Los jóvenes Y Su Participación Política: El Papel De Los Universitarios En Una Renovación Política
BiebsLz31 de Agosto de 2014
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Los jóvenes y su participación política: el papel de los universitarios en una renovación política
I.-Los jóvenes y la política
Los jóvenes constituyen un sector importante porque conforman más del 50% de la población en México. Precisamente una de las grandes problemáticas que ha llamado la atención
de los gobiernos y de los estudiosos de la política es el desinterés y la indiferencia manifestadas por parte de estos hacia la participación política, por ende, a la política misma; lo anterior queda demostrado en la segunda Encuesta Nacional de la Juventud del año 2005, en la cual se registró que el 22.3% de los jóvenes muestran un interés nulo por la política y las elecciones; el 38 % dice no estar interesado en ver noticias sobre política. La razón argumentada fue que los políticos no eran honestos, respuesta que claro, denota la problemática de la participación política.
Este sector no cree en los representantes de gobierno porque son un grupo poblacional al que sólo se le es reconocido en vísperas de elecciones, es en esas épocas donde se les valora, sin embargo el valor adquirido es mercantil. Otro factor que pareciera crucial al momento de poner en tela de juicio si se está interesado o no en la política, es el estar informado. La información como guía para la toma de decisiones y criterios en los ciudadanos se torna difícil de diferenciar en relación a la publicidad política.
Lo anterior es un efecto producido por los medios masivos de comunicación a la orden de los intereses del mercado que a su vez se impone ante el Estado, ya que “al parecer, el papel actual del Estado-Nación consiste en gran medida en proteger el sistema mundial de comercio libre y en abastecer a las empresas de infraestructuras y servicios públicos al menos coste posible” (Hertz, 2001). Así se ha dado por asumir como información política a todos los productos comunicativos que distribuyen alguna idea o imagen política; el joven ciudadano ya no elige una forma de gobierno, compra un producto: la imagen creada del candidato.
Este es el panorama que se le muestra al sector juvenil de la población en México, uno anunciado ya desde los años 60´s hasta la actualidad por varios pensadores y teóricos como Herbert Marcuse en El hombre unidimensional, obra en la cual denuncia la manipulación ejercida por los
medios y el mercado sobre el hombre, consecuencia del actual sistema económico que es el capitalismo, así también lo hace Norbert Lechner en Los patios interiores de la democracia describe el miedo de las personas de no poseer una certidumbre sobre el futuro, Zygmunt Bauman
presenta esta problemática en Vida de consumo donde habla de una sociedad “ que promueve, alienta o refuerza la elección de un estilo de y una estrategia de vida consumista… una sociedad en
la cual amoldarse a los preceptos de la cultura del consumo y ceñirse estrictamente a ellos es, la única opción unánimemente aprobada…un requisito de pertenencia” (Bauman, 2006), se encuentra también Ulrich Beck, que en su obra La invención de lo político dice de la necesidad de repensar la política, la necesidad de certidumbre para la sociedad, en este caso certidumbre para los jóvenes, también otros autores como Giovanni Sartori en Ingeniera constitucional comparada critica el uso de los medios visuales de comunicación como una forma de publicidad en lugar de información política necesaria y Noreena Hertz quien en El poder en la sombra describe la realidad sobe el Estado en la política actual, es decir, que “ la economía se respeta más que la política; el ciudadano ha sido abandonado a su suerte, porque lo único que importa ya es el consumidor. La participación en el mercado ha sustituido la participación política” (Hoosbaum, 1999 citado en Hertz, 2001). Son algunos de los autores que hablan acerca de la crisis de la política en esta sociedad consumista.
Al no tener acceso a información objetiva y creíble, puesto que no se muestran formas de acceso diferentes a los medios o los partidos políticos (sin olvidar que existe poca credibilidad en relación con estos), los jóvenes tienden a abstenerse de participar en política y no sólo en épocas de elecciones. Considerando que la mayoría de la “información política” es difundida como una mercancía y la mayor parte de la publicidad está orientada para convencer a los jóvenes de votar por alguno de los productos en forma de candidatos. El ciudadano es visto como cliente.
