Lisa Benton: Un dilema profesional. Elección de trabajo y desafíos en Houseworld
jmassaiPráctica o problema27 de Junio de 2019
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31 D E M A Y O , 1994
LI NDA A . HI LL
K A THERI NE S E G E R W EBER
Lisa Benton (A)
A primera hora de una tarde de mediados de octubre de 1991, Lisa Benton, de 27 años, dirigió su mirada a los delgados tabiques de su despacho y pensó en los cuatro meses que llevaba trabajando como ayudante de director de producto en la división de cuidado del hogar de Houseworld. A Benton le aburría su puesto y la poca responsabilidad que tenía, y le desagradaban sus relaciones con su jefa, Deborah Linton, y con su compañero, director asociado de producto, Ron Scoville. Desde su primer día de trabajo, en que Linton le informó de que no le gustaban los MBA de Harvard, Benton había intentado sin éxito agradar a su jefa. Una serie de conversaciones violentas con Scoville habían complicado sus problemas; últimamente la había acusado de ser una «MBA vanidosa» cuando ella expresó su opinión. A Benton le preocupaban estos hechos, y sobre todo le preocupaba su revisión de rendimiento, poco prometedora, y su consternación al considerar su futuro en la compañía iba en aumento.
Antecedentes
Entre el primer y el segundo año de su estancia en la Harvard Business School (HBS), Benton trabajó como ayudante del presidente de Right-Away Stores, una cadena importante de tiendas de alimentación con sede en Chicago. Le gustaba este trabajo y estaba orgullosa de los nuevos servicios, ajenos a las ventas, que había introducido, sobre todo el alquiler de patines de ruedas en línea, proyecto que ella había supervisado desde la idea hasta la ejecución. El lanzamiento de este proyecto había hecho subir mucho la moral de los empleados de Right-Away. El presidente de Right-Away, Scott Kingston, que también era MBA de Harvard, estaba muy satisfecho de la actuación de Benton. Además de ser la primera mujer directivo de la compañía, Benton se ganaba a la gente con su actitud de trabajar en lo que hiciera falta, y esto le permitía relacionarse bien con empleados de todos los niveles. Al acabar el verano en que trabajó allí, Kingston le ofreció un puesto a tiempo completo para cuando se graduara, y también un puesto de consultora a tiempo parcial durante su segundo año en HBS.
Elección del trabajo
Benton y su marido acabaron los estudios al mismo tiempo y afrontaron la decisión de adónde ir a continuación. En Chicago había posibilidades para los dos, y el marido de Benton entraría como médico residente en un hospital de esa ciudad en el mes de julio. Lisa Benton tenía que elegir entre dos puestos:
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Traducido íntegramente con el permiso de la Harvard Business School.
Caso preparado por la Asistente de Investigación Katherine Seger Weber, bajo la supervisión de la Profesora Linda A. Hill, como base de discusión en clase y no como ilustración de la gestión, adecuada o inadecuada, de una situación determinada.
Copyright © 1994 by the President and Fellows of Harvard College. Para pedir otras copias de este documento, o un documento original para reproducirlo, llame al 1-800-545-7685, escriba a Harvard Business School Publishing, Boston, MA 02163, o consulte http://www.hbsp.harvard.edu. No está permitida la reproducción total o parcial de este documento, ni su tratamiento informático, ni la transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por fotocopia, por registro o por otros medios sin permiso de la Harvard Business School.
uno, como directora de marketing en Right-Away, y el otro como ayudante de director de producto en la división de cuidado del hogar de Houseworld.
El puesto de Right-Away era muy tentador. Aparte de que le ofrecían un salario muy superior al de Houseworld, Kingston señaló que Benton ascendería a vicepresidente en pocos años. Aunque se sentía halagada, Benton dudaba. Le preocupaba asumir tanta responsabilidad en marketing basándose únicamente en su colaboración del verano. Benton sabía que Kingston creía en sus capacidades, pero en realidad ella dependería del vicepresidente de operaciones y no sabía cuál sería la actitud de éste hacia ella. Además, aunque la oferta resultaba atractiva, Right-Away no parecía en absoluto fascinante; era una empresa pequeña, cuyas oficinas estaban en una zona ruinosa de almacenes de Chicago. Además, aunque Lisa había tenido éxito como la primera mujer con cargo directivo, también echaba de menos tener cerca a otras mujeres directivo.
