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CASO DE LA INTRODUCCIÓN A LA ADMINISTRACIÓN (WEIRTON STEEL)


Enviado por   •  13 de Noviembre de 2017  •  Apuntes  •  2.508 Palabras (11 Páginas)  •  327 Visitas

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CASO DE LA INTRODUCCIÓN A LA ADMINISTRACIÓN   (WEIRTON STEEL) Pag. 92

La división Weirton Steel de la Nacional Steel  Corporation, empresa que cuenta con más de 7000  empleados, era la más grande de una sola localidad y se hallaba en West Virginia. Estaba situada en weirton, ciudad de una industria con 26000 habitantes, que se hallaba en el extremo norte del estado sobre la margen oriental del río Ohio; durante años había sido la base de la economía regional.

En 1909 el industrial pionero Ernest T. Weir trasladó su planta siderúrgica  de Clarksburg a Weirton, que por entonces era una pequeña población. Soñaba con establecer una compañía acerera totalmente integrada, que tuviera sus propias minas y plantas; también se imaginaba a sí mismo como un  patriarca benevolente de una ciudad fabril, donde trabajadores y directivos fueran amigos y vecinos. Para impedir que el agresivo sindicato United Steelworkers Unión organizara a los empleados, Weir fundó un sindicato interno y pagó sueldos mucho más altos que los del promedio industrial. Los trabajadores siempre habían estado más que satisfechos con ese arreglo; su última huelfa tuvo lugar en el 1933. A fines de la década  de 1970, eran los mejor pagados en la industria siderurgia de todo el mundo. Eran comunes los ingreso de $35000 al año, y había algunos trabajadores especializados que ganaban el doble. Aún los empleados se beneficiaban indirectamente de sueldos tan elevados: en 1980, la zona de Weirton ocupaba el cuarto lugar en el sueldo promedio de Estados Unidos. El pueblo se había aislado en su prosperidad se había ido desligando, como me dijo mas tarde un ministro de la comunidad, “Del estilo de vida del resto del país”.

Pero los tiempos difíciles abrumaban a la industria nacional del acero y pronto llegaron a la compañía y al pueblo. En marzo de 1982, Nacional Steel Corporation ( la compañía integrada fundada por E. T. weir en 1929) anunció desde sus oficinas Pittsburg, 30 millas al Este de Weirton, que ya no podía seguir invirtiendo en su subsidiaria. La empresa matriz había empezado a retirarse del acero de algún tiempo atrás, utilizando las utilidades de la división  Weirton Steel para diversificarse en inversiones bancarias, seguros y bines raíces; ahora estaba decidida a ganar un 20 %  de rendimiento en cada uno de sus valores en cartera.

Ninguna empresa siderurgica del país podía acercarse a tal rendimiento, pero National Steel Corporation pensaba que sus accionistas no aceptarían una cantidad menor. Propuso entonces convertir las instalaciones de la  Weirton Steel en una planta de acabado reduciendo la fuerza de trabajo a unos  150º empleados. Los trabajadores y los habitantes en la ciudad, atrapados  en medio de la peor reseción nacional en cinco decenios afrontaban un total desajuste económico. Era los principales interesados en el éxitos de la compañía y casi todos creían que la gerencia de Nacional  Steel Corporation, que nunca había gozado de popularidad entre ellos, tenia la intención de “deshacerse de la planta”, como dijo uno de ellos.

La Corporation Nacional Steel ofrecía solo un rayo de esperanza: los empleados y los gerentes de las plantas podían comprarla con el plan de propiedad de acciones para los empleados (ESOP), un proyecto adoptado por el Congreso de 1978.  Según ese plan, una división independiente Weirton Steel podía emitir acciones para sus empleados a cambio de las ventajas fiscales con los que se pagarían los préstamos y se financiaría la inversión de capital. Tal  táctica podía salvar la compañía, pero a corto plazo beneficiaría mucho más a Nacional Steel Corporation aportándole mucho efectivo y, en especial permitiéndole evitar los costos de cierre ( pago de jubilaciones y el monto de las liquidaciones) que podrían ascender a $800 millones. El plan parecía muy atractivo a muchos de la Weirton  Steel. Todo marchaba bien podían crear una empresa autónoma, libre del oneros control de la Nacional Steel Corporation y fomentar la creatividad y el espíritu emprendedor de una nueva fuerza de trabajo muy descontenta.

Se formó casi de inmediato un comité conjunto de gerentes y trabajadores a fin de estudiar un plan de propiedad de acciones para los empleados como una posible solución de su dilema. Una firma  consultora, conocida en todo el país, efectuó un estudio de factibilidad y descubrió que por los menos se necesitarían mil millones de dólares para ser competitiva la compañía y que todo el personal tendría q aceptar una reducción de 32 % de su sueldo y prestaciones. Si se cumplían esas dos metas, el plan podría dar buenos resultados. Alentados por estos resultados el comité conjunto optó por contratar mas ayuda externa, recurriendo a los servicios de una firma legal y un banco de inversión que tenían muchas experiencia en la realización de éste tipo de planes, los dos tenían su sede en Nueva Cork y, al igual de la firma constructora cobraban honorarios muy altos. El fondo para huelgas y las aportaciones de los ejecutivos no fueron suficientes para pagar esos gastos y en consecuencia el comité buscó la ayuda de la comunidad. Con actividades como bailes, venta de pasteles, reuniones para recaudar  fondos y un maratón en la estación de televisión por cable, los entusiastas habitantes de la ciudad pudieron reunir en unos cuantos meses casi la mitad del millón que  necesitaban  para cubrir los honorarios de abogados y banqueros, los cuales llegaban a menudo a $250 por hora.

En marzo de 1983 un año después del suceso inesperado de la Nacional Steel Corporation y tras meses de tensas negociaciones, el comité conjunto de Weirton Steel anuncio que, en principio,  se había llegado a un acuerdo respecto al plan de acciones para los empleados. Los trabajadores de la Weirton Steel pagarían a la Corporación $ 66 millones por la planta y del equipo, cifra que representaba el 22% del valor depreciado que tenía la Nacional Steel en libros. El pago del capital se haría del sexto al decimoquinto año; el pago de interés al 10% sobre varios préstamos bancarios no se exigiría hasta que la nueva empresa obtuviera un capital contable neto de $100 millones. Por los activos corrientes (cuentas por cobrar e inventario) , Nacional Steel recibiría $200 millones : $75 millones en el momento del cierre y el resto se repartiría en 28 años. Por su parte, Nacional Steel conservaría la responsabilidad del pago  de todas las pensiones y sufragaría casi todos los costos si la nueva empresa fracasaba en el transcurso de los próximos cinco años. El presidente de Weirton Steel, quien confesó haber recibido muchas cartas en que se les acusaba a el y a sus colegas fomentar el socialismo, veía desde un ángulo totalmente diferente el plan de propiedad de acciones para los empleados; “ la idea  es crear capitalistas. Deseamos ardientemente agregar 7000 capitalistas a las listas.”

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