depende de su naturaleza si no de su naturaleza moral, es decir los sentimientos son los elementos importantes de nuestra vida mental.

LA TRADICIÓN SE CONSIDERA COMO VERDADERAMENTE NATURAL

Es mucho más fácil para las creencias tradicionales en política y religión defenderse mediante “instintiva apelación al corazón humano” que elaborar una apología racional, y por esto los tradicionalistas de todos los sectores encontraron en el método de Rousseau (transformar las instituciones sociales hasta que estuvieran de acuerdo con las necesarias de la naturaleza humana) aunque no en sus conclusiones, una excelente oportunidad.

IMPORTANCIA DE LA PERSONALIDAD INDIVIDUAL Y DE SU EXPRESIÓN

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