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LA VERDADERA COLOMBIA QUE NO CONOCÍAMOS, LA CRUDA REALIDAD DE LA VIOLENCIA EN LOS AÑOS 70.


Enviado por   •  19 de Noviembre de 2012  •  1.867 Palabras (8 Páginas)  •  822 Visitas

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UNIVERSIDAD LA GRAN COLOMBIA

FACULTAD DE ARQUITECTURA

DOCENTE: GLORIA YANETH MUÑOZ

TEMA: ENSAYO

TITULO: LA VERDADERA COLOMBIA QUE NO CONOCÍAMOS, LA CRUDA REALIDAD DE LA VIOLENCIA EN LOS AÑOS 70.

COMPETENCIAS COMUNICATIVAS II

ESTUDIANTE: VÍCTOR ANDRÉS VILLA MURILLO

CÓD: 2010220634

BOGOTÁ. 10-11-2012

LA VERDADERA COLOMBIA QUE NO CONOCÍAMOS, LA CRUDA REALIDAD DE LA VIOLENCIA EN LOS AÑOS 70.

Para empezar, la historia siempre depende de quien la escriba; sin importar quien la haya escrito la historia de Colombia siempre se ha desenvuelto desde sus principios en la violencia, rodeada de sangre y muerte, es así pues que desde el principio aparece la violencia política entre los partidos de la época, me refiero a los liberales y los conservadores, empezando en las primeras décadas del siglo XIX, una historia individual se dio y se vio enmarcada por la violencia y por algunos personajes colombianos del acontecer nacional.

Es así pues Colombia se independizo por segunda vez, y durante años hubo tranquilidad, pues siempre hubo guerras y discusiones entre los políticos colombianos. Durante casi cien años, hubo constantes conflictos armados entre conservadores y liberales, pero no discusiones, ni charlas, sino violencia máxima, en la cual se violaban a niñas y niños inocentes, se mataba a campesinos e indios por placer y se asesinaba por un plato de comida, ese tipo de violencia era la vivida durante la época de 60 y 70.

Ahora bienGermán Castro Caicedo es un periodista Colombiano nacido en Zipaquira en 1940, él ha sido periodista durante toda su vida. El fue Cronista general de El Tiempo y estuvo en el famoso programa de televisión Enviado Especial que cambio el rumbo del periodismo televisivo colombiano. Durante su vida, ha ganado diez premios nacionales de periodismo y dos internacionales. Ha escrito once libros, todos de tipo testimonial.

Durante este ensayo les tratare de hablar sobre una obra suya llamada COLOMBIA AMARGA; Colombia Amarga es una serie de diez reportajes que nos muestran la violencia en todas sus manifestaciones y sus consecuencias en todo sentido y lugar, y con ello sus víctimas que son obligadas a servirse como esclavos al mundo para poder sobrevivir.

Durante la época de violencia, familias enteras tuvieron que huir de sus tierras para buscar nuevas formas de sobrevivir, es aquí en donde empezamos a ver el desplazamiento forzoso por parte de los políticos de turno, los grandes latifundistas, las familias más adineradas y pudientes; durante este tiempo, grandes inversionistas llegaron al territorio colombiano para comprar o invadir las tierras dejadas atrás por las víctimas de la violencia. Cuando estas personas desplazadas llegaron a buscar empleo, encontraron a grandes latifundistas en sus territorios, y a los campesinos les toco trabajar para ellos para poder subsistir. Esto era demasiado malo para los campesinos debido a dos razones:

A los campesinos les tocaba sacar de su propio pecunio para poder pagar las semillas que iban a plantar para las cosechas, esto quiere decir que aunque ellos tuvieran el poder para adquirir un ahorro, el dinero no les alcanzaba nisiquiera para su sustento puesto que los cánones de arrendamiento eran demasiado costoso, y si la cosecha se perdía de todas maneras debían de pagar a los arrendadores.