En este proceso de convencimiento o venta es en el que el voto adquiere un valor mercantil, por el cual solo en épocas de elecciones es cuando los jóvenes son tomados en cuenta, es decir su importancia como grupo mayoritario de la población se acrecentó; después de que el joven ejerce su voto o simplemente pasa la época de elecciones, dejan de merecer importancia.
El resultado de lo anterior ha sido una apatía, al ser víctima de todo este juego mercantil que el Estado influenciado por el mercado ha generado. Es cuando surge la importancia para el joven de estar informado porque el desinterés y la apatía detectados en este grupo generan inmovilidad ante la posibilidad de participar políticamente.
Giovanni Sartori en su libro de Ingeniera constitucional comparada (1994), habla acerca de los medios de comunicación visuales y su influencia en la juventud mediatizada de la actualidad, así también de la desinformación que produce en estos asumir que una imagen les dará a entender todo lo que necesitan para un voto bien informado. Dice Sartori:
“… la video política produce una participación y una movilización impulsadas por la emotividad en condiciones en que cada vez hay menos información y en las que esta es cada vez más deficiente…no cabe duda que se enfrentan fuertes problemas de hacer política (buena política)
”.
La importancia de la información política desemboca en que al momento de su participación, (la cual es ejerciendo el voto en las elecciones para que precisamente se confronten ideas y se a lugar una contingencia política), es que esta sea pensada y analizada con el fin de hacer que la política se renueve para producir confrontación y contingencia. Estas últimas palabras son clave para la definición de la política que se necesita en los países subdesarrollados como el nuestro.
La política es, según Carlo Galli (1990), “una síntesis eficaz entre diversas pluralidades, que se produce, en una contingencia radical, como autoafirmación de un grupo y una acción colectiva del poder en respuestas a desafíos existentes”, para Norbert Lechner “la política es contingencia”. Estos autores definen a la política como una idea de renovación originada por parte de la sociedad cuando participa políticamente, en este caso se habla de que los jóvenes tienen la responsabilidad de elegir el rumbo político de su sociedad.
La indiferencia ante la participación política por los jóvenes resulta una de las principales problemáticas entre los jóvenes que viven una sociedad subdesarrollada. Paradójicamente esto se convierte en su principal desafío ya que su participación informada y pensada es la necesidad y la principal exigencia de la sociedad hacia este grupo social, “el gran desafío de los jóvenes… es relacionarse con una sociedad y un modelo económico que los seduce a consumir y a participar de las modernizaciones, de los éxitos económicos: pero al mismo tiempo los rechaza, los excluye y los castiga por su condición juvenil” (Senarqué. 2007).
Precisamente romper con el pesimismo que evoca esta situación de los jóvenes en la sociedad consumista, es el primer factor para lograr interesarse de nuevo por el rumbo y dirección de la política del país, ser participante informado ya que “la ignorancia equivale a impotencia”
(Hertz, 2001).
Ahora, esta indiferencia hacia la política por parte de los jóvenes parece generalizada entre los países subdesarrollados, incluido México, pero ¿cuál es la relación entre el subdesarrollo y las sociedades consumistas y que tienen que ver con el desinterés hacia la política mostrado por los jóvenes?
Como ya se ha mencionado antes, en México más de la mitad de la población está integrado por jóvenes, este país es reconocido como subdesarrollado y en los países con estas condiciones se observa una situación de incertidumbre, originada por el mercado como “usurpador” (Hertz, 2002) del Estado en el otorgamiento de identidad a la sociedad y a los miembros que viven en ella.
Los jóvenes parte de la sociedad subdesarrollada buscan la “subsistencia social”, esto por sentirse ajenos a una sociedad a la que se le ha dicho que pertenece desde que nació, subsisten socialmente porque al ser el mercado quien otorga las identidades a los jóvenes, estos se ven en la necesidad de seguir comprando cada vez que este decide cambiar la imagen del cómo es un joven actual. Asumen una posición de clientes, es decir, consumistas a la orden de lo que ponga de moda el mercado.
El subdesarrollo es visto como la imposibilidad de un país de satisfacer las necesidades primarias requeridas, así como de producir medios o formas propias de satisfacción y estrategias de crecimiento autónomas, esto último por la dominación de otros países desarrollados sobre las decisiones políticas del país.
Además los jóvenes experimentan las consecuencias de las malas formas de hacer política en una sociedad con características como el rezago cultural, en la política
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