Rollo May

Rollo May

Antecedentes bibliográficos

Nació el 21 de abril de 1909 en Ada, Ohio y creció en Marine City, Michigan. May se graduó en el colegio de Ohio donde completo el bachillerato en artes en 1930. Trabajo en Grecia durante tres años. El impacto de la filosofía y la mitología griegas es claro en sus escritos. También fue a Viena y estudio de manera breve con Alfred Adler.

La visión trágica de Europa acerca la naturaleza humana impidió a May aceptar alguna vez un concepto mecánico de la persona. En unión, comenzó una amistad de toda la vida con el eminente teólogo protestante Paul Tillich, una asociación que enriqueció las vidas, la obra y los escritos de ambos. Los padres de May se divorciaron mientras él estaba en Unión así que interrumpió sus estudios y tuvo que regresar para cuidar de lo que quedaba de su familia su madre, una hermana menor y un hermano. Pudo regresar a Nueva York y terminar su licenciatura en teología en 1938. Se inscribió en la Universidad Columbia y recibió su primer doctorado en psicología clínica.

La actividad de May fue interrumpida en forma abrupta cuando enfermo de tuberculosis cerca de los treinta años de edad. En aquella época no había muchos medicamentos para la enfermedad. May pasó tres años en el Sanatorio Saranac para tuberculosos en las afueras de Nueva York sin saber si iba a vivir o morir. La enfermedad de May le ayudo a apreciar la importancia de un punto de vista existencial. La vida de May ha sido ocupada y productiva, sirvió como consejero para estudiantes universitarios, desarrollo una práctica privada en psicoanálisis y se convirtió en un miembro del Instituto White. En la actualidad, May vive en Tiburón California.

La actitud existencial

El existencialismo es un movimiento en la filosofía y la psicología contemporánea que surgió en forma natural en diferentes partes de Europa y entre distintas escuelas de pensamiento. Tiene sus raíces en los movimientos de resistencia durante la Segunda Guerra Mundial. El nombre existencialismo proviene del latín existere, que significa “sobresalir” o “surgir”, se centra en el ser humano, en la forma en que está surgiendo y transformándose.

En la psicología la actitud existencialista se expresa en el esfuerzo por entender a los seres humanos en términos de fuerzas, impulsos y reflejos condicionados, este busca salvar la brecha entre los que es cierto de manera abstracta y lo que es real de modo existencial.

Los existencialistas sugieren que no hay verdad o realidad para nosotros como seres humanos excepto en la medida en que participemos en ella, somos conscientes de ella y tenemos alguna relación con esta realidad. El conocimiento no es un hecho del pensamiento sino un acto del hacer, los existencialistas creen que la preocupación de los psicólogos por la legalidad y predecibilidad se interpone en el camino para entender a la persona real.

La perspectiva existencialista lleva la investigación a un nivel más profundo para observar la estructura en la que están arraigados esos conceptos, esta como tal, busca la unidad de la persona antes que cualquier división entre sujeto contra objeto. Por otro lado algunas verdades, tales como entender lo que significa ser, son descubiertas no con objetividad, sino con un involucramiento personal intenso.

Se plantea que el conocimiento no solo es objetivo o subjetivo sino también interpersonal, al surgir del encuentro de seres humanos entre sí. El existencialismo empieza con la existencia personal. Se pregunta ¿Qué significa ser un yo?

Impotencia

La guerra no deseada en Vietnam y la tranquilidad continua en el medio oriente ilustra cómo se puede quedar atrapado en una situación histórica en la que una persona o un grupo de individuos se sienten capaces de ejercer un poder significativo. May anticipo que la experiencia de vacuidad e impotencia que había registrado con sus pacientes con el tiempo se volvería epidémica, y pus supuesto así fue. En la década de 1970 se percibió muy poca seguridad de parte de los individuos acerca de su poder para hacer una diferencia significativa.

Los hombres y las mujeres contemporáneos se sienten desamparados e insignificantes. La impotencia conduce a la ansiedad y a la represión, lo que conduce a su vez a la apatía, la cual es una forma de protección. La impotencia y la apatía, sin embargo, también fomenta la violencia y la hostilidad y nos enajenan más a unos que a los otros, al servir solo para incrementar nuestro aislamiento.

Ansiedad

Se ha vuelto un factor común describir a nuestra época como una era de ansiedad. El trabajo de May se distinguió por sus esfuerzos para sintetizar los discernimientos tanto de la psicología como de la filosofía. Algunos psicólogos prefieren usar el término “estrés”. El problema con el concepto de estrés es no que describe de forma adecuada la aprensión a la que se hace referencia de manera ordinaria como ansiedad. De hecho pone énfasis en lo que sucede a una persona, mientras que la ansiedad está vinculada de forma distintiva con la conciencia y la subjetividad.

