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Liberalismo


Enviado por   •  7 de Agosto de 2014  •  3.229 Palabras (13 Páginas)  •  193 Visitas

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Liberalismo

Corriente de pensamiento que preconiza el establecimiento de un orden político y económico que concede la mayor amplitud posible a la libertad individual. En política, el adjetivo «liberal» fue utilizado ya en vísperas de la Revolución Francesa por el abate Manuel José Sieyès, autor del opúsculo ¿Qué es el Tercer Estado?, donde contraponía las «ideas liberales» a las «ideas serviles»; los que profesaban éstas últimas, según Sieyès, se apegaban obedientemente a la situación existente, mientras que los de «ideas liberales» se proponían transformar la realidad, convirtiendo lo que es en lo que debe ser. En 1799, después del golpe de Estado del 18 de Brumario, Napoleón Bonaparte, quien tenía a su lado al abate, se refería en una proclama a las «…ideas… liberales de la Revolución…» El paso de la palabra «liberal» de adjetivo a sustantivo se produjo en la España de 1810-1812, cuando los diputados a las Cortes de Cádiz, que se referían con frecuencia a las «ideas liberales», fueron llamados liberales y ellos, a su vez, calificaron como serviles a los adversarios de la Constitución de 1812. En ese sentido, el «liberalismo» se oponía al «absolutismo» de los partidarios del poder omnímodo de los reyes (sin trabas constitucionales) que era tradicional en España antes de 1810. La palabra liberal y su correlato liberalismo se extendieron rápidamente por Europa occidental después de la derrota de Napoleón en 1815, difusión que se acentuó unos años más tarde al ser restablecida en España la Constitución de Cádiz durante el trienio liberal (1820-1823).

El pensamiento de la Ilustración, tal como había sido formulado por escritores ingleses, franceses, españoles, italianos y de otros países durante el siglo XVIII, le hizo al naciente liberalismo europeo algunos aportes sustanciales, entre éstos el concepto de la libertad individual y el análisis racionalista de la economía y la política, así como el principio de la igualdad jurídica de todos los miembros de una sociedad. Las consignas de «libertad, igualdad y fraternidad» de la Revolución Francesa (por lo menos las 2 primeras) constituyen, junto con la Declaración de los Derechos del Hombre, una de las bases de la doctrina política del liberalismo tal como fue formulada a partir de la segunda década del siglo XIX. El derecho de propiedad y la libertad de trabajo y de comercio, conquistados por la burguesía durante la Revolución Francesa y confirmados por Napoleón, fueron una de las bases del liberalismo económico. También se incorporaron al liberalismo doctrinario las actitudes anticlericales (aunque no forzosamente irreligiosas) que habían marcado al pensamiento ilustrado, tal como éste había sido expresado por los llamados «filósofos» franceses. Por el contrario, uno de los principales aspectos políticos de la Ilustración, el «Despotismo Ilustrado» de monarcas como Carlos III de España, Federico II de Prusia y la emperatriz Catalina de Rusia, no sólo no fue acogido por el liberalismo, sino que éste se enfrentó abiertamente al poder absoluto de los reyes, y aun en las naciones donde se mantuvieron regímenes monárquicos, presionó para el establecimiento de un sistema constitucional. Durante las guerras de la independencia de Hispanoamérica, aun cuando entre los liberales españoles y los revolucionarios americanos existían convergencias ideológicas (respecto a la libertad de imprenta, por ejemplo), los enfrentó y separó siempre la «cuestión nacional», pues los liberales españoles querían mantener la integridad del imperio y los patriotas hispanoamericanos no aceptaban ninguna solución que no contemplase la total independencia de las nuevas naciones respecto a España.

En el ámbito económico, el liberalismo (aunque entonces aún no se llamase así) había sido anterior al político. Ya en la década de 1760, los pensadores franceses denominados «fisiócratas», partidarios de la libertad de comercio en el interior de la nación, habían acuñado la fórmula «dejar hacer, dejar pasar», que se convirtió en la divisa del liberalismo económico algunas décadas más tarde. En 1776, el filósofo escocés Adam Smith, quien había tratado a los fisiócratas durante un viaje por Francia, publicó su obra Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, que tuvo una considerable resonancia; en ella fijaba ya las líneas principales del pensamiento liberal en esta materia: la producción, circulación y mercadeo de bienes respondía, según él, a un orden natural, superior a las normas establecidas por los gobernantes, y no debían ser interferidos por éstos; el principal motor de la actividad económica era el interés de cada individuo; la división del trabajo, necesaria para el desarrollo productivo, no podía llevarse a cabo plenamente sino en un régimen de libertad económica; la ley de la oferta y la demanda era el verdadero regulador de los precios; la intervención del Estado resultaba contraproducente para la economía. Durante las primeras décadas del siglo XIX, pensadores como el francés Juan Bautista Say, autor de un Tratado de economía política publicado en 1803 y el inglés David Ricardo, en sus Principios de economía política (1817), contribuyen a construir el cuerpo doctrinario del liberalismo económico, seguidos a mitad de siglo por el inglés John Stuart Mill, el francés Frédéric Bastiat y el norteamericano Henry Carey.

En la Venezuela de comienzos de la independencia, las corrientes de la Ilustración y del Liberalismo convergen en el pensamiento de Simón Bolívar. Ya a fines de 1812 éste se declara «…siempre fiel al sistema liberal y justo que proclamó mi Patria…», refiriéndose de este modo a las instituciones de la Primera República. Él mismo, en el Discurso de Angostura, califica en 1819 de «…actos eminentemente liberales…» los de Venezuela que, al separarse en 1811 de la nación española, escribe Bolívar: «…ha recobrado su Independencia, su Libertad, su Igualdad, su Soberanía Nacional (...) Constituyéndose en una República Democrática, proscribió la Monarquía, las distinciones, la nobleza, los fueros, los privilegios; se declaró los derechos del hombre, la libertad de obrar, de pensar, de hablar y de escribir…» Tal era para Bolívar la esencia del liberalismo político, como opuesto al absolutismo. En la Venezuela todavía dominada por los realistas, la ideología liberal tiene una de sus primeras manifestaciones en Caracas, a mediados de 1820, cuando es jurada por el general Pablo Morillo y las demás autoridades realistas la Constitución de Cádiz; en polémicas en las cuales participan periódicos como la Gaceta de Caracas, La Mosca Libre, La Aurora, El Fanal y El Zelador de la Constitución, se habla, dentro del

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