Movimiento Obrero En México
RubenKl29Ene20 de Abril de 2015
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Movimiento Obrero Mexicano
Con la culminación de la revolución mexicana, y su triunfo comprendido en la constitución de 1917, encontramos contenido en tres artículos las principales normas que guiaran al país a un progreso y lo impulsaran a un desarrollo económico; en estos artículos se incluyó a la educación como base del progreso, al provecho de los bienes dentro del territorio y a la regulación del trabajo para un desarrollo industrial. Este último, se trata del artículo 123; el cual estipula que todo ciudadano tiene derecho a un empleo digno y útil socialmente, así como su salario (mínimo) debe ser el suficiente para cubrir los gastos para una buena calidad de vida; es decir, este artículo tanto beneficiaba al sector obrero, así como como buscaba la concordancia entre los intereses de estos con del patrón. Aún con estos artículos medulares en las relaciones sociales del país, no se debe dejar de lado que el Estado que llevaba a cabo la constitución era un Estado burgués, el cual buscaba el desarrollo del país dentro de una ideología capitalista y por lo tanto era la clase proletaria la que era explotada para la industrialización del país. Es entonces con la misma desigualdad y explotación que vivían los obreros que decidieron no parar su lucha amparándose en el artículo 123, el cual también les otorga el derecho a organización en sindicatos, a las huelgas y paros de labores; este artículo funcionó como instrumento de defensa y lucha para exigir sus demandas laborales ante el Estado.
Hasta antes, durante y después de la revolución, México experimentaba una transformación en el ámbito industrial. Por problemas económicos se da un periodo de reajuste y redefinición de la economía nacional, la industria entra en receso, puesto que se dio un aumento en los costos de refacciones y maquinarias extranjeras. Sin embargo, se organizaban los recursos para poder impulsar el desarrollo industrial meramente para una estrategia económica, “plantearse la necesidad de la nacionalización, o mexicanización, de sectores claves para el desenvolvimiento económico del país”. En cambio, en ese momento las industrias manufactureras seguían siendo parte de inversionistas privados. Todo esto se pudo percibir después de la devaluación en el año de 1954, en el cuál la economía mexicana resintió los estragos de esto, causando serias problemáticas al interior. Dicha crisis desembocó en fuertes y numerosos conflictos sindicales, los cuáles demostraban, con su burocracia oficial, una ineptitud para poder recobrar las demandas proletarias. Estos conflictos llevaron a las masas trabajadoras a establecer nuevos objetivos de lucha como un salario justo, jornadas laborales razonables y el cumplimiento estricto de la ley; esto para que el Estado dejara de favorecer al sector privado, y con principal objetivo de mejorar las formas de vida de cada individuo del proletariado así como de los otros sectores explotados y reprimidos, esto dentro del deseo de fundar una democracia sindical, y desarrollarla dentro de las industrias nacionales y así poder extender esta democracia a un nivel nacional. La problemática que se encontraban los sindicatos es que para la forma en que era gobernado el país, era imposible llegar a tal objetivo, ya que para empezar en el sector obrero no existía, ni en sus organizaciones ni entre el mismo trabajador una organización sólida y continua, ya que dichas agrupaciones se valían de una estructura horizontal, por lo que los sindicalistas comenzaron a reconstruir la democracia en sus agrupaciones. Así mismo se encontraban con otro obstáculo, y relacionado con la organización de las grandes organizaciones sindicales; estas organizaciones eran llevadas por personajes corrompidos por el interés personal y económico, los cuales movían a las masas de trabajadores a conveniencia de ciertos intereses (en su mayoría políticos), condicionando sus beneficios sindicales y estafándolos con cuotas excesivas “para el bien del sindicato”, a estos personajes se les denomino “Charros” y marcaron una tendencia dentro de la organización sindical en el país.
