San Francisco De Asis Y Las Tradiciones En Chiapas.

San Francisco de Asís….

Breves Palabras para describir una Gran Vida

Por: Daniel Arturo Hernández Soto.

San Francisco de Asís Nació bajo el nombre de Giovanni. Sus padres fueron Pedro Bernardone de Moriconi y Donna Pica Bourlemont; tuvo un hermano más, de nombre Angelo. Su padre era un próspero comerciante de telas que formaba parte de la burguesía de Asís, ciudad y sede episcopal de Italia, situada en la provincia de Perugia. Don Bernardone viajaba constantemente a Francia a las ferias locales, acompañado de su Hijo mayor entonces Llamado Giovanni, Fue ahí donde nació la afición de Francisco a la lengua francesa y los cantos de los trovadores.

De joven se caracterizó por su vida despreocupada: no tenía reparos en hacer gastos cuando andaba en compañía de sus amigos en sus fiestas periódicas, ni en dar pródigas limosnas. Años mas tarde la ciudad se vio envuelta en guerra reclamando su autonomía del Sacro Imperio, y Francisco formó parte del ejército Papal contra los germanos de quienes lograron su independencia. En 1201 se enfrascaron en otra guerra contra Perugia, ciudad italiana, capital de la región de Umbría cerca del río Tíber, en el centro de la península itálica, guerra apoyada por los nobles desterrados de Asís. En noviembre de 1202, Francisco fue hecho prisionero y estuvo cautivo por lo menos un año.

De acuerdo con los relatos, al salir de su encierro y durante un viaje a Apulia mientras marchaba a la guerra en Nombre de Cristo, una noche escuchó un susurro Divino que le decía regresa a Asís, indicándole también el cómo de sus nuevas misiones. Así lo hizo y volvió ante la sorpresa de quienes lo vieron, siempre jovial, ahora envuelto en meditaciones solitarias y en una profunda vida espiritual, mostrando una conducta de total desapego a lo terrenal. Después de un día de reflexión meditabunda en quietud y paz anuncio a sus amigos y familiares sus Bodas, comentando según relatos de la Historia: Pienso casarme, y la mujer con la que me comprometo es tan noble, tan rica, tan buena, que ninguno de vosotros visteis otra igual. Fue de reflexiones y oraciones que supo que la dama a quien se refería era la Pobreza

El punto culminante de su transformación se dio cuando convivió con los leprosos, a quienes tiempo antes le parecía extremadamente amargo mirar, en la filosofía de humildad de quienes todos desviaban la mirada encontró la vereda del camino que habría de recorrer, del día en adelante su vida cambio, tomo las posesiones de su Padre y las vendió con el objetivo de contribuir a la reconstrucción de La Iglesia de San Damián. Cuando su Padre se entero lo reprimió fuertemente encerrándolo encadenado en el calabozo, pero con ayuda su madre Francisco Logro Escapar. Días después don Bernardone lo denuncio a las autoridades Civiles para forzarlo a presentarse y de volver lo hurtado, pero Francisco argumentando no pertenecer a la autoridad civil, convenció a las autoridades de dejar el caso en manos de la Iglesia.

Francisco se sometió al llamado eclesial. Ante el requerimiento de devolver el dinero frente a su padre y al obispo de Asís, Francisco se presento y devolvió todo a su padre despojándose incluso de sus ropaje, proclamando a Dios desde ese momento como su verdadero Padre. Ante este acto el obispo lo abrazó y le envolvió con su manto, hasta el final de sus días.

No se sabe con certeza cuántas iglesias en ruinas reconstruyó; Su historia cita que el 24 de febrero de 1208, escuchó estas palabras del evangelio: No lleven monedero ni bolsón, ni sandalias, ni se detengan a visitar a conocidos, es la Nada donde todo hallaran,... Así, cambió su afán de reconstruir las iglesias por la vida austera y la prédica del Evangelio. Después de someterse a las burlas de quienes lo veían vestido casi de trapos, su mensaje fue escuchado con atención, y al contrario de otros grupos reformadores de la época, el mensaje de Francisco no era un mensaje de descalificaciones ni acuse de herejías o maldiciones, era un mensaje de Paz y ayuda reciproca, de despojarse cuanto de mas mejor en el afán de una vida de humildad y de servicio. En unos meses sus discípulos eran once: Bernardo de Quintavalle, Pedro Catani, Gil, Morico, Bárbaro, Sabatino, Bernardo Vigilante, Juan de San Constanzo, Angelo Tancredo, Felipe y Giovanni de la Capella.

Bajo la pobreza de Francisco predicaban y pedían, los frailes hacían sus labores diarias atendiendo leprosos, empleándose en faenas humildes para los monasterios y casas particulares, y trabajando para granjeros viejos ayudándolos. Pero las necesidades cotidianas hacían la colecta de limosna inevitable, labor que Francisco alentaba con alegría por haber elegido el camino de la pobreza.

Fue

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