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Caso cadete


Enviado por   •  29 de Marzo de 2020  •  Exámen  •  1.848 Palabras (8 Páginas)  •  176 Visitas

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Caso cadete

El Coronel Johnny Hidalgo, Sub Director de la Escuela se encontraba en su despacho, al ingresar el Alférez Martinez, acompañado de una cadete sollozante, se dijo para sí que habían llegado los problemas. El Alférez Martinez entregó un papel conteniendo el informe preparado por Zoila Malpartida, la cadete que acusaba al Teniente Machuca de violación. Leído el informe, la cadete empezó su relato con palabras entrecortadas, al término del mismo, el Coronel Hidalgo alzó el teléfono para comunicarse con los padres de la cadete y convocarlos a una reunión en la Escuela.

Dos pájaros de un tiro.

Luego de pasar toda la noche pensando en las razones por las cuales había ingresado a la Escuela hacía ya 11 meses; Zoila Malpartida decidió presentarse en la mañana al Oficial de guardia para informarle que días antes había sido forzada a mantener relaciones sexuales, por un Oficial de la Dotación. En su cabeza desfilaban las largas conversaciones que habían sostenido ella con sus padres durante los fines de semana en que lograba salir sin arrestos. Para ellos era un orgullo que su hija lograra ser Oficial, quizá por eso ella no les había dicho que andaba mal académicamente y que no tenía una buena imagen en el Batallón de Cadetes, principalmente porque no se lograba ajustar a las estrictas normas de conducta, valores y cultura organizacional que la Escuela exige. Zoila sabía que tarde o temprano el sistema acabaría filtrándola y las expectativas de sus padres se verían defraudadas.

Antes del amanecer y recostada en su litera, escribía a mano, ayudada con una linterna, un informe en el cuál acusaba al Teniente T. Machuca, de violentarla sexualmente. Machuca era un oficial con fama de enamorador y que había sido su pareja hasta hacía unos meses, en que terminara la relación como consecuencia de que ella se enterara que su galán, andaba en amores con una Suboficial. Así “mataría dos pájaros de un tiro” pensó; acabaría con la carrera de Machuca y ella podría salir de la Escuela por una razón que sus padres no sólo entenderían, sino que también apoyarían, ya que les daría razones valederas para ayudarla a rehacer su vida.

Cámaras y acción

Apenas escuchó el sonido característico de la corneta del cabo de guardia anunciando la “diana”[1], en vez de correr con todos sus compañeros a formación, ella se dirigió hacia la prevención y sin mediar palabra le alcanzó al Oficial de Guardia su informe.

El Alférez Martínez, un Oficial con una impecable hoja de servicios, leyó pausadamente el documento en el que se acusaba al Teniente Machuca de violación. Al terminar, levantó la mirada descubriendo que la Cadete Malpartida lloraba en silencio. Martínez la hizo pasar a la prevención y pidió un vaso con agua al Cadete de Guardia, luego de que notó a la Cadete más calmada, le indicó que permaneciera dentro de la prevención hasta que acabara la formación, indicándole que él mismo la acompañaría a la oficina del Coronel Subdirector de la Escuela, para que ella le presente su informe.

Ese día el Subdirector, Coronel Johnny Hidalgo, llegó puntual como siempre a su oficina, le pidió a su secretaria que le alcance un café y se sentó con el periódico del día, encendiendo su computadora para ir leyendo correos y páginas web de interés. Como era ya su rutina, primero separó el crucigrama y luego empezó su lectura por la sección de deportes. Mientras ojeaba el diario y se disponía a contestar una cadena que le había llegado por el correo, oyó la voz del Alférez Martínez indicándole a la secretaria que lo anuncie. Dando un respiro pensó, buen oficial este Martínez y se felicitó de haber logrado que lo cambien a la Escuela. ¡Adelante! se apresuró a decir. De inmediato se abrió la puerta y aparecieron en su oficina Martínez acompañado de una Cadete sollozante; los invitó a tomar asiento y escuchó con atención a esta muchacha bien parecida que entre llantos le contaba cómo hacía unos días había sido violentada por el Teniente Machuca. Mientras recibía el reporte y escudriñaba en su mente la insensatez de Machuca, se decía porqué no había pedido su cambio el año pasado cuando el conflictivo Teniente tuvo el incidente con su secretaría. Ya era tarde para lamentos y lo que se venía, sí podía ser un escándalo de proporciones mayores. Al terminar la cadete Malpartida su relato, el sólo atinó a decir: No te preocupes hija, esto se va a solucionar a la brevedad, ¿Le has contado a tus padres? Un NO MI CORONEL fue la respuesta, ante lo cual inmediatamente le pidió el número telefónico de su casa y comenzó a digitarlo en su teléfono. De la manera más serena que pudo le informó a la madre de la cadete Malpartida, que su hija había tenido un problema y que su presencia era necesaria en la Escuela.

A las nueve de la mañana el carro de los Malpartida se estacionaba en el parqueadero de la Escuela y un preocupado Dr. Malpartida bajaba con prisa preguntándole al Cabo de guardia sobre la ubicación del Coronel Hidalgo. Está en su oficina señor, la de las ventanas polarizadas. Vamos le dijo a su esposa, una incisiva abogada. El había sido Suboficial en la Policía y gracias a su esfuerzo y dedicación había terminado la carrera de Derecho. Durante las largas noches de estudio es que conoció a quien era su esposa, se enamoró de ella por su determinación cuando defendía los derechos de la mujer en la sociedad. Ella era hoy, una activa militante del colectivo Manola Flórez, pionero en temas de derechos de la mujer.

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