Así mismo, es importante mencionar a las centrales mayoritarias en esos momentos. Estas eran consideradas centrales ya que aglutinaban a distintas federaciones. La Confederación de Trabajadores de México (CTM), se dio la tarea de luchar por el derecho a huelga, la asociación sindical, manifestación pública, mejores salarios, la igualdad social (principalmente hacia los grupos indígenas), buscó también que los campesinos puedan ejercer su derecho de una explotación colectiva de la tierra; luchará también por conseguir la conquista del proletariado y por la unión de todos los obreros. En la creación de la CTM se pude destacar la disputa por manejar dicha confederación, donde participaron Lombardo Toledano, los reformistas con rasgos anticomunistas dirigidos por Fidel Velázquez y los miembros del Partido Comunista. Más tarde pasaría ser un elemento de dominación y control sobre el proletariado, favorable para el Estado. Dicha confederación nace en oposición otra, la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), misma con la que se ejerce un control estricto sobre las masas trabajadoras, por la alianza entre líderes obreros y dirigentes políticos. Como resultado de una inconformidad y un cuestionamiento sobre la estrecha relación de la CROM con el Estado, en la década de los 20, se organiza la Confederación General de Trabajadores (CGT), que sostenía una tenencia anarcosindicalista, proveniente de algunos obreros anarquistas de la Casa del Obrero Mundial, en unión con grupos comunistas, quienes más tarde se desvincularían de estos. A pesar de la gran fuerza de la CTM en 1952 la Confederación de Obreros y Campesinos de México (COCM), la CPN, la Confederación Nacional de Trabajadores y la Central Única de Trabajadores (CUT) se fundieron en la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC), la cual se afilió desde un principio al Partido Revolucionario Institucional (PRI), mismo partido que fue la evolución del PRM. Así, pues, se conservaron, como las centrales más significativas de ese entonces, a la CROC, la CTM, la CROM y la CGT. La CTM se consolidaba como la central más poderosa, capaz de absorber la inquietud obrera, capaz de mediatizar el conflicto potencial de la clase trabajadora organizada . Los intentos de una unificación total en el sector obrero permitían un mayor control en el mismo. Era un objetivo relevante para el Estado, ya que tras una política laboral contenida en la Ley Federal del Trabajo que dirigía los lineamientos en los que debía actuar el movimiento obrero y al mismo tiempo permitía organizar, reglamentar e institucionalizar las relaciones en el interior para conseguir, a partir de éste, el control de los otros sectores sociales.
En el transcurso de esos años, se suscitaron diferentes sucesos de gran relevancia para el ámbito obrero. Una de ellas fue la división del artículo 123 constitucional. Se fragmentó en dos apartados: el apartado A se encargaba de la aplicación de salarios mínimos, repartos de utilidades y la permanencia del empleo; el apartado B trataba los asuntos laborales de los burócratas, marginando a los trabajadores del Estado sobre su derecho de huelga y organización . Ya se empezaba a quebrantar el derecho de los obreros, lo que dio pie a que siguiera la lucha por los horarios y jornadas laborales, el salario justo y aumento del mismo, como por sus prestaciones y su derecho a la organización en sindicatos y por las huelgas como herramienta para ejercer presión al “patrón” explotador, como la incansable búsqueda de una democracia sindical. Las distintas organizaciones que emergieron como resultado de la revolución fueron hechas para crear un contrato colectivo y un apoyo entre las distintas federaciones, con un esfuerzo de poder combatir al Estado, que implementa las leyes en favor del sector privado.
Sin importar todos los intentos fallidos de la unificación total de los obreros, o bien todos los triunfos, en el año de 1955 nace el Bloque de Unidad Obrera (BUO), creado después de un Pacto en Guadalajara, como consecuencia de diversas cuestiones, una de ellas, la devaluación del peso un año atrás. Es integrada por las grandes confederaciones a excepción de la CROC; los participantes eran la CTM, la CGT, la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado, los ferrocarrileros, los telefonistas, los mineros, la CROM, los petroleros, la Federación de Trabajadores del Distrito Federal, entre otros. Se creía que el BUO era una extensión de la CTM para controlar en su mayoría a los trabajadores organizados, ya que el vicepresidente era Fidel Velázquez, quien anteriormente había sido el secretario general de la CTM. En los años 60, como un nuevo intento de aglutinar a todos los sindicatos pero esta vez disidentes, se forma la Central Nacional de Trabajadores (CNT), que estuvo compuesta por el Sindicato Mexicano de Electricistas, la CROC, la FROC’s, el Sindicato de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (STERM), la Federación de Obreros Revolucionarios y la Unión Linotipográfica de la República Mexicana. Cabe mencionar que la CNT es conformada por el cuestionamiento que se da en el STERM hacia la hegemonía del BUO, y queriendo crear una alternativa para la burocracia sindical, que cada día se volvía más fuerte. Así los sindicatos anexados a la Central Nacional de Trabajadores estaban convencidos que el “charrismo sindical” se sumergía en una crisis y era necesario abolirlo poniéndolo en evidencia, y por lo tanto generar una democracia sindical, que era el objetivo en común de todas las federaciones discrepantes. Éste es un proletario numeroso, heterogéneo, desigual, que desarrolla
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