El Príncipe. Nicolás Maquiavelo
Lothar MataResumen3 de Junio de 2019
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EL PRINCIPE DE NICOLAS MAUIAVELO
Nicolás Maquiavelo al magnifico Lorenzo de Médicis
Congraciarse con un príncipe muchas veces significa regalar caballos, armas, telas de oro, piedras preciosas y parecidos adornos dignos de quien los recibe, yo Nicolás Maquiavelo no he encontrado entre lo poco que poseo para ofrecerle a Lorenzo de Médicis mas que el conocimiento de las acciones de que los hombres han adquirido gracias a una larga experiencia de las cosas modernas y a un incesante estudio de las antiguas; acciones que luego de examinar y meditar he encerrado en un corto volumen que os dirijo. Y aunque juzgo obra indigna de vuestra magnificencia no puedo haceros mejor regalo pues es lo que he aprendido en muchos años, no quiero que se mire como presunción el que un hombre de humilde cuna se atreva a examinar y criticar el gobierno de los príncipes ya que para conocer bien la naturaleza de los pueblos hay que ser príncipe y para conocer la de los príncipes hay pertenecer al pueblo. Este modesto obsequio tiene la intención de que Médicis llega a la grandeza que el destino y sus virtudes le auguran.
CAPITULO1
DE LAS DISTINTAS CLASES DE PRINCIPADOS Y DE LA FORMA EN QUE SE ADQUIEREN
Todos los estados, todas las dominaciones que han ejercido y ejercen soberanía sobre los hombres han sido y son republicas o principados. Los principados son: hereditarios, o nuevos.
El estado hereditario lo dirige un príncipe o son libres.
CAPITULO 2
DE LOS PRINCIPADOS HEREDITARIOS
Como pueden gobernarse y conservarse los principados.
Es más fácil conservar un estado hereditario que uno nuevo.
Si el príncipe es de mediana inteligencia se mantendrá siempre en su estado y aunque una fuerza arrolladora lo arrojara de el solo tendría que esperar para reconquistarlo.
Un cambio deja siempre la piedra angular para la edificación de otro.
CAPITULO3
DE LOS PRINCIPADOS MIXTOS
En los principados nuevos y aunque no lo sea del todo, sino como miembro agregado a un conjunto anterior, puede llamarse mixto. En este principado los hombres cambian con gusto de señor creyendo mejorar, lo que hace que el príncipe se vea obligado a ofender a sus nuevos súbditos, con tropas o con mil vejaciones. De modo que tienes por enemigos a todos los que has ofendido al ocupar el principado, y no puedes conservar como amigos a quienes te han ayudado a conquistarlo, por que no puedes satisfacerlos como ellos lo esperaban.
Los territorios revelados se pierden con más dificultad cuando se conquistan por segunda vez, porque el señor vacila menos.
Los estados que al adquirirse se agregan a uno mas antiguo o son de la misma provincia y de la misma lengua, es muy fácil conservarlos porque no están acostumbrados a vivir libres. Si por el contrario son diferentes es preciso mucha suerte y mucha habilidad para conservarlos, es menester que quien los adquiera viva en ellos.
Otro buen remedio es mandar colonias a uno o dos lugares que sean como llaves de aquel estado, ya que los damnificados son pobres y andan dispersos, jamás pueden significar peligro.
Los hombres hay que conquistarlos o eliminarlos, de tal manera que la ofensa que se haga a éstos debe ser tal que les resulte imposible vengarse. También recomienda que el príncipe que anexe una provincia de costumbres, lengua y organización distintas, lo obligara a convertirse en paladín y defensor; debe cuidarse de los extranjeros tan poderosos como él, ya que se le adhieren los que sienten envidia del que es mas fuerte entre ellos.
Regla generar que rara vez o nunca falla: “el que ayuda a otro a hacerse poderoso causa su propia ruina; porque es natural que el que ha vuelto poderoso recele de la misma astucia o de la misma fuerza gracias a las cuales se les ha ayudado.
CAPITULO 4
PORQUE EL REINO DE DARIO, OCUPADO POR ALEJANDRO, NO SE SUBLEVO CONTRA LOS SUCESORES DE ESTE, DESPUES DE SU MUERTE
Los principados han sido gobernados de dos modos distintos: por un príncipe que elije de entre sus siervos a los ministros que le ayudaran a gobernar o por un príncipe asistido por nobles cuya antigüedad de su linaje deben la posición que ocupan.
En el primero, el príncipe goza de mayor autoridad si el es como en el segundo caso los nobles le ayudan a abrirse camino a facilitarle la conquista, pero si se quiere mantener tendrá luchar contra ellos y contra los oprimidos.
CAPITULO 5
DE QUE MODO HAY QUE GOBERNAR LAS CIUDADES O PRINCIPADOS QUE, ANTES DE SER OCUPADOS, SE REJIAN POR SUS PROPIAS LEYES
Hay 3 modos de conservar un estado que antes de adquirido estaba acostumbrado a regirse por sus propias leyes y a vivir en libertad, primero, destruirlo; después radicarse en el; por ultimo dejarlo regir por sus leyes y obligarlo a pagar tributo. El único medio seguro de dominar una ciudad acostumbrada a vivir libre, es destruirla ya que por lo contrario será aplastado por ella.