Los dueños latifundistas del lugar llegaban 2 veces al año a pedir el arriendo de su finca, pues estos ni siquiera vivían en la región ni en sus alrededores; a los dueños les pertenecía el cincuenta por ciento de las ganancias del campesino (las cosechas), los dueños explotaban al campesino que no podía pagar su propia tierra.

Desde mi perspectiva, podríamos decir que el espejismo dado por Juan Valdez al exterior, diciendo que la vida del cafetero es de pura felicidad es falso, los cafeteros colombianos tienen que trabajar como mulas durante un año para que ganen solo cinco por ciento de lo que ellos producen, pues los dueños de las fincas se quedan con el cincuenta por ciento, de lo que le queda debe pagar a los tramitadores, a la compañía de cafeteros, mientras que compañías extranjeras toman el cuarenta por ciento de las ganancias.

Podemos mirar que el autor describe como los colombinos se van a otros piases como Venezuela, Ecuador y Panamá para buscar un mejor futuro económico y en el caso de Panamá para huir de la violencia de parte del gobierno colombiano; aunque les va bien en estos países, pues valoran la mano de obra colombiana y los acogen muy bien, están indocumentados y esto hace que estén ilegalmente en el país, además no es que hagan mucho pero al menos saben que tienen más oportunidades que en su propio país. En Panamá hay un problema ya que algunos colombianos aprovechan para estar contrabandeando en la zona llamada el Darién panameño, en donde otras familias están viviendo, por esta razón muchos son sacados de allí.

Es así pues que nos damos cuenta como el índice de desempleo viene desde antes ya que personas trabajan por ciclos de 28 días (la misma persona no podía repetir), sin contrato definido, solo para que las empresas se eviten no pagar a los empleados lo que se merecen, prestaciones sociales, seguridad social, etc. El gobierno colombiano no hace nada para que esto cambie y fuese como debería ser o debiera de haber sido.

Por otra parte “El genocidio sigue” (San José del Guaviare en 1969) y “la conquista del Darién” (Darién en 1972) los colombianos buscan terrenos para poder cultivar, teniendo su propio fundo o parcelas y reemplazando lo que les hace falta del pueblo con las plantas de la zona, es así que ellos se dedican al cultivo de sus propios alimentos y de yerbas medicinales. Las enfermedades también son muy fuertes, hablando más que todo de la conjuntivitis.

Así pues en “La Rubiera” (Arauca en 1967) demuestra como muchas personas no han valorado la vida indígena, matan a 16 indígenas, porque a ellos solo les enseñaron que los indígenas no sirven para nada, solo para hacer estorbo y además que eran unas bestias. Ahora están pagando el precio del error en una cárcel con una condena de 24 años, en donde también aprendieron a leer y escribir.

En consecuencia con la crónica “Ya no hay llanto en Araracuara” (Amazonas) narra como la selva está volviendo a tomar lo que le pertenece cubriendo con vegetación lo que le habían quitado, los presos lloraban por que les daba miedo el lugar en donde se encontraban y como los trataban, pero todo se acabo, ya salieron libres pero se quedan allí en esa selva pues ya están acostumbrados al medio e investigan la manera de sobrevivir, junto con los guardias buscan cultivar la zona para subsistir.

Todo esto intensifica el drama de miles de Colombianos, que al verse y sentirse desprotegidos por su gobierno, abandonan sus tierras, sus vidas, sus casas, en busca de una vida sin tantas preocupaciones, en otros sitios, principalmente en las grandes ciudades, escogiendo vías nada fáciles y muchas veces ilegales, haciendo ver el problema del desplazamiento como un reacción en cadena que no tiene solución.

Esta también la violencia ejercida contra la naturaleza, cuestión que resulta ser una prolongación de aquella que los campesinos, indígenas y el pueblo en general experimentan. Cada día que pasa, Colombia se convierte en un desierto, debido a la implementación de los plaguicidas que se venían empleando para la erradicación de los cultivos ilícitos. Es así que vemos el resultado en nuestros campos y zonas selváticas del país, el uso indiscriminado de las fumigaciones con el agente naranja, que nos vinieron a introducir los estadounidenses.

