La esencia del liderazgo

“La indulgencia es una parte de la justicia"

Joseph Joubert.

LA ESENCIA DEL LIDERAZGO

Tanto en la vida cotidiana como en la vida laboral existen diversas relaciones que establecemos con todo tipo de personas, encontrando en estos ámbitos que jugamos diferentes roles; uno de los más importantes es el de líder a nivel hogar, laboral, social o laboral.

Un buen líder no se crea solo, tampoco es cosa que se consiga de un día para otro; cuando se decide ser uno, el compromiso es parte esencial ya que esto necesita esfuerzo y sacrificio continuo; aprender a conocerse uno mismo y a los demás, estar conscientes que se deben reunir varios valores, cualidades y habilidades que desarrollamos desde el vientre materno que fortalecemos y adaptamos a lo largo de la vida.

Reconocer que se trabaja con personas que cometen errores, necesitan apoyo, atención, motivación; que buscan ver en sus jefes una persona horrada, ejemplar, que exija responsabilidad pero con respeto, que los trate con dignidad y que no pierda el control con facilidad; sin dejar de lado en esta relación al cliente ya que se trabaja con el fin de agradarle y servirle a este más que a la persona que los dirige.

Trabajar en equipo es una buena estrategia ya que se nota que todo conocimiento individual es bueno, sin embargo cuando se reúne un grupo de personas y dan opiniones sobre diversos conceptos el conocimiento no solo se ratifica sino también se engrandece; en este proceso se debe tener completa disposición para escuchar incluso las opiniones con las que posiblemente no se esté de acuerdo ya que estas son indispensables (en la mayoría de los casos) para llegar a un punto de equilibrio, y romper distintos paradigmas que pueden interrumpir el crecimiento común.

Tener presente que ejercer liderazgo es muy diferente a ejercer poder en las personas que tenemos a cargo; liderar es el “arte en influir sobre la gente” (Luter, 1999) mientras que el poder es “capacidad de forzar o coaccionar a alguien, para que éste, aunque prefiera no hacerla, haga tu voluntad debido a tu posición o fuerza” (Luter, 1999); podemos ver que la diferencia es muy amplia ya que la primera es un “arte” que permite un crecimiento mutuo, mientras que en la segunda se ponen límites drásticos que no permite el crecimiento, por lo contrario produce una paralización.

La mejor forma de liderar es con autoridad ya que de esta forma se influye sobre las personas para que realicen las tareas asignadas con la mejor disposición; trabajar en equipo, dialogar, ser respetuoso, estar pendiente y apreciar a la gente, suplir las necesidades de los empleados, ser serviciales, tener actitud de escucha activa y ser consecuentes son algunos rasgos de un buen líder

Se puede ver en el libro de James C. Hunter se destaca la pirámide de necesidades de Maslow, es un aspecto muy importante sin importar el individuo, todos tienen en común que para realizarse como persona se necesita pasar por distintas etapas que son fundamentales para llegar al objetivo. No solo como proceso externo, sino interno.

Como líder una de las cosas que se deben armonizar son las intenciones y las acciones ya que las mismas deben ser coherentes y consecuentes, es decir que se haga lo que se piensa y dice; esto tiene un resultado favorable en los que están a nuestro alrededor (no importa si son subordinados, jefes, familiares o amigos) al reconocer personas transparentes y responsables

Una de las acciones más significativas es el amor, pero no el amor como sentimiento, sino como agápe el cual no se trata de la emoción, por el contrario es el amor del comportamiento, y es incondicional, es decir, lo que se hace por otros; traduciéndolo al contexto empresarial y combinándolo con el liderazgo se trata de desencadenar diversos

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