La sociología de la educación (INDART)
mauricioracingExamen12 de Agosto de 2016
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La sociología de la educación (INDART)
- Introducción.
La sociología de la educación es nuestro tema a estudiar, las siguientes líneas brindan el posicionamiento político ideológico sobre la educación y los sistemas educativos de las ciudades modernas.
- El conocimiento en ciencias sociales.
Todo conocimiento es una construcción social. Los sujetos elaboramos conocimientos a partir de nuestras capacidades intelectuales, afectivas, físicas etc, situados en un espacio tiempo histórico y mirando la realidad desde el espacio social.
El conocimiento no aspira a la objetividad, la doxa, afirma que es un saber parcial y no neutral y va tener conflictos con otros puntos de vistas. Distinto es el conocimiento científico, es decir la episteme, que busca la objetividad. Sin embargo este no deja de ser perspectivo, es decir, no constituye un exacto del objeto de estudio.
Es el investigador quien observando construye el objeto de estudio, debe hacerlo objetivamente, aunque no podrá decir la verdad, porque tendría que tomar todos los puntos vista.
Las teorías debemos entenderlas como discursos científicos, paradigmas, marcos teóricos, que pueden ser cuestionadas desde otros paradigmas. En las ciencias sociales coexisten los paradigmas.
El proceso de enseñanza de la perspectiva clásica transmite en la escuela, una ideología del capitalismo, con el objeto de que los educando no tengan conciencia crítica del lugar suyo en la sociedad y de esta manera producir las explotaciones capitalistas.
- Sociología y sociología de la educación.
La necesidad de pensar científicamente los fenómenos sociales ocurre en la segunda mitad del siglo XIX, dada las problemáticas sociales surgidas con la industrialización y el capitalismo, en albores de la modernidad. Las promesas de desarrollo social y económico de la revolución industrial en Inglaterra y las de democratización del poder en la revolución francesa, dieron paso a un desencanto por la creciente desigualdad, por la explotación, las ciudades superpobladas, las enfermedades etc. Estos fenómenos sucedían por primera vez, entonces surgieron las teorías sociológicas para evaluarlos.
Por último tratamos de responder: ¿Cuál es la relación de los sistemas educativos con el mantenimiento o la transformación del orden social?
Los autores coinciden en señalar la existencia de una sociología de la educación hegemónica, derivada de la sociología del orden o consensual y de una perspectiva crítica o del conflicto, que cuestiona los análisis de la primera, considerándolos como funcionales al orden social, injusto y desigual, existente.
Bases sociológicas de las perspectivas hegemónicas (INDART)
En los años 30, en EEUU, comienza un modelo de análisis sociológico que influyó la teoría social norteamericana y europea llamada el estructural funcionalismo, creado por T.Parsons. Se trata de un modelo que plantea la existencia de un modelo trisistémico compuesto por el sistema de personalidad, el cultural y el social. Todos se entrelazan cuando se lleva a cabo la acción social del individuo. El sistema de personalidad, es por el cual el individuo busca gratificaciones al actuar. El sistema social, es donde se produce la integración a través de la socialización, que puede ser adecuada cuando adecua sus expectativas o desviada. La sociedad posee status que deben ser ocupados en distintos roles, de esta manera se estratifica en relación al mérito. Se afirma que debe haber flexibilidad para que el sistema crezca dando lugar al cambio social. El sistema cultural, es clave para que a través de los símbolos y orientaciones de valor los actores puedan actuar adecuadamente y asegurar así el equilibrio social y evitar la anomia.
La obra de Parsons evoluciona en los años 40, 50, 60, acompañando el Estado de bienestar, acentuando la idea de equilibrio social, función y difusión social, sistema abierto, mérito individual y competencia, sus planteos van a ser profundos y van a constituirse en una mirada hegemónica de los sistemas educativos capitalistas.
Una versión sociológica derivada de este modelo para entender los procesos sociales de la periferia, es el desarrollismo. Sostiene los planteos del funcionalismo, incorporando la premisa despegue o avance hacia el progreso de las sociedades subdesarrolladas, para convertirse en desarrollo.
Esta perspectiva se desarrolló fuertemente en los 50 y 60, hasta su fracaso, por las revueltas, revoluciones y la crisis provocada por el mismo modelo. El desarrollismo introdujo elementos nuevos al funcionalismo.
