Comentario De Texto De La Égloga I De Garcilaso De La Vega
George_van_Horst16 de Diciembre de 2014
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Corrientes aguas puras, cristalinas,
árboles que os estáis mirando en ellas,
verde prado de fresca sombra lleno,
aves que aquí sembráis vuestras querellas,
hiedra que por los árboles caminas,
torciendo el paso por su verde seno:
yo me vi tan ajeno
del grave mal que siento
que de puro contento
con vuestra soledad me recreaba,
donde con dulce sueño reposaba,
o con el pensamiento discurría
por donde no hallaba
sino memorias llenas d’alegría.
Garcilaso de la Vega
COMENTARIO DE TEXTO
LOCALIZACIÓN
Nos encontramos ante una estancia perteneciente a la Égloga I del poeta renacentista Garcilaso de la Vega (1501-1536), autor que su-puso una evolución en la poesía española de la época, tomando co-mo modelo a los poetas italianos, con nuevos temas y renovadas estrofas y versos.
Garcilaso, junto con Juan Boscán, es el introductor en España de los postulados literarios del Renacimiento italiano, así como el máximo exponente de la poesía renacentista española; igualmente, fue el creador de una escuela poética que sería de gran influencia para sus coetáneos y para poetas de siglos posteriores.
Los temas principales de la poesía de este tiempo son los retratos de la mujer amada, la descripción de naturalezas idílicas y los reflejos colorísticos y pictóricos de la realidad de la sociedad de la época.
TEMA
El poeta realiza una descripción de la paz y la serenidad que siente el autor ante la contemplación del paisaje natural, en cuya paradi-síaca imagen se apoya para rememorar tiempos felices.
ESTRUCTURA
El fragmento corresponde a una estancia, estrofa de origen italiano que fue “adaptada” por Garcilaso, consistente en una combinación libre de versos endecasílabos y heptasílabos con rima consonante que sigue la siguiente estructura: ABC BAC cdd EEFeF.
El texto puede estructurarse en dos partes claramente diferen-ciadas: una primera en la que presenta la descripción de un locus amoenus, heredera de la poesía de Petrarca, y una segunda en la que el poeta interioriza el paisaje y hace una evocación de su estado anímico, llevándole a recordar momentos mejores.
Desde el punto de vista formal, el tiempo verbal utilizado en la primera parte es el presente de indicativo, mientras que en la se-gunda aparece la primera persona e en pretérito imperfecto de indi-cativo. Desde el punto de vista métrico, la primera parte cuenta con seis endecasílabos, mientras que en la segunda se combinan versos heptasílabos y endecasílabos.
ANÁLISIS
En primer lugar hay que señalar que dentro del poema coexisten de una manera armonizada dos mundos o realidades: el mundo ex-terno, correspondiente al paraje idílico de la primera parte del poe-ma, y el mundo interior del poeta, correspondiente a la segunda parte del mismo.
En la primera parte se presenta un locus amoenus que trasmite una sensación de paz y serenidad, donde la belleza y la armonía se resaltan debido a la aliteración que viene dada por el uso de la “s” para ofrecer unas sensaciones auditivas agradables, (“cristalinas aguas” o “aves que aquí sembráis vuestras querellas”), haciendo casi visualizar un paraje idílico en el que se escucha el canto de los pája-ros. Del mismo modo se puede observar en la una rica adjetiva-ción (las aguas son “puras” y “cristalinas”…) con un uso limitado de los verbos y haciendo hincapié en esa sensación agradable re-marcada en el ámbito fónico, mientras que la repetición del epíteto “verde”, que se antepone a los sustantivos (“verde prado” y “verde seno”), la cual no hace más que reforzarse con la alusión de la hie-dra y que sirve para indicar el verdor del prado. Del mismo modo existe un continuo uso de los hipérbaton
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