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Los años De Oro


Enviado por   •  20 de Noviembre de 2013  •  1.280 Palabras (6 Páginas)  •  259 Visitas

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Los años de oro

John Benian

La lectura de este libro de John Benians, Los años de oro, ha sido una muy amena y refrescante, ya que su forma de explicar lo hace fácil de entender. Nos muestra de una manera específica y breve a la vez, el desarrollo del niño desde que nace hasta que pasan los primeros tres septenios. Los cuales se podría decir que son los más importantes ya que es donde se forman el cuerpo físico, etéreo y astral, que son la base del ser humano para que luego pueda completar su misión en la vida y una guía de cómo debería ser la educación del niño en estos septenios.

Es muy importante que como adultos, padres y formadores de estos niños tengamos muy en claro la individualidad de cada niños, sus características personales e individuales y le brindemos todas las herramientas que necesita para su desarrollo. Reconocer que cada individuo tiene un propósito en la vida que necesita cumplir con una serie de experiencias y vivencias para evolucionar, crecer y aprender. Cada individuo tiene personalidades y energías diferentes y por lo tanto parte de nuestro reto es acoplarnos a todos y educarlos de una manera completa para que den lo mejor de sí y aprecien y reconozcan los talentos y virtudes de los demás. Hay cuatro temperamentos básicos. Los sanguíneos que son muy felices, brillantes, conversadores, capaces de hablar de varios temas, pero en muchas ocasiones no completaran los temas de trabajo o conversación por que se han movido a otro tema, por lo que es muy importante enseñarles a completar las cosas, a culminar todo lo que se ha empezado. Los coléricos que son enérgicos, llenos de vitalidad en busca de aventuras y de atención, a los cuales hay que ayudarles a ser un poco mas sensibles, pacientes y tolerantes y a distribuir mejor el uso de su energía para utilizarla de una manera más eficiente. Los melancólicos son algo tímidos, cautelosos, imaginativos, fieles y exigentes, en especial consigo mismos, hay que ayudarles a que desarrollen más confianza en sí mismos, que tengan menos miedo y se lancen a la aventura. Por último se encuentran los flemáticos quienes son llevaderos, complacientes, callados, simpáticos, de buen diente o buen comer y algo lento, a quienes hay que motivarlos, darles algo para que se encienda la iniciativa a hacer las cosas y tomar un poco las riendas de las cosas, no dejarse llevar tanto, sacar y utilizar la energía que tienen dentro. Estos cuatro temperamentos juntos forman un balance, ya que los coléricos y sanguíneos tienen un profundo interés por lo que sucede fuera de ellos, en el mundo y están en constante contacto con el mundo exterior, mientras que por otro lado los melancólicos y flemáticos están siempre enfocados en su mundo interior y miran como desde lejos el mundo exterior. Para lograr un desarrollo normal y saludable a los coléricos y sanguíneos hay que sensibilizarlos y ponerlos en contacto con su mundo interior, mientras que con los melancólicos y flemáticos hay que sacarlos poco a poco de su mundo interior para que se integren al mundo exterior. De esta forma todos logran un balance dentro y fuera de ellos mismos y con el mundo que les rodea. Cuando leía las descripciones de los temperamentos sus características y las cosas que le gustan hacer, me ví retratada en mi infancia y a todas mis amistades, las cosas que hacíamos, lo que sin ninguna razón aparente molestaba o afectaba tanto a otros y ahora soy capaz de entender mejor a los niños de mi infancia y me da una herramienta muy importante para trabajar con los niños que se cruzaran en mi camino.

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