CÓMO SER UN GRAN JEFE SIN SER UN OGRO

CÓMO SER UN GRAN JEFE SIN SER UN OGRO

DEVLIN DONALDSON

Consejos para dirigir, motivar e inspirar a sus empleados.

INDICE

Introducción

LIDERAZGO

1 Examinar los motivos

2 Tener una visión a largo plazo

3 Poner los principios en claro

4 Ser consistente

5 Ser honesto

6 Honor antes que honores

7 Decidir

8 La política de puertas abiertas

9 Defender a los empleados

10. Empujar la autoridad hacia abajo

11 Tomar tan pocas decisiones como sea posible

12 Demandar integridad

Introducción

Ser jefe. Tener que asumir la responsabilidad por el trabajo que otras personas desarrollan bajo la guía de uno. Si el lector es nuevo en la función de jefe, no hay mejor ocasión que la presente para aprender formas eficaces de desempeñar ese trabajo. Si ha sido jefe durante varios años, tiene todo por ganar si realiza un esfuerzo adicional para ser mejor en su trabajo. No existe el jefe perfecto. No importa lo bueno que se llegue a ser, siempre existe la posibilidad de mejorar.

Para ser un gran jefe, primero es preciso ser muy honesto consigo mismo sobre el puesto y respecto a la razón por la que esta posición de autoridad es tan importante para el lector. Éste debe preguntarse entonces a sí mismo por qué debería ser lo mejor que sea posible. Se puede hacer un gran esfuerzo para ser un buen jefe con objeto de impresionar a aquellos para quienes el lector trabaja. O bien porque existe la preocupación por los subordinados y se desea que tengan éxito en su empleo.

La verdadera respuesta es quizá una combinación de ambas razones. Pero si se cuenta con prioridades establecidas desde el principio, es posible alcanzar ambas. Al invertir las habilidades como gerente y preocuparse por el éxito de quienes trabajan a sus órdenes, el lector impresionará de verdad a sus jefes. Cuando tienen éxito las personas que trabajan para alguien, este último también lo obtiene.

Si bien algunas personas hacen que ser un buen jefe parezca algo que no requiere esfuerzo, se trata de un trabajo duro que exige planeación, ejecución y un deseo de tomar riesgos. Al tratar de ser un gran jefe, el lector tendrá problemas, no alcanzará las metas y a veces se preguntará a sí mismo: ¿Por qué hago esto? Pero si es diligente y tiene fe, intentará mejorar en forma continua y tratará a los empleados como seres humanos, no como medios para alcanzar un fin, a la larga le será posible obtener grandes satisfacciones del trabajo.

Este libro ofrece varias maneras de poder convertirse en un mejor gerente en ambos casos, ya sea uno nuevo en el puesto o un viejo lobo de mar. De ninguna manera, este libro proporciona todas las formas posibles de mejora, pero se trata de un buen punto de partida.

Existen tres áreas de responsabilidad de las que cualquier jefe debe ocuparse: liderazgo, motivación y desarrollo de los empleados. El primero tiene que ver con las cualidades en el interior de uno mismo que inspiran a los demás a seguirlo a uno. La motivación es la capacidad de inspirar a los demás a trabajar. Desarrollo significa dar pasos para hacer saber a los empleados que se les valora y que recibirán todas las oportunidades posibles de lograr su pleno potencial dentro de la empresa.

Nadie necesitará implantar todas estas ideas. De hecho, nadie debería tratar de hacerlo. Examínese el lector a sí mismo y sus funciones de trabajo para encontrar las áreas en las que puede lograr alguna mejora importante. Toda persona que dirige a otros sabrá qué áreas es preciso mejorar.

Quizá algunas de estas ideas encuentren resistencia: en los empleados, los jefes o aun en el propio lector. El cambio, para todas las personas y por cualquier razón, puede llegar a ser muy tensionante. De modo que es preciso tratar de hacer los cambios en forma gradual, amén de hablar con los empleados sobre lo que sienten. Después de implantar una idea que funcione, se encontrará un público más receptivo para los cambios futuros. ¡Y será posible estar seguro de ser un buen jefe sin ser mandón!

LIDERAZGO

CAPÍTULO 1  Examinar los motivos

Para ser de verdad un gran líder, primero es preciso entender los componentes del liderazgo.

Ser líder significa "mostrar el camino o establecer el curso para los empleados al ir delante de ellos o bien a su lado". Todas las personas son guiadas por sus principios. Éstos determinan el curso de la vida. Como líder, el lector debe llevar a sus empleados en una dirección específica. Las cosas por las que se vive son las mismas que aquellos que lo siguen a uno comenzarán a exhibir en sus vidas. Si el lector es despiadado, comenzará a ver un comportamiento despiadado en los empleados. Si ,es justo, percibirá una conducta similar en ellos.

Principios

Para demostrar un buen liderazgo, es preciso tener principios sólidos. ¿Qué valora el lector? Existe un sencillo ejercicio que lo pondrá en contacto con sus valores fundamentales. Steven Covey, el autor de The 7 Habits of Highly Effective People*, diseñó el ejercicio.

Siéntese con un lápiz y un papel, e imagine que se encuentra en su propio funeral. Piense que hablarán tres personas: un compañero de trabajo, un miembro de

.Los siete hábitos de las personas eficaces.

la familia y un amigo íntimo. Escriba lo que le gustaría que dijeran. Cuando termine de escribir, tendrá una idea de los valores que estima en más alto grado. Compárelos con la forma en que vive hoy en día. Es posible que actúe en forma muy diferente a lo que desearía. Es muy importante vivir de nuevo según los principios.

Evaluación honesta

Con demasiada frecuencia, las personas actúan de la manera que creen que los demás quisieran que lo hicieran. Si el lector se permite caer en esta trampa, está siendo deshonesto consigo mismo. y al vivir en forma deshonesta, descubrirá que quienes siguen su liderazgo también vivirán con deshonestidad.

Quizá el lector descubrirá que considera menos que satisfactorias algunas cosas importantes. Esta es su oportunidad de cambiar los principios rectores. Quizá perciba su papel de jefe como una mera forma de que las personas hagan lo que desea, o bien descubra que trabaja sólo porque necesita el dinero. Si de verdad siente de esa manera y no le gusta, debe asignar nuevas prioridades a su vida. Recuérdese a sí mismo los valores que aspira a tener en su vida.

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