Don Julio Mario

DON JULIO MARIO – GERARDO REYES

En este libro tan impactante de como una persona puede llegar a tener tanto dinero, de como una perona puede llegar a tener tanto empuje y de como una persona puede llegar a influenciar tanto a un pueblo tan subdesarrollado. Además también aquí se puede ver que si es posible que alguien pueda salir adelante con empuje y ganas y dar tanto empleo como lo es este señor Julio Mario Santo Domingo. Es la encarnación del poder en Colombia. Este poderoso hombre, “con una fortuna calculada por la revista Forbes en 3.500 millones de dólares” , ha apadrinado presidentes, desecho carreras políticas y, ante todo, manejado los hilos de la vida económica y empresarial de nuestro país. Julio Mario Santo Domingo es el más poderoso de Colombia de acuerdo como lo han catalogado muchas personas. Algunos analistas pensaban que Santo Domingo era la fuente más importante de financiación de la política colombiana.. Ahora, a sus 81 años, ha finalizado una jugada maestra: su cervecera bavaria ha sido comprada en julio por la multinacional anglo-surafricana SABMiller por 7.800 millones de dólares. Esta gran noticia es demasiado importante cuando se llega a mirar de que manera un negocio de tal magnitud beneficia a un país como el nuestro, derogando desiciones, dando empleo y además ayudando a que est epais salga mas a flote en el mundo del comercio internacional.

Se dice que en Colombia es imposible vivir sin comprar algún tipo de producto que este hombre no haya tenido la inteligencia de hacer o fabricar. Hasta hace poco, las compañías de este magnate, originario de la ciudad caribeña de Barranquilla pero nacido en Panamá en 1924, han extendido sus redes en todos los sectores de la economía colombiana, desde hamburgueserías hasta los principales medios de comunicación del país, pasando por la aerolínea nacional y, por supuesto, todas las marcas de cerveza producida aquí, pero ay que resaltar que como dirían muchos empresarios la gallina de los huevos de oro para Santo Domingo fue la cervecería bavaria. En esa década se podría afirmar que Julio Mario Santo Domingo se estaba convirtiendo en el dueño de Colombia. Bavaria, una de las compañías más grandes del país, era un monopolio de la cerveza. Pero además tenía un conglomerado de negocios que incluía una participación mayoritaria en la aerolínea Avianca y Radio Caracol.

Julio Mario Santo Domingo empieza en 1972 cuando hereda una cervecera de su padre, Águila, que por entonces sólo operaba en el mercado caribeño. Santo Domingo siempre tuvo claro que no iba a perderse los placeres de la vida y de ahí que hasta se matriculara en el curso nocturno de la universidad de Georgetown, Washington para no tener que madrugar. Es más, él mismo ha contado cómo muchos días acudía a clase vestido de esmoquin para salir después a la fiesta de turno. La conquista de Bavaria Su visión siempre fue más allá de las fronteras geográficas y su ambición de conquistar otras tierras, hizo que pudiera realizar una jugada maestra al ampliar su empresa con otra cervecera, Bavaria, que por esas fechas era su rival más directo. Con su don de gentes y su encantadora seducción convenció al dueño de Bavaria para que se fusionada con Águila y, lo que es mejor, desde el discreto tres por ciento logró que de esa unión fue ampliado el porcentaje a base de comprar las participaciones de los accionistas más minoritarios, en la clásica jugada maestra que culmina cuando Santo Domingo no sólo dirige ese proyecto sino que se convierte en su principal accionista. Hay que ser muy hábil para tener un producto que se debilita frente a su rival y quedarse con todo.

Bavaria controla el 99 por ciento del mercado cervecero de Colombia y Perú, el 93 por ciento en Ecuador y el 78 en Panamá. Es dueña de las marcas Costeña, Águila, Cristal, Pilsener y Atlas y sus ventas de 2004 alcanzaron 1.900 millones de dólares, registrando un crecimiento de un 13,2 por ciento. Parte de la filial de Bavaria en Perú iría también a manos de la Sab Miller.

En las décadas siguientes, la leyenda y el control de Santo Domingo sobre la vida empresarial del país se volvieron omnipresentes. Se dejaba ver entre la aristocracia europea, compró uno de los antiguos apartamento del patriarca Rockefeller en Nueva York y fue embajador de Colombia en China. Bavaria era un monopolio virtual de la cerveza. Además, adquirió una participación mayoritaria en Avianca, la mayor aerolínea del país, dejó su huella en los medios de comunicación colombianos y entró en el sector de las telecomunicaciones, Y eso es lo que hizo este hombre se codeara con el doble del jet set internacional y que tan a gusto se sintiera en la ciudad de Nueva York, desde donde observa todas sus posesiones que hoy controla su hijo Alejandro. Es más, cuanto más poderosos se hacía en su país más ganas tenía de vivir entre Nueva York y París. Tras su primera gran operación, no quiso dejar de trabajar. Santo Domingo se había aprendido el atajo hacia el éxito y ahora sólo tenía que volver a aplicar la fórmula para seguir quedándose con más objetivos.

Esta larga lista de emporios empresariales, fue lograda con sudor y pulso impuesto por Santo Domingo de acuerdo con esto aparecen los rumores que tanto juego dan en las reuniones de ejecutivos y políticos sin que nadie se atreva a poner el cascabel al gato. Lo cierto es que para llegar

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