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Oralidad Y Escritura


Enviado por   •  20 de Abril de 2013  •  2.577 Palabras (11 Páginas)  •  493 Visitas

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Oralidad y Escritura, tecnologías de la palabra; de Walter ONG,

Capitulo III

En las sociedades alfabetas, cabe considerar que el lenguaje tiene dos aspectos: un carácter oral y otro escritural. Toda la comunicación verbal se basa de hecho en el habla oral, y frente a ésta, los signos de la lengua son secundarios: el niño primero aprende a hablar; luego, muy luego, se preocupa por los textos y sus portadores.

Pero, ¿podemos imaginarnos cómo funciona la comunicación en las sociedades que no poseen estos textos escritos (las llamaremos sociedades orales.

Las culturas orales primarias, aquellas que no conocen la escritura, aprenden por medio del entrenamiento, por una especie de discipulado, escuchando, por repetición. Por ejemplo, el aprendiz de cazador acompaña al experto que le enseña, frecuentemente aplicando proverbios o lemas.

Hoy día pervive esta costumbre: todo el mundo sabe que en casa de herrero el cuchillo es de palo, que al que madruga Dios lo ayuda..., aunque no por mucho madrugar se amanece más temprano.

Esto hace que se privilegie el valor de la memoria y la relación estrecha entre maestro y discípulo.

Hoy nos resulta difícil imaginarnos cómo sería una cultura oral primaria. Sin tratarse de lo mismo, pensemos en la diferencia entre un parcial escrito y un examen oral: cara a cara la importancia de la relación gestual es mayor. Uno puede apoyarse en ella. La escritura tiene mayor interioridad, y otra estructura discursiva.

En un discurso pre-alfabético la palabra tiene mayor valor de acción, y suele designar tanto objetos como acciones sobre ellos. En este sentido, las palabras pueden indicar sucesos, cambios, posiciones. Por eso la palabra primitiva es mágica, tiene un poder. Poner un nombre (cosa que hace Adán), designar una cosa es apoderarse de ella. Designar un "búfalo" no es ponerle una etiqueta (escrita), pues los nombres no se pueden ver, sino apelar a una imagen: la pintura (rupestre) antecede en mucho a la escritura. Y puede pensarse que esta primitiva pintura tiene por función comunicar algo. La comunicación, la interlocución, es esencial en este tipo de registro (oral).

¿Cómo se hace para recordar si no hay apoyo escrito?: mediante el ritmo, la melodía, usando repeticiones y antítesis, usando fórmulas y marcos temáticos comunes (la asamblea, el banquete, el héroe, su ayudante, la batalla); proverbios que todo el mundo escuche de manera que vengan a la mente con facilidad (complete Ud.: "la única verdad es..."; "el año 2000 nos encontrará unidos o..."; "errar es humano, perdonar..."; "fuerte como un....", "el que se va sin que lo echen..."). Los refranes forman la sustancia del pensamiento en las culturas orales. El intelecto se basa aquí en la memoria. Y la ley misma se basa en los refranes ("ojo por ojo y...").

En una cultura oral primaria el pensamiento y la expresión tienen las siguientes notas:

1) Las oraciones son acumulativas más que subordinadas.: “Al principio creó el cielo y la tierra. Y la tierra era informe y vacía, y las tinieblas cubrían el abismo; y el espíritu de Dios se cernía sobre las aguas. Y Dios dijo: "Hágase la luz". Y se hizo la luz..."

Es una estructura aditiva, más que sintáctica. Y es acumulativa también por la presencia de adjetivos: la hermosa princesa, el valiente caballero, el fuerte roble..., o el sabio Néstor, el ingenioso Odiseo, la aurora de rosáceos dedos (Ilíada).

2) acumulativas antes que analíticas: Esta ligada a la dependencia a las fórmulas para ejercitar la memoria. Los elementos del pensamiento y de la expresión de condición oral no tienden tanto a ser entidades simples sino grupos de identidades. La tradición popular oral prefiere, especialmente en el discurso formal, no al soldado sino al valiente soldado, no a la princesa sino a la hermosa princesa, no al roble sino al fuerte roble. De esta manera la expresión oral cuenta con una carga que la escritura rechaza por tediosa y redundante, debido a su peso acumulativo.

3) redundantes; La redundancia evita la desatención o fatiga de oyentes y hablante. Lo que cansa en un escrito, es descanso para el habla. El orador necesita descansar mediante palabras (formularias) mientras se ordena para seguir adelante, pues no hay mayor vergüenza que la vacilación (o tal vez sí la haya: decir tonterías, por ejemplo en un examen, para evitar el silencio). Recordemos a los payadores: su payada está compuesta de fórmulas métricas usadas mientras se arma el remate del canto.

4) conservadoras y tradicionalistas,: Cuando el esfuerzo está dado por la necesidad de conservar conocimientos, dado que no hay apoyo en hoja alguna, cuando el conocimiento es precioso y los ancianos venerados, se desprecia el puro experimento intelectual. No estoy diciendo que siempre se dice lo mismo, sino que los temas actuales: la alabanza a los jefes, la arenga antes del combate, se adaptan a las situaciones particulares, pero repitiendo viejas fórmulas y temas. Esto explica que los mitos varíen y a la vez estas variaciones sean menores dentro de un cuerpo central.

5) esta cera del mundo vital: Las culturas orales deben conceptualizar y expresar en forma verbal todos los conocimientos, con referencia al mundo vital humano, asimilando el mundo objetivo ajeno a la acción recíproca, conocida y más inmediata de los seres humanos. O sea a partir de la observación y la práctica, con solo una minina explicación verbal.

6) matices agonísticos: la dinámica agonística de los procesos de pensamiento y la expresión oral ha sido esencial para el desarrollo de la cultura occidental, donde fue institucionalizada por el arte de la retórica y la dialéctica, que proporcionaron a la articulación verbal una base científica.

7) son empáticas y participantes.: antes que objetivamente apartadas, la escritura aparta al que sabe de lo sabido y así establece las condiciones para la “objetividad” en el sentido de una disociación o alejamientos personales.

8) homeostáticas. Las sociedades orales viven en un presente que guarda el equilibrio u homeostasis de los recuerdos que ya no tienen pertenencia actual.

La memorización oral: en una cultura que conoce la escritura, el aprendizaje de memoria por lo general se lobra basándose en un texto al cual la persona recurre tan a menudo como sea necesario para reflexionar y poner a prueba el dominio literal

“La capacidad de la memoria verbal es, comprensiblemente, una valiosa cualidad en las culturas orales. Sin embargo, el modo como

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