Por el contrario, si aceptaba el puesto de Houseworld, Benton recibiría la formación clásica en marketing en un entorno estructurado de un líder del sector. Las personas que conoció durante las entrevistas le parecieron profesionales, bien formadas y extrovertidas. Y la compañía tenía su sede en un edificio de oficinas recién construido del centro.
Benton rechazó el puesto en Right-Away a principios de abril, ocho meses después de haber sido invitada a volver, e inmediatamente después aceptó la oferta de Houseworld. Había dejado la consultoría de Right-Away en enero y había dicho a Kingston que pensaba tener entrevistas en otras empresas. Sin embargo, a Kingston le contrarió su elección. Dijo que había invertido tanto tiempo y dinero porque creía que ella en particular encajaría en su organización. Su trabajo del verano, así como los meses de consultoría, formaban parte de su plan para introducirla gradualmente en la compañía. Ahora, señaló, a causa de su decisión volvía a la situación del año anterior. Benton le recordó que ella había dicho que estudiaría otras empresas, y que Houseworld le ofrecía la formación adicional en marketing que necesitaba en aquel momento de su carrera. También dijo que quería mantener el contacto con Kingston y que esperaba que él la tendría en cuenta en el futuro. Kingston deseó suerte a Benton, pero le indicó que estaba cometiendo un grave error.
Houseworld
Antes de la entrevista con Houseworld, Benton había intentado saber todo lo posible sobre esta empresa. Leyó el material referente a ésta que estaba disponible en el Centro de Recursos de Carreras, y también habló con un director de producto de Houseworld que le presentó un amigo de HBS. Houseworld era una compañía fuerte de productos de consumo, especializada en productos de cuidado del hogar, que tenía la máxima participación en el mercado en muchos de sus grupos de producto. Aunque estaba considerada como una empresa conservadora, su fama de dar una formación excelente en marketing había atraído a los MBA de las mejores escuelas de negocios.
Houseworld se componía de tres divisiones descentralizadas: cuidado del hogar, papel, y colada. Cuidado del hogar era la división que contrataba a gente de HBS, y se consideraba la estrella en ascenso de la empresa y el terreno en que se formaban los talentos para la alta dirección. El director de producto que Benton conoció durante su investigación habló muy bien del presidente de cuidado del hogar, calificándole de agresivo innovador que tenía grandes planes para que cuidado del hogar se convirtiera en la división más importante de Houseworld. También dijo que le gustaba el equipo de marketing, y que eran «buena gente». Aseguró a Benton que cuidado del hogar era una división segura, pero dijo que en aquel momento la moral en el campo del marketing estaba baja porque en los últimos años no había ascendido apenas nadie.
Cuando Benton fue a la entrevista, conoció a varios directores de producto, y le causó gran impresión el director de grupo de producto, Richard Clark (véase Anexo 1). Benton habló también de modo informal en el almuerzo y en la cena con algunos de los ayudantes del director de producto y directores asociados de producto. Uno de ellos, un MBA de Wharton, dijo a Benton que el equipo de dirección de producto era un grupo muy bien avenido que trabajaba duro, pero sabía divertirse. A Benton le pareció muy razonable el horario de 8,30 a 5,30 que cumplía la mayoría de la gente de marketing, y pensó que podría llevar una vida equilibrada.
Benton preguntó cuál sería su papel como nuevo ayudante de director de producto, y le dijeron que asumiría rápidamente responsabilidades y que, en dos o tres años, llegaría a director de producto. Benton había analizado otras empresas importantes de productos de consumo embalados y sabía que para llegar a la dirección de producto normalmente se tardaba tres o cuatro años, y le atraía que el ascenso en la división de cuidado del hogar fuera más rápido. Durante el primer año conocería el día a día del negocio, porque colaboraría en distintos equipos de dirección de producto. Benton supo que, normalmente, a los directores de producto se les asignaba una tarea distinta cada 18 ó 24 meses, y los ayudantes de director y directores asociados cambiaban de tarea cada 12 ó 18 meses. Este sistema, típico de las empresas de gestión de marca más importantes, permitía a los directores de producto adquirir experiencia en distintos niveles del ciclo de vida del producto; sin embargo, a veces se hacía difícil conseguir relaciones de trabajo profundas.
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