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Monografia Revolución Cubana

kiulish19 de Noviembre de 2012

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PRESENTACIÓN DEL TRABAJO:

Al analizar el proceso revolucionario cubano de mitad del siglo XX nos detendremos tanto en las condiciones objetivas como en las subjetivas que se combinan en ese territorio y momento determinados. En cuanto a las primeras, debemos tener en cuenta tanto las internas –el desarrollo de las contradicciones de clase y su estructura productiva– como las externas –el contexto mundial en el que se sitúa. Para las subjetivas, veremos la propia historia de luchas del país y las estrategias militares y políticas que se dio el pueblo en los distintos momentos del proceso para lograr su definitiva liberación. Buscamos entender así cuáles son las características particulares que llevan a Cuba a realizar una revolución de socialista apenas 60 años después de su independencia colonial.

Dividiremos la historia cubana en tres grandes etapas. La primera la situamos entre la Cuba colonial tardía hasta su conformación como semicolonia dependiente, la conformación de la burguesía nacional, la abolición de la esclavitud y la aparición de la clase obrera; la política

imperialista en los asuntos internos de la isla. La segunda abarca el período que va desde la dictadura de Machado hasta la toma del poder en 1959: las luchas obreras y las formas de organización que van formando su conciencia de clase y su capacidad revolucionaria, la participación estudiantil y de las masas rurales en las resistencias a las dictaduras y en la lucha por su liberación. La tercera y última contempla las primeras realizaciones revolucionarias hasta 1961 y conclusiones generales del trabajo.

INTRODUCCIÓN:

Cuba, comparada con el resto de los países latinoamericanos, había logrado tardíamente la abolición de la esclavitud y su independencia política formal de España con la ayuda militar yanqui que le costó la intromisión del Departamento de Estado en sus asuntos internos –políticos y económicos- desde su independencia hasta su liberación. Estos hechos, que ampliaremos más adelante, sin lugar a duda, marcan las particularidades que va a tener el resto su historia.

Finalizada la Segunda Guerra Mundial con la derrota de los nazis por parte de los aliados, se abre un período fuertemente signado por el auge de dos fuertes potencias económicas y militares: EEUU y la URSS. La creciente agresividad yanqui hacia sus dominios y la consolidación de un campo socialista a nivel mundial van a resultar claves para entender tanto el tipo de dominación semicolonial como la posibilidad de realizar una revolución socialista en una pequeña isla que estuvo a muy poco de ser un estado más del imperio.

PARTE I: Precedentes.

-Conformación de la formación económico social de Cuba: paso al capitalismo.

a)Cuba en las luchas por su independencia de España. El pueblo en armas. (1868-1898)

Bajo el régimen colonial, Cuba funcionó como una red de factorías de las cuales la metrópoli extraía productos agrícolas bajo un sistema fiscal y de monopolios abusivo y bajo relaciones de producción predominantemente esclavistas. Luego del agotamiento de sus yacimientos de oro en 1541 cumplió un rol meramente estratégico y militar. Más tarde, algunos países europeos comenzaron a proteger sus economías y a desarrollar industrias, cuyos productos eran comprados por España con las riquezas extraídas de sus colonias. La economía de la isla se encontraba en un nivel muy bajo de explotación y tecnificación.

La esclavitud fue inyectada ya a principios del siglo XVI para la extracción aurífera. Lo producido en el agro estaba orientado principalmente al consumo de la población.

Recién en el siglo XVII comienza a desarrollarse la producción de azúcar para el mercado a gran escala. La necesidad de ajustarse a los precios para competir en el Mercado Mundial incentiva el desarrollo de las comunicaciones internas y el comercio a nivel nacional que constituyen la primera fase de desarrollo del capitalismo en Cuba.1 Se va constituyendo el carácter monoproductor y exportador de la economía cubana. Esto permite la formación de una clase productora criolla y con ella, la formación de una incipiente nacionalidad cubana. El capital que se necesitaba para comprar esclavos y maquinaria estaba en manos de usurarios españoles, así como eran éstos los intermediarios entre la burguesía nativa y el mercado mundial.

Desde el punto de vista económico, la permanencia de la esclavitud, la mediación de los comerciantes españoles y el sistema fiscal y de monopolios colonial, resultaban un obstáculo para el desarrollo de las fuerzas productivas, es decir, un obstáculo para el desarrollo pleno del capitalismo. Surge un choque fuerte de intereses con la metrópoli que va configurando un escenario propicio para las guerras de independencia.

