Historia De La Economía Del Mundo Occidental

Origen de burgo medieval

Las causas generales que determinaron el movimiento urbano son, sin duda, aparentes. Están constituidas, fundamentalmente, por los cambios económicos y sociales que tuvieron lugar a partir de finales del siglo X, y muy especialmente: 1) el lento pero firme incremento de la población; 2) la decadencia de la servidumbre; 3) el crecimiento del comercio y de la industria; el elemento psicológico denominado “desenvolvimiento de la conciencia de grupo entre las masas”.

El burgo primitivo no fue al principio un centro comercial en el sentido completo de la palabra. Constituyó más bien una pequeña comunidad industrial bajo el control de señores laicos o eclesiásticos. Tal vez estuvo cercado por una empalizada, pudo ser un lugar fortificado o estar alojado dentro de las murallas de un castillo. También los comerciantes vivían al principio en estado de sujeción, como los artesanos; pero como resultado de “las exigencias de su profesión”, o tal vez porque eran de procedencia extranjera, estos hombres que vendían las mercancías producidas por otros preferían residir fuera del castillo o de los lugares fortificados. Se establecieron, pues, en lo que podemos llamar suburbio del castillo, junto al puente, el río o el camino.

Lucha de los Burgos medievales por su emancipación.

Los comerciantes que habían fundado una colonia fuera de las murallas de un castillo para protegerse y traficar estaban, sin embargo, sujetos a las restricciones y regulaciones feudales.

Con tal estímulo para la libertad, era natural que, ya a principios del siglo XI, empezase un movimiento, iniciado por los comerciantes más ricos y apoyado por los pequeños y los artesanos, para destruir el control político y económico de la aristocracia feudal.

Los intentos para acabar con el control feudal y para conquistar la autonomía de las comunidades urbanas cobraron un ímpetu mucho mayor. Estas últimas luchas por la libertad triunfaron en casi todos los casos. Su resultado fue la creación de las comunas, por lo cual este movimiento de emancipación ha sido denominado revolución comunal.

Gobierno de las Ciudades Medievales

Las diferencias en las instituciones se debieron a las circunstancias locales, ya que los gobiernos comunales fueron de una gran variedad. Como hemos visto, muchos burgos consiguieron una independencia completa; pero lo que con más frecuencia se logró fue un compromiso entre el dominio de los señores laicos o eclesiásticos y la autonomía de los comunes.

El burgo se convirtió en el centro de la mayor parte de la manufactura y comercio posteriores. De esta manera provocó la división del trabajo entre la ciudad y el campo. La primera, como es natural, dependía del segundo, por lo que respecta a su alimentación.

La vida en el Burgo medieval.

Tres partes reconocibles constituían el burgo medieval: 1) la sección situada dentro de las murallas o ciudad propia; 2) la sección fuera de las murallas, suburbios o faubourg; 3) una banda más exterior de territorio, aproximadamente de una legua de ancho (unas tres millas), la ley de ban de la ciudad, la banlieue.

Al principio, los habitantes de los burgos vivieron en estas casas de madera; pero con el progreso de la prosperidad, los burgueses erigieron grandes y bien construidas casas de madera y piedra. Los vidrios de las ventanas y las chimeneas fueron aparecieron lentamente.

Desde el punto de vista sanitario: las calles eran sucias; estaban oscuras y llenas de desperdicios y, hasta el siglo XIII, sin pavimentar. En este siglo, los burgos y ciudades más progresivos comenzaron a empedrar sus calles más importantes. La limpieza de las mismas era tarea confiada a las amas de casa.

Aparición del comercio medieval

1. Renacimiento del Comercio.

Comparados con los de la época romana y la moderna, el tráfico y el comercio de Europa occidental hacían experimentado una decadencia notable entre los siglos V y XI. Después de la desintegración del Imperio Romano de Occidente, el punto focal del comercio exterior se trasladó otra vez al Próximo Oriente.

2. Dificultades con que tropezaron los viajes y el comercio en la Edad Media.

Los obstáculos puramente físicos y financieros que se oponían al comercio tanto interior como exterior explican, en parte, su escaso desenvolvimiento. Obstáculos adicionales al cambio de circulación de mercancías fuero la falta de instrumentos de crédito, la escasez de la moneda, la multiplicidad de los sistemas monetarios y la diversidad de los lenguajes y dialectos. A pesar de todo, el tráfico europeo sobrevivió y se expandió; al principio era llevado a cabo, principalmente, por extranjeros, con frecuencia italianos; las órdenes monásticas, algunas de las cuales se dedicaron muy pronto a las transacciones comerciales, contribuyeron también a su desarrollo.

3. Mercados y Ferias Medievales.

La economía manorial no permitía, por su naturaleza, más que un mínimo de actividad comercial. Puesto que la mayor parte de los manors eran casi autosuficientes, su tráfico quedó limitado, necesariamente, a unas cuantas mercancías.

Con la aparición de condiciones más fijas y civilizadas aumentó la demanda de una mayor variedad de mercancías. Al propio tiempo, y debido a la complejidad de factores el juego, especialmente de las Cruzadas, el comercio se extendió mucho en el orden geográfico, y las llamadas ferias hicieron su aparición.

Las ferias se vieron después controladas por los grandes señores feudales y las autoridades reales. Por tanto, era la llamada ley mercantil la que generalmente se aplicaba en las ferias. La ley mercantil era una colección de costumbres y prácticas que constituían, efectivamente un código comercial.

Aparte de las consideraciones puramente económicas, las grandes ferias constituyeron, ciertamente, una fuerza civilizada, pues hicieron posibles importantes desenvolvimientos tanto en el derecho mercantil como el internacional.

4. El comercio exterior durante la Edad Media

El comercio exterior, como hemos observado, declino durante la alta Edad Media, pero la actividad comercia fue, sin embargo, mayor de la que los historiadores anteriores sospechaban.

En la compensación por el pescado, madera, sedo, cuero, pieles y otras materias primas del norte, que distribuida por toda Europa occidental, recibía artículos manufactúrelos del sur y oeste.

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