Inteligencia Emocional

Introducción

Inteligencia emocional y estilos de aprendizaje, dos temas tan separados pero a la vez tan unidos uno del otro, en el presente ensayo se abordan las características y principios de la inteligencia emocional. ¿Qué es la inteligencia emocional? Según goleman, ¿para qué nos sirve? ¿Qué significatividad tienen en nuestra vida diaria? ¿Qué tan importante es la inteligencia emocional para lograr el éxito como personas y profesionistas? ¿Cómo lograr una inteligencia emocional elevada?

En cuanto a estilos de aprendizaje se abordan los distintos estilos propuestos por autores como Herrmann, Felder, Silverman, Kolb, Bandler, Grinder y Gardner, quienes nos muestran las diferentes tipos de alumnos que hay y las formas que podemos aprender los seres mejor, como la forma auditiva, visual, kinestesica, alumnos reflexivos, teóricos, activos, lingüísticos, pragmáticos entre otros.

Inteligencia Emocional

En el transcurso de mi lectura me encontré con diversos cuestionamientos, pero primero expresare el siguiente ¿para qué SON LAS EMOCIONES? Ya que me pareció interesante y adecuado darle respuesta para tener una noción más clara de lo que estamos estudiando.

Para empezar mi punto de partida será la definición de emoción; Las emociones son fenómenos psicofisiológicos que representan modos de adaptación a ciertos estímulos ambientales o de uno mismo. Entonces las emociones nos guían para enfrentar momentos difíciles. Cada emoción nos permite actuar de una forma definida, y las tenemos grabadas innata y automáticamente. Las emociones son inalienables al ser humano, vivir nuestras emociones es una habilidad relacional que nos capacita como seres que se desarrollan en un contexto social. Sólo cuando conectamos con nuestros sentimientos, los atendemos y jerarquizamos, somos capaces de empatizar con los sentimientos y circunstancias de los demás.

De lo anterior surge la inteligencia emocional, que es la capacidad de reconocer sentimientos propios y ajenos y tener la habilidad para manejarlos. Según Daniel Goleman impulsor de la inteligencia emocional, esta se puede organizar a partir de cinco capacidades: conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la propia motivación y gestionar las relaciones.

Debemos de encontrar el equilibrio entre la razón y el sentimiento, ya que contamos con dos clases de inteligencia la racional y la emocional. Nuestro funcionamiento está determinado por ambas.

La inteligencia emocional se caracteriza por tener la capacidad de motivarnos nosotros mismos, preservar el empeño a pesar de posibles frustraciones, controlar impulsos, diferir las gratificaciones, regular nuestros propios estados de ánimo, evitar que la angustia interfiera con nuestras facultades racionales, capacidad de empatizar y confiar en los demás.

Los principios de la inteligencia emocional son:

1.- Recepción.- Toda aquella sensación que incorporemos a nuestros sentidos.

2.- Retención.- Almacenar información, recordarla y acceder a ella.

3.- Análisis.- Procesar la información

4.- Emisión.- Cualquier forma de comunicación o pensamiento.

5.- Control.- Usar la información en el momento adecuado.

Estos cinco principios se complementan y refuerzan uno con otro. Si recibimos la información de manera eficiente es más fácil retenerla y analizarla. Para analizar necesitamos de la retención de la información, etc.

Ahora que ya que tenemos una idea clara de lo que es inteligencia emocional y para que nos sirva en nuestra vida cotidiana analizare los siguientes cuestionamientos, ¿Por qué algunas personas parecen dotadas de un don especial que les permite vivir bien, aunque no sean las que más se destacan por su inteligencia? ¿Por qué no siempre el alumno más inteligente termina no siendo el más exitoso?

Las personas con inteligencia emocional alta se caracterizan por ser socialmente equilibrados, extrovertidos, alegres, poco tímidos, enérgicas, expresan sus sentimientos, para ellas la vida siempre tiene un sentido, tienen una visión positiva, se comprometen con las causas y las personas.

Las personas con elevado coeficiente intelectual suelen ser productivos, ambiciosos, críticos, aprensivos, inhibidos, poco expresivos, introspectivos, predispuestos a la ansiedad y a la preocupación.

Daniel Goelman como también otros científicos cuestionan a la inteligencia racional como predictor del éxito en tareas concretas de la vida como es el éxito laboral, la familia, la toma de decisiones etc.

En cambio, en la inteligencia emocional cada emoción ofrece disposición definida para cada acción, de manera que el repertorio emocional de la persona y su forma de operar influirá decisivamente en el éxito o fracaso que obtenga en las tareas que emprenda.

Entonces el éxito no depende del conocimiento académico totalmente, el principal factor son las emociones. El éxito de grandes líderes, gerentes, trabajadores ha sido basado en le inteligencia emocional, algunas de las competencias emocionales son las siguientes.

Auto-conciencia.- es la habilidad de reconocer y comprender nuestros propios estados emocionales, dentro de esta se encuentra la auto-confianza, la capacidad para despertar estados emocionales alegres y llenos de buen humor.

Auto-regulación.- habilidad para controlar y redimensionar los impulsos y estados emocionales negativos. Y dentro de el encontramos el auto-control, confiabilidad, conciencia, adaptabilidad, orientación a resultados e iniciativa.

Empatía.- habilidad para sentir y palpar las necesidades de otros y de la propia organización, Dentro de ella encontramos la empatía, la conciencia organizacional y orientación de servicio.

Socialización.- dominio de las estrategias y formas de relacionarse afectiva y efectivamente con las personas, dentro de ella se encuentra el desarrollo de la persona, liderazgo, influencia, comunicación, gerencia del cambio, manejo de conflictos, construcción de redes, cooperación del equipo.

Ser inteligente emocionalmente no es un asunto fácil, que se va a dar en un corto plazo, para lograrlo necesitamos estar guiados, con programas específicos que cumplir para ver un resultado a mediano o largo plazo.

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