Ya desde esta época la situación de la provincia de Oriente era más urgente que la de Occidente, en donde no quería llegarse a una situación de guerra y rebelión esclava que pudiera perjudicar sus bienes materiales. En cambio, era fuerte la tendencia anexionista que prefería formar parte de los Estados Unidos con enclave en el sur esclavista. Esta tendencia se ve descartada por el triunfo de los norteños liberales en 1865. En Oriente la mayoría de los propietarios de tierras eran campesinos pobres que trabajaban familiarmente sus pequeños lotes. La presencia de esclavos o trabajadores asalariados era muy poco frecuente, sólo en algunos casos afortunados.

La situación en Oriente era entonces urgente. Allí Carlos Manuel de Céspedes con el grito de La Demajagua en 1868 desató la Guerra de los 10 años que fue encabezada por terratenientes y gente de la burguesía urbana, seguidos por amplias masas populares, sobre todo esclavos en busca de su libertad y campesinos pobres que no podían competir en el mercado. Los objetivos de la independencia beneficiaban a todas las clases sociales. Los productores ganaderos y los campesinos pobres productores de azúcar en Oriente, Camagüey y Las Villas estaban bajo el yugo del sistema colonial en el que los españoles concentraban el capital necesario para la inversión en maquinarias y monopolizaban el comercio de los bienes. La pequeña burguesía y el artesanado no podían competir con los comerciantes españoles. Los esclavos, el estrato más bajo de las clases cubanas, estarían dispuestos a dar su vida en la guerra por el precio de su libertad. Es así que la primera guerra de independencia pone, en un principio, a la totalidad del pueblo en armas contra un enemigo fuerte y sanguinario con muchos más recursos económicos y militares. A pesar de lo complicado de la empresa, la guerra se prolongó en el tiempo debido a la persistencia del pueblo: ya los hacendados se habían retirado de la batalla por no ver en ella una posibilidad real de triunfo. Finalmente la relación de fuerzas se inclinó a favor de la Metrópoli: la dominación colonial continuó aunque siguió latente el sentimiento independentista en los años siguientes en los hacendados de Oriente. Allí las consecuencias para la población fueron devastadoras.

La abolición de la esclavitud en 1886 permitió la incorporación de trabajadores asalariados en los ingenios y los cultivos de azúcar. Esto produjo un cambio en la estructura productiva y las relaciones de producción, dándole más peso a la burguesía azucarera que estaba consolidándose como clase poderosa, principalmente en Occidente.

La crisis del azúcar provocó que los pequeños productores tengan que deshacerse de sus tierras por no contar con el capital suficiente para modernizarse y competir. En las décadas 1880 y 1890, los capitales norteamericanos comenzaron a invertir en siembras de azúcar a gran escala y con ello a dominar económicamente la isla2.

No pasaría mucho tiempo para que los hacendados orientales volvieran a poner sobre la mesa la adeudada emancipación. Con el sostén de las masas rurales empobrecidas, la naciente clase obrera y la pequeña burguesía, se emprendió en 1895 la segunda guerra por la independencia con José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo como líderes indiscutidos de la revolución. En esta pelea Cuba se enfrentará a dos poderes: el viejo imperio español y el nuevo imperio vecino que tenía cada vez más peso en la región y buscaba con esta guerra concretar su anexión. Sin dudas Martí marcará el camino de la lucha antiimperialista que seguirá en los años consecutivos y finalizará con el triunfo de la revolución socialista.

Los sectores populares no contaban con los recursos como para triunfar solos en la guerra: era necesario sumar a la lucha a la burguesía hacendada. En palabras de Winocur, “el proyecto de liberación nacional pasaba por aquello que la primera guerra independentista no lograra por reticencia de los hacendados occidentales: la unidad de la nación entera contra el ocupante español”3. He aquí el elemento fundamental que atraviesa todas las luchas posteriores: cómo ganar para el bando revolucionario a los propietarios de tierras. Veremos más adelante cuáles serán las estrategias que tomará el Movimiento 26 de julio para conquistar ese fin y triunfar en la huelga general del primero de enero de 1959.

Volviendo a 1895, veremos que entre los hacendados tiene peso la opción de anexarse a los Estados Unidos como lo habían hecho los estados hispanos de Nuevo México, Texas, California y Arizona. Tres años después, ya muerto José Martí, se impone dicha opción en el texto de 11 de marzo de 1898 firmado por el Consejo de gobierno (revolucionario)4.

b) La Enmienda Platt y la plena dominación económica imperialista.

Constitución de la economía

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