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Pedagogia


Enviado por   •  8 de Octubre de 2012  •  1.793 Palabras (8 Páginas)  •  332 Visitas

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IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN MESTRO-ALUMNO

Frente a la clase el maestro encarna una actividad y una intención. La actitud está representada por la actividad didáctica y es la manera de cómo el maestro utiliza los medios a su disposición para que los caminos de su aprendizaje resulten sendas adecuadas a la ideología de los alumnos. La actitud pedagógica es un arte que cualquiera una aptitud de donación de amor. El maestro enseña porque está convencido de que sus enseñanzas brindan salvación, abren un camino nuevo para la vida, ayudan a formar un hombre nuevo. La intención está constituida por dos elementos: ideología y espíritu crítico.

La relación entre maestro-alumno debe ser afectiva, emocional y científica, debe existir un intercambio de experiencias. Paulo Freire llama la comunicación vertical, como un proceso de aprendizaje en el cual el educando no participa y se da de la siguiente manera:

A) El profesor enseña, los alumnos son enseñados

B) El profesor lo sabe todo y los estudiantes nada saben

C) El profesor piensa y se piensa para los estudiantes.

D) El profesor habla y los estudiantes escuchan

E) El profesor establece la disciplina y los alumnos son disciplinados.

F) El profesor impone su opinión, los alumnos de someten.

En la educación el maestro debe esforzarse por humanizar el hecho educativo. “Desde el comienzo, sus esfuerzos deben corresponder con los de los alumnos para comprometerse en un pensamiento crítico y en la búsqueda de una mutua humanización.

Sus esfuerzos deben ir a la par con una con una profunda confianza en los hombres y en su poder creador. Para obtener este resultado debe colocarse al nivel de sus alumnos y en su relación con ellos”.

Un maestro que interviene en las decisiones escolares democráticamente y que enfatiza el espíritu de colaboración entre los alumnos; el profesor que se siente participe de la comunidad escolar y que se identifica con los afanes de sus alumnos, es un educador que participa de la comunicación horizontal.

El proceso enseñanza-aprendizaje que se brinda por T.V es dirigido a los educandos que en su mayoría provienen de hogares humildes; la población escolar y el número de maestros es reducido, la supervisión escolar no es frecuente. Por estas condiciones el maestro, tiene la posibilidad de fortalecer el dialogo con sus educandos.

EL EDUCADOR Y LA TELEVISION

En la escala de Dalw, ya citada, se atribuye a TV como recurso didáctico el grado o puntuación 6, superior, por tanto, en importancia a la radio, la proyección fija, etc., e incluso al cinematógrafo. Las posibilidades de la pequeña pantalla son, pues, muy grandes. Su poder de penetración y de su gestión es más extenso y profundo de cualquier otro medio de comunicación. El mensaje penetra dominante en el subconsciente, que ante el desarrollo de las imágenes ofrecidas en el propio hogar, adquiere una actitud de interés, alerta y predisposición. Es aquí, precisamente, donde aparece el papel del educador.

Si como técnico la enseñanza, el profesor debe conocer el alcance y posibilidades didácticas de este nuevo recurso, como educador deberá tener en cuenta que la TV es un medio para el aprendizaje que hay que dominar y controlar siempre. Siguiendo Dell´Accquq puede decirse que “la personalidad del hombre contemporáneo habría que valorarla por su capacidad de reacción a los modernos medios de comunicación social” de tal manera que frente al intento de masificación, “el remedio más certero y más eficaz es cultivar la independencia espiritual del telespectador mediante un robustecimiento de su capacidad crítica.

Esta es la primera consideración que el maestro debe tener en cuenta respecto a la TV escolar. Pero algo mas es necesario decir sobre el puesto y actitud que corresponden al educador en el empleo de este recurso.

Primeramente conviene destacar que la TV es auxiliar del maestro, y que éste sigue siendo el promotor y guía de las tareas escolares. El papel de la TV escolar es el de cualquier otro recurso didáctico, naturalmente con un grado de importancia distinto: es decir, ayudar al maestro en su emisión formativa.

El mensaje televisivo es frio, impersonal, distante e irreversible y deberá emplearse en los casos que sean más aconsejables.

En segundo lugar, es necesario por parte del docente el dominio de la técnica didáctica de la TV. Al educador no le bastara tener noticia del día y la hora en que se va a transmitir un determinado programa escolar o informativo. Realmente precisa saber algo más: el contenido de esta emisión, su papel dentro del quehacer sistemático del aula, como se realiza esa unidad educativa TV, de cuantas partes consta, a quien va dirigida, que objetivos persigue y cómo pueden evaluarse los resultados.

No menos importante es saber que el respeto tradicional de los escolares a la autoridad del maestro, de los padres y, en general, de cualquier persona adulta, ha sido incrementada en los últimos decenios por nuevas autoridades prestigiosas: el periódico, el cinematógrafo, la radio y la televisión. Este hecho tiene gran importancia en el campo de la psicología escolar y de él pueden obtenerse conclusiones didácticas muy valiosas. A los argumentos decisorios del niño, expresado en frases como “lo ha dicho mi padre” o “lo ha dicho el maestro”, “lo he visto en la televisión”, etc. Y es precisamente aquí donde radica la importancia de la televisión como auxiliar del maestro. Su autoridad en la mente infantil es una circunstancia psicológica que debe ser aprovechada con el mayor empeño y habilidad.

EL PROGRAMA EDUCATIVO DE TELEVISION

Ya se ha dicho que al maestro no le basta conocer el contenido de las emisiones educativas, sino que es necesario, como ocurre con cualquier otro auxiliar didáctico que conozca los elementos internos de la TV escolar; es decir, las distintas fases de la producción de un programa: la preparación de los espacios, la técnica

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