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MODERNIDAD

Llegar a un concepto puntual de modernidad depende del punto de vista ideológico y los instrumentos de análisis para estudiar este fenómeno, en consecuencia ningún criterio unitario ha quedado establecido con el fin de dar definición universalmente aceptada de modernidad, siendo este término extremadamente abstracto y difícil de determinar sociológicamente. Modernidad es el resultado de un transcurso histórico y su consolidación se dio a través de un complejo proceso que duro siglos que implico acumulación de conocimientos, técnicas, riquezas, medios de acción etc. En la que lo político, lo económico, lo social y lo cultural se interrelacionan. La modernidad es una compleja estructura de valores, conocimientos, comportamientos, contextos culturales y fenómenos sociales que manifiesta una sociedad a lo largo de un período de tiempo histórico, en el que se construye y de construye su identidad

La modernidad nos da una ruptura con respecto a las formas anteriores de vida, las formaciones pre capitalistas eran sociedades predominantes agrarias, en las que prevalecía el valor de uso y la economía natural y los objetos producidos eran concretos y variados, concebidos para durar. El hecho de que se tratara de sociedades más bien cerradas, aisladas y con escasas comunicaciones facilitó la formación de culturas muy diversas. Las relaciones sociales eran personales, directas e inmediatas, lo que evidentemente no excluía la explotación y la sujeción, inherentes a toda sociedad estatal, pues se trataba de sociedades jerarquizadas, cuya base de legitimidad política y social era religiosa y el poder sacralizado y absoluto. En nuestro siglo el vocablo modernidad es empleado también para designar a la nueva fase del capitalismo que se inicia alrededor de la década de los 20 y termina hacia la de los 80. Durante este período se observan múltiples y rápidas transformaciones entre las que podemos señalar:

Un desarrollo sin precedentes de la técnica y la ciencia.

Una gran capacidad de adaptación del sistema capitalista, con un neocapitalismo que asimila la racionalidad planificadora (postulada por el marxismo) y da prioridad a la organización, a la planeación, a la racionalidad técnica (lo que no quiere decir que se suprima la ley del desarrollo desigual, que subsiste y marca diferencias entre países, regiones, clases y grupos hegemónicos, ricos y desarrollados, y países, regiones, clases, grupos subordinados, pobres y subdesarrollados.

La organización y sistematización, tanto de las actividades productivas como de la sociedad en general, son realizadas mediante la intervención del Estado y de los tecnócratas, y en consecuencia el Estado crece, asume nuevas y múltiples

funciones, adquiere un papel preeminente y se manifiesta y actúa sobre todos los ámbitos de la realidad social.

Todas estas transformaciones operan sobre lo social, incluyendo a la vida cotidiana, que pierde espontaneidad y naturalidad para terminar por ser programada, organizada, controlada. Se manipulan las conciencias, se desvía la energía creadora hacia el espectáculo, hacia la visión espectacular del mundo; es decir, se tiende al predomino de la apariencia sobre la realidad. La explotación organizada y programada de la sociedad se lleva a cabo no sólo en el trabajo, sino a través del consumo dirigido y manipulado mediante la publicidad.

Kant, en su famoso escrito ¿Qué es la ilustración?, responde diciendo que es la salida a nuestra auto culpable minoría de edad. Con “minoría de edad” hace referencia a la incapacidad de valerse del entendimiento sin la dirección del otro” y minoría de edad de la cual el hombre es auto culpable o responsable, por que la causa de ello no nace en un defecto del entendimiento, sino en la falta de decisión y valentía para valerse de él, sin la dirección de otro, ser ilustrados es pensar por si mismos, “se puede pensar todo lo que se quiera pero hay que obedecer” individuo y modernidad parecen ir de la mano. Según hegler el individualismo es un signo distintivo de la modernidad, desde el punto de vista político vemos que se escriben reglas para poner límites al poder individual. La idea de un individuo político moderno hace referencia, por tanto, al titular de derechos. Esta idea se basa sobre la igualdad de los hombres, que tienen su versión cristiana, “todos los hombres son iguales ante los ojos de Dios”.

¿Qué nuevos colores estampa la modernidad a esta idea de igualdad natural? En primer lugar, en la relación de dominio del hombre sobre la naturaleza. El famoso dúo sujeto-objeto implica el dominio de uno sobre el otro algo así como devorar desmenuzar. La dignidad humana se asocia al trabajo, es la forma que el hombre tiene de apropiarse de sí mismo y de los frutos de esa actividad, surge así la propiedad privada. “este es mi cultivo, ya que he sido yo quien ha invertido trabajo para transfórmalo en tierra fértil que da frutos para la supervivencia” aparece así el capitalismo. Que el individuo sea propiedad incluida que posee control sobre sí mismo, que es “dueño” de sí mismo, y que es dueño de lo que su trabajo le da. El derecho a la propiedad supone de antemano el derecho a la libertad individual, entonces esta idea de los hombres libres e iguales supone el desplazamiento que se produce en la modernidad de Dios al hombre se da sobre la base de una confianza ilimitada en la razón, podría decirse que se ha desplazado de un lugar a otro Dios y la razón. La razón se constituye como nuevo dios en el mundo moderno.

La igualdad de derechos abre la posibilidad de justificar desigualdades, si los hombres son igualmente capaces, los resultados desiguales con respecto al trabajo se originan en el buen o el mal uso de sus capacidades, esto responde a la preocupación político económica que pretende dar legalidad a las desigualdades de clases en una sociedad de mercado, la distribución desigual de la riqueza se disfraza de aprovechamiento o desaprovechamiento de la libertad y de la racionalidad, ambas repartidas equitativamente entre todos los hombres, en el fondo se trata de pensar en una sociedad moderna como una serie de relación entre propietarios, o sea relaciones mercantiles, quienes no poseen propiedades materiales tienen en sus manos la fuente de la riqueza: el trabajo.

Desde la modernidad también se justifica en dominio de unos hombres sobre otros

El pensamiento de la modernidad, en lo esencial, giró en torno a la adopción de un paradigma de racionalidad presuntamente inherente a la física moderna del siglo XVII que debía ser crecientemente aplicado

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