A raíz de la utilización del agente naranja en nuestros territorios, la salud de muchos de nuestros coterráneos se ha visto afectada y como consecuencia de ello se ha podido observar: las malformaciones, los daños congénitos, los abortos y las múltiples enfermedades debido a los efectos secundarios que estas fumigaciones han generado.

Bogotá es una ciudad peligrosa, con graves problemas como el desempleo y el hampa; un lugar donde las grandes cantidades de bandoleros, (raponeros, cosquilleros, jaladores, ladrones de cuello blanco etc,) hacen de las suyas dedicándose a robar a los transeúntes y hasta al mismo gobierno. En el centro de Bogotá transitan muchas personas de todos los rincones del país; es en el centro más que todo en donde podemos ver a prostitutas ubicadas en las esquinas, vemos mucha cantidad de mendigos, vendedores ambulantes que en muchas ocasiones son cómplices de los hampones, demasiado flujo vehicular, personas que transitan con afán y pendientes de la otra que va al lado, por temor a ser asaltado y/o herido por robarles algo, se observan bares y hoteles de mala muerte en donde pulula la droga, etc.

Por esto y muchas cosas más me formulo una o varias de las preguntas que se puedan generar en un país “democrático” como el nuestro. ¿Qué se está haciendo para poder generar factores de seguridad para la solución de conflictos en nuestro país y los que se generan si cumplen con las expectativas de los colombianos?

Esta es una de las clases de promesas que nos hacen muchos de los candidatos a algún puesto público o los políticos de turno; esto es lo que se promete solo en época de elecciones y que muchos de los ciudadanos creen y confían en que todo va a cambiar, siguiendo con las promesas a la que nos hemos visto avocados hasta ahora.

En conclusión desde hace muchos años Colombia ha sufrido muchos cambios en cada unos de sus ciudades y municipios haciendo que se desarrolle de una manera desordenada y acelerada, con los cambios de constitución y con cada una de las modificaciones que han, surgido en las maneras de mandar y gobernar este país, esto ha hecho que las personas vallan asumiendo un cambio en su forma de superar los inconvenientes vividos para así no repetir ni caer en el mismo error de sus antepasados.

La violencia que históricamente ha transitado por estas tierras desde los tiempos de la invasión de los europeos con la conquista del territorio americano; la violencia que ha prevalecido de manera drástica hasta nuestros días, tiempo en el que Colombia se presume una república independiente, enmarcados en leyes y normas nacionales e internacionales y con todos los poderes judiciales.

Así pues observo que la violencia se manifiesta a través de disputas políticas, del dominio descarado de las tierras campesinas, de un odio indiscriminado hacía los indígenas, del afán de las multinacionales por expandir su campo de acción y explotar todo recurso vital, del narcotráfico, del hampa en las calles, de la corrupción administrativa, del abandono estatal y el olvido de regiones recónditas.

Desde esta perspectiva y para concluir quisiera formularme un interrogante, ¿Quién de todos es más ignorante?,

La iglesia católica que trataba a los indígenas, comunidades negras y los grupos vulnerables como basura?, los analfabetas iletrados a quienes las personas les inculcaban ese odio hacia sus propios congéneres?, los políticos desalmados sin conciencia quienes supuestamente son nuestros gobernantes y tienen el deber de velar por nuestra seguridad y nuestro bienestar?, el gobierno nacional por la dejadez a que tienen sometido al pueblo colombiano, y se ciegan al no querer reconocer que este país está lleno de leyes que se hicieron solo para beneficio de algunos dueños del poder?,o los grupos del poder, el Presidente estatal, los gerentes y directivos de turno quienes explotan a los trabajadores con unos sueldos miserables?.

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