Un proyecto político, el neoliberalismo, nacido en el siglo XX, comienza aplicarse mundialmente a partir de la crisis del Estado de bienestar por los años 70, y logra convertirse en hegemónico en los 90 y va a enfatizar los principios filosóficos de la ideología liberal. Este es un proyecto político nacido de los sectores privilegiados vinculados al capital financiero, su teoría proviene de la sociología positivista, la interpretativa y la estructural funcionalista. El neoliberalismo trae un proyecto educativo que pretendió y pretende reorganizar los sistemas de las naciones modernas.
Como se implementó el neoliberalismo en la Argentina “Consenso de Washington” (MECLE Y CARREÑO)
El discurso neoliberal comenzó en los años 40, en oposición al Estado Keynesiano y al de Bienestar vigente en la posguerra. Este discurso con éxito económico y aceptación masiva, tuvo que aguardar a la última crisis capitalista y allí se constituyó como un discurso hegemónico y comenzó a delinear las políticas del planeta. Lo que incito la reacción conservadora fue la desmercantilización, deproliferación y burocratización del Estado de Bienestar. Es importante destacar la función social del Estado, en parte para contener las protestas y para alentar el consumo y salvar al capitalismo de una nueva depresión. Dicha función social puede convertirse, una vez estabilizada la situación, en una traba para la acumulación de capital, porque los salarios indirectos eliminan las acciones privadas. La resolución del desempleo a través de indemnizaciones distorsionan las condiciones de mercado libre, por ende, el trabajador no está obligado a vender su fuerza laboral a cualquier precio.
Es así que la burocratización del Estado, entendida como una ampliación de su administración, se trasladó a la sociedad para intentar regular las relaciones sociales en manos de privados. Estos efectos han contribuido a la democracia social, que acerca a lo liberal al tema de la igualdad y ha generado un proceso de homogenización social.
La última gran crisis del capitalismo, es producto de la caída de la tasa de ganancia y de la imposibilidad de su recuperación, esto fue por el vigente Estado de bienestar que no permitía el aumento de la ganancia a costa del trabajo.
El Estado de bienestar cae en aproximadamente una década (70 a 80), cuando el neoliberalismo tiene un consenso mayoritario. A partir de ahora comienza la transnacionalización de la economía capitalista, en busca de mayor rentabilidad. La automatización de la producción logra bajar los costos industriales, pero su gran incorporación no permite sacar ventajas a sus competidores. Dado que reducir los costos de producción en sus países tiene una barrera, debido a los derechos sociales y el Estado de bienestar, comienzan entonces a trasladarlos a regiones de mano de obra barata que no tengan la protección del Estado como sucede en los países centrales.
Este hecho trae tres cuestiones de relevancia: 1) Decaen las condiciones de financiamiento de los Estados de bienestar e imposibilita su plena intervención en las relaciones sociales en la caída de la tasa del empleo 2) Emerge el capital financiero como predominante 3) Toma fuerza la globalización que plantea el desarrollo de las relaciones económicas y sociales, y dan como ejemplo el Sudeste Asiático, primer lugar tomados por ellos.
En este periodo, en nuestro país se impone la necesidad de desmantelar el modelo industrial impuesto de la década del 40, para eliminar de esta forma la posibilidad de movilización social. Ante el fracaso de las dictaduras de los 60, que intento implementar una modernización de la economía intensificando el trabajo mediante nuevas tecnologías en los procesos de producción, los niveles de organización y movilización de los trabajadores se convirtieron en una traba para el aumento de capital. La dictadura del 76 ataca dos frentes, con un plan de aniquilamiento de la oposición y de la protesta social.
Llegados los 80, la sociedad Argentina ha sido desmovilizada y despolitizada y su estructura productiva desmantelada, ya no hay barreras para el libre accionar capitalista. En el 82, la crisis de la deuda golpeo a los países Latinoamericanos por no poder enfrentar la deuda externa, esto abría las puertas al financiamiento internacional. Las nuevas condiciones de los acreedores se plasmaron en el Consenso de Washington, escrito por John Williamson.
Nos interesan las causas del acelerado endeudamiento. La crisis del petróleo, genero un gasto que pasó de 26.000 a 63.000 millones en 1980, debiendo los países a recurrir al crédito externo. En Argentina la deuda aumento de 8.000 a 45.000 millones y la inflación subió al 433%. La última dictadura militar (76 a 83), modifico el rol del Estado, autoritariamente se dejaron de lado las políticas de promoción industrial y los convenios de trabajo, el abandonó al nacionalismo económico, cuyas bases eran el proteccionismo de la producción local, en cambio se produjo la liberación de la economía y se menosprecio el rol del Estado.
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