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Regímenes Fascista y Comunista


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2017  •  Ensayos  •  2.332 Palabras (10 Páginas)  •  188 Visitas

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UNIVERSIDAD ANDRÉS BELLO

FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS SOCIALES

 DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES

LICENCIATURA EN HISTORIA

Regímenes Fascista y Comunista

Las diferencias

de dos procesos similares

Profesor(a): Javiera Errazuriz

Alumno: Eduardo Godoy Yáñez

SANTIAGO – CHILE

Octubre, 2016

El siglo XX fue un vasto periodo de tiempo en el que el mundo se vio a enfrentado a problemas y conflictos a escalas en las que nunca habían sido vistas y vividas. Los conflictos armados, las pugnas por el poder y la hegemonía, así como la oportunidad de llevar a cabo proyectos a nivel regional más amplios que los restringidos a sus países de origen, marcaron el alma de una época cruda, si se quiere oscura y, donde las crisis no solo fueron militares, humanas, económicas o morales, las fueron todas juntas sumadas a otras más que, terminaron por configurar muchos de los problemas que hoy nos afectan de forma directa. Es en el siglo XX donde se vive el cenit de las circunstancias donde se pudo haber logrado mucho o, tristemente a modo de pensar de quien escribe, hacerse todo sin considerar que cuando no se gana, claramente no hay oportunidad de volver el tiempo atrás.

Este trabajo se enmarca principalmente en analizar los postulados de los historiadores Eric Hobsbawm, Edward Carr y Richard Evans, respecto al modo en que los gobiernos de las principales naciones de Europa gestaron y mantuvieron el poder mediante sus respectivos proyectos –ya sea fascismo o comunismo-. Así, en el punto en que nos enfocaremos para hacer dialogar los postulados de dichos autores será en los modos en que, los “gobiernos” de Alemania y Rusia principalmente, lograron mantener y sobrellevar el devenir de sus naciones cuando todo parecía indicar que no tenían mayor destino que el fracaso y la subordinación de quienes las habían vencido.

Cuando nos referimos a los “modos”, pensemos más exactamente en los formatos de propaganda utilizados junto a los “slogan” transmitidos a la población, las ideologías aplicadas para producir una coerción de las masas y, los proyectos económicos que, como veremos tenían como principal objetivo variar de los modelos liberales capitalistas liderados por Estados Unidos e Inglaterra. Así podemos entender que, el ensayo expuesto no se analizarán las bases y los sucesos que condicionaron la primera y segunda guerra, ni la manera en que Hitler o Stalin- Lenin llegaron al poder, mucho menos una teoría económica que venga a repetir esa idea de que, el capitalismo y sus caballos de batalla estaban casi predestinados a triunfar debido a su modelo económico y la configuración de dichas economías respecto al mundo, en contraposición a unos estados ensimismados en la expansión de un imperio y de una ideología destinada al fracaso. El hecho en sí, de que un grupo de hombres -dejando de lado por un momento los estándares morales- lograran imponerse a las sogas de su época y conseguir que masas de población aceptaran sus proyectos que como sabemos germinaron en genocidios y. en las peores formas de terror aplicadas a la población civil, solo por mencionar algunas de las trágicas consecuencias de aquellas valientes hazañas ejercidas sobre el status quo de un mundo ya repartido y planificado. Triste y decepcionante final que tan prominente campaña terminara manchada -y con justa razón- por los peores crímenes cometidos en tal envergadura.

Ahora bien, partiendo por el caso de Alemania habría que comenzar diciendo que luego de que la República de Weimar demostrara su fracaso como prototipo de gobierno, debido a sus constantes desacuerdos y debilidad para poder entregar estabilidad al estado mediante una política clara y fuerte respecto al tratado de Versalles, nos encontramos por el contrario con un Hitler que cuando logró llegar al poder y, de a poco ir legitimando un mando autoritario, demostró tener una idea de gobierno que, al menos, a la población, parecía prometerle aquello básico para la supervivencia humana, la posibilidad de trabajo y la recuperación del lugar de la nación alemana como potencia hegemónica. Tal como lo plantea Evans, Hitler detrás de todas sus propuestas escondía la intención primaria de lograr establecer las condiciones ideales, o al menos favorables, para organizar una maquinaria de guerra que debía ser el motor de una economía que, no podía sostenerse por sí misma[1]. Es en ese escenario que Hitler promueve la construcción de carreteras que, no solo serían una muestra de la recuperación de la economía y el estatus de Alemania, sino que, estaban directamente relacionada a la optimización de una economía de guerra, -podría pensarse que para movilizar maquinaria y equipo de guerra, pero como Evans demuestra, debido al constante desarrollo tecnólogo que proporcionaría armas más grandes y devastadoras, dichas carreteras no soportarían su tráfico, sino que para garantizar unas óptimas condiciones de  interconexión de puntos estratégico para el desarrollo de una estructura de la industria militar y, la conexión de zonas que permitan la distribución de las materias primas para la confección de armamento y personal armado- . Este ejemplo de las vías de transporte no solo es ideal para mostrar un programa de gobierno. Si no que, se quiere demostrar los vínculos de la reactivación de la economía alemana, la propaganda de progreso hacia el exterior y el interior, y el interés primero de comenzar a mover las piezas, si se quieres a crear un tablero en el que mover las piezas que, a posterior le permitirán ganar la guerra durante un tiempo.

Cuando hablo de la reactivación de la economía en torno a la construcción de vías de transporte, lo hago en el sentido de que, el plan de grupo de planificación de Hitler y él, habían determinado utilizar un proyecto de carácter Keynesiano, esto quiere decir permitir la entrada de una renta a la población que, permita el gasto de ésta y, por medio del consumo una reactivación del mercado interno y, por consiguiente, de la economía. Así el estado “contrataba” los servicios de un grupo de la población que trabajar en dichos proyectos, y lograba bajar las tasas de desempleo -que eran su principal problema al tomar el mando- al mismo tiempo que podía otorgar una renta reducida pero que de a poco haría girar la rueda de la economía.

En el marco de la economía cabe destacar los prestamos entregados a parejas jóvenes que estuvieran comenzando una vida matrimonial, por ende, entrando al grupo social duro de la población productora y simpatizante. Dichos prestamos se entregaban con la condición de que, la mujer se quedara en casa y tuviera hijos mientras el hombre trabajaba, doble intención, mantener un sistema económico activo y configurar el ideal de la sociedad alemana en torno al núcleo familiar y, los valores germanos tradicionales. Lo interesante es que dichos prestamos no eran en moneda, si no, en canje para obtener materiales inmuebles, apuntando directamente al consumo del sistema keynesiano nuevamente.

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