En las republicas en cambio hay mas vida, mas odio, mas ansias de venganza por eso es mejor destruirlas o radicar en ellas.
CAPITULO 6
DE LOS PRINCIPADOS NUEVOS QUE SE ADQUIEREN CON LAS ARMAS PROPIAS Y EL TALENTO PERSONAL
Los hombres siguen casi siempre el camino abierto por otros y se empeñan en imitar las acciones de los demás, debe imitar a los que han sido excelsos, para que sino los iguala en virtud por lo menos se les acerque.
Los principados de nueva creación, donde hay un príncipe nuevo son más o menos difíciles de conservar según sea la habilidad de el príncipe que los adquiere.
Las dificultades nacen en parte de las nuevas leyes y costumbre que se ven obligados a implantar para fundar el estado y proveer su seguridad ya que no hay nada mas difícil de emprender, ni mas dudoso de hacer triunfar, ni mas peligroso de manejar que el introducir nuevas leyes convirtiéndose el innovador en enemigo de todos los que se beneficiaban con las leyes antiguas: utilizan la suplica para imponerlas, fracasan siempre, explicándose con ello que todos los profetas armados han triunfado.
CAPITULO 7
DE LOS PRINCIPADOS NUEVOS QUE SE ADQUIERE N CON ARMAS Y FORTUNA DE OTROS
Los que por suerte se convierten en príncipe solo se sostienen por la voluntad y la fortuna ya que como todas naturales que brotan y crecen precozmente, no puede tener raíces ni sostenes que los defiendan del tiempo adverso, salvo que estén a la altura de lo que la fortuna les ha depositado en sus manos.
El príncipe que no coloca los cimientos con anticipación, podría colocarlos luego si tiene talento.
CAPITULO 8
DE LOS QUE LLEGARON AL PRINCIPADO MEDIANTE CRIMENES
Hay dos modos de llegar a príncipe sin que sea por fortuna o por virtud, utilizando el camino de las perversidades y delitos y por el favor de los conciudadanos.
Al apoderarse de un estado, todo usurpador debe reflexionar sobre los crímenes que le es preciso cometer, y ejecutarlos todos a la vez, para que no tenga que renovarlos día a día, y al no verse en esa necesidad puede conquistar a los hombres a fuerza de beneficios de lo contrario se vera siempre a estar siempre con el cuchillo en la mano.
Un príncipe vivirá con sus súbditos sin que ningún acontecimiento favorable o adverso lo haga variar pues lo que no esta previsto no se puede remediar.
CAPITULO 9
DEL PRINCIPADO CIVIL
Es aquel principado gracias al favor de sus compatriotas, el estado así adquirido puede llamarse principado civil. Al llegar a el no se depende de meritos ni de suerte sino de habilidad propiciada por la fortuna apoyada por el pueblo o por los nobles. En toda ciudad se encuentran estas dos fuerzas contrarias, una de las cuales lucha por mandar y oprimir a la otra, que no quiere ser mandada no oprimida, dando como resultado 3 efectos: principado, libertad o licencia.
Un príncipe jamás podrá dominar a un pueblo cuando lo tenga por enemigo.
El que llegue a príncipe mediante el favor del pueblo debe esforzarse por conservar su afecto, cosa fácil, pues el pueblo solo pide no ser oprimido.
CAPITULO 10
COMO DEBEN MEDIRSE LAS FUERZAS DE TODOS LOS PRINCIPADOS
Los principados pueden sostenerse por si mismo, por abundancia de hombres o de dinero, levantando un ejercito respetable y presentar batalla a quien quiera que se atreva a atacarlos.
Si se ven obligados a refugiarse dentro de sus muros para protegerse deberán fortificar su ciudad, siendo este principado no odiado por el pueblo.
Un príncipe, pues, que gobierna una plaza fuerte y a quien el pueblo no odie, no puede ser atacado, pues su atacante se vería obligado a retirarse sin gloria por lo imposible de permanecer sitiando una ciudad.
Un príncipe poderoso y valiente superara siempre estas dificultades.
CAPITULO 11
DE LOS PRINCIPADOS ECLESIASTICOS
En los principados eclesiásticos, todas las dificultades existen antes de poseerlos, pues se adquieren o por valor o por suerte y se conservan sin el uno ni la otra apoyándose en instituciones religiosas tan potentes y de calidad que los mantienen en el poder no importa su procedencia.
Estos son los únicos que tienes estados y no los defienden; súbditos y no los gobiernan, son por consiguiente los únicos principados seguros y felices, regidos por leyes superiores, inasequibles a la mente humana.
CAPITULO 12
DE LAS DISTINTAS CLASES DE MILICIA Y DE LOS SOLDADOS MERCENARIOS
En
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