May propuso la siguiente definición de ansiedad “La ansiedad es la aprensión caracterizada por una amenaza a algún valor que el individuo considera esencial para su existencia como persona”. Los grandes esfuerzos por disipar la ansiedad en realidad terminan incrementándola. May recuerda que no se puede vivir en una condición vacía por un periodo sostenido. Se necesita algo para llenar el hueco, sea una autoridad destructiva, fármacos o alcohol.

La pérdida de valores

El origen de los problemas se ubica en la pérdida del centro de valores en la sociedad. Desde el renacimiento.; el valor dominante en la sociedad occidental ha sido el prestigio competitivo medido en términos de trabajo y éxito financiero. Tales valores ya no son efectivos en el mundo posmoderno en el que tiene que aprender con otras personas a fin de sobrevivir.

Nuestra capacidad para colocarnos fuera de nosotros mismos y relacionarnos con las demás personas nos permite crear valores que ayudan a moldear nuestras vidas. La soledad y el aislamiento que fueron potenciales en la sociedad occidental se han vuelto evidentes en forma amplia en nuestra época. Tenemos que elegir nuestros valores en el proceso de vivir ya que la elección es nuestra y también lo es la responsabilidad.

Redescubrimiento de la identidad

Cree que la conciencia del yo es el distintivo único de la persona humana. La conciencia de sí mismo le permite al ser humano discernir entre él y el mundo, aprender del pasado y planear para el futuro.

La identidad no es automática sino que nace en un contexto social y crece en las relaciones interpersonales. Sin embargo el énfasis de May no se encuentra en la forma en la que somos creados por otros, sino en nuestra capacidad para desarrollar y experimentar nuestros propios yo

Supuestos Ontologicos Concernientes a la persona

Como clínico, May admite con franqueza que hace ciertas suposiciones antológicas y filosóficas acerca de lo que significa ser un individuo humano. Primero asume que todos los organismos vivos están en potencia centrados en si mismos y buscan preservar esa atención. Segundo los seres humanos tienen la necesidad y la posibilidad de salir de su centralidad para participar con otras personas. Tercero, May sugiere que la enfermedad es un método por el que un individuo busca preservar su ser, una estrategia para la supervivencia. Por último, May afirma que los seres humanos pueden participar en un nivel de autoconciencia que les permite trascender la situación inmediata el punto decisivo aquí es percibir la realidad y la verdad acerca de uno mismo.

Redescubrimiento de los sentimientos

Al redescubrir la identidad la mayoría de la personas tiene que regresar al comienzo y hacer lo mismo con sus sentimientos. Necesitamos reconocer que desempeñamos un papel activo en la creación de nuestros cuerpos y sentimientos. La conciencia del cuerpo y los sentimientos propios preparan las bases para saber lo que deseamos.

Volverse una persona no solo requiere estar en contacto con lo sentimientos y deseos propios sino también luchar contra aquellas cosas que impiden sentir y desear, pero son nuestros lazos infantiles de dependencia los que nos impiden ser claros en cuanto a sentimientos y deseos.

Cuatro estados de la conciencia del yo

Sugiere que hay 4 etapas de la conciencia del yo. La primera es la etapa de la inocencia antes de que nazca la conciencia del yo. Esta es la característica del infante. La segunda etapa de la rebelión en el individuo busca establecer alguna fuerza interna. La tercera etapa es la conciencia ordinaria del yo. Esta es la etapa a la que se refiere la mayoría de las personas cuando hablan de personalidad saludable. May se refiere a la última etapa como conciencia creativa del yo. Implica la capacidad de observar algo a fuera del punto de vista limitado usual de la persona y vislumbrar la verdad ultima como existe en la realidad.

Los objetivos de la integración

May concibe al ser humano como consiente del yo, capaz de intencionalidad y con la necesidad de hacer elecciones. En su discusión acerca de los objetivos de la integración, May revela además un intento por discutir cuestiones clave en la personalidad de tal forma que evite la tendencia a abstraer al individuo real y a la vida misma en dualismos y constructos artificiales. En lugar de abstraer conceptualizaciones, se necesita reconocer y enfrentar las paradojas de nuestras propias vidas.

Lo demonico

Lo demonico es cualquier función natural que tenga el poder de asumir control de la persona

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