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Modernidad Líquida (resumen cap 3)


Enviado por   •  4 de Noviembre de 2018  •  Apuntes  •  2.101 Palabras (9 Páginas)  •  318 Visitas

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Espacio y tiempo

George Hazeldon, un arquitecto británico tiene un sueño: una ciudad diferente, de alta tecnología, aislada de los riesgos y los peligros del mundo, hecha a medida de los individuos que desean controlar y monitorear su propia proximidad.

Heritage Park, la ciudad que Hazeldon desea construir, se diferenciará de otras ciudades por su aislamiento, en una residencia de Heritage Park, pasará su vida alejado de los riesgos y peligros  del mundo afuera de la ciudad. Adentro habrá todo lo que una buena vida necesita para ser completa y totalmente satisfactoria. Hoy la seguridad es lo más importante. Por el precio de una casa en Heritage Park uno comprará la entrada a una comunidad. Una “comunidad” denota lo que ha quedado del sueño de una vida mejor compartida con mejores vecinos y que sigue mejores reglas de cohabitación.

La comunidad que desea recrear es un territorio estrechamente vigilado, donde los que hacen cosas que pueden disgustar a los demás son rápidamente castigados y puestos en línea.

Un grupo de psiquiatras ha declarado recientemente que “cada vez más gente ha denunciado ser víctima de acechos y persecuciones, creer ser víctima de una conspiración no es nada novedoso, lo novedoso es que ahora se inculpa a los merodeadores, vagos y olgazanes que no pertenecen al sitio donde aparecen.

El miedo a los merodeadores se ha hecho creible y se ha vuelto un sentimiento común, el miedo a la clase inferior que se filtra en los lugares donde sólo la gente correcta tiene derecho a estar por lo que la defensa de las calles ha sido reconocida como un propósito y manera de proteger a los que necesitan protección.

  • Una ciudad es “un asentamenento humano en el que los extraños tienen probabilidades de conocerse, un encuentro entre extraños es un desenccuentro, una oportunidad única que debe ser consumada plenamente mientras dura y en el acto, sin demora y sin postergaciones para otra ocación. La vida urbana exige u tipo de habilidad consignada bajo el rótulo de “civilidad”, esta es la actividad que protege mutuamente a las personas y que no obstante les permite disfrutar de su mutua compañía. Una máscara es la esencia de la civilidad, permiten una sociabilidad pura, el propósito de la civilidad es proteger a los demás de la carga de uno mismo. La civilidad no puede ser privada, debe ser una característica del entorno social.  

El entorno urbano debe ser “civil” para que sus habitantes puedan aprender la civilidad. Que el entorno sea civil significa una provisión de espacios que la gente puede compartir como persona pública, también significa una ciudad que se presenta a sus residentes como bien común que no puede ser  reproducido al conglomerado de los propósitos individuales.  Usar una máscara pública es un acto de compromiso y participación, una manifestación del deseo de quedarse solo y dejar solos a los demás.

En las ciudades hay muchos espacios públicos, casi todos pertenecen a una de dos categorías.

La Défense, una enorme plaza a orilla del Sena encarna un espacio público urbano enfáticamente no civil, se trata de un lugar inhóspito, lo que está a la vista desalienta la permanencia.  Nada mitiga ni interrumpe el vacío uniforme y monótono de la plaza. No hay bancos donde sentarse, ni árboles cuya sombra ofrezca refugio del sol y permita refrescarse.

La segunda categoría de espacio público pero no civil está destinada a convertir al residente de la ciudad en consumidor, compartir los espacios físicos de consumo sin mantener ningún tipo de interacción social. cualquier interacción entre los actores los distraería de las acciones a las que están abocados individualmente, el consumo es un pasatiempo absoluto e irremediablemente individual.  Los encuentros, inevitables, deben ser breves y superficiales.  El lugar está protegido contra todos los que puedan interferir eel expléndido aislamiento del consumidor en su salida de compras.  El tempo del consumo es una isla de orden, libre de mendigos, saqueadores , vagos y merodeadores.

  • Estar en el shopping es “estar en otra parte”. Una excursión al templo del consumo implica la sensación de ser transportado a otro mundo. El tempo del consumo es un mundo “completamente otro”,.  Lo que lo convierte en “otro” es el despliegue de un modo de ser que la cotidianidad excluye o que trata vanamente de lograr; los templos del consumo no revelan nada sobre la naturaleza de la realidad cotidiana.

Ese “lugar sin lugar”, cerrado en sí mismo, un lugar purificado, que deben gran parte de su magnético poder de atracción a su colorida y caleidoscópica variedad de sensaciones sensoriales, tamizadas, sanitizadas, con la garantía de no poseer ingredientes peligrosos, no resultan amenazantes, ofrecen un equilibrio casi perfecto entre libertad y seguridad.

Los compradores/consumidores pueden encontrar el consuelo de pertenecer, el sentimiento de “todos somos iguales” y la sensación de “todos compartimos la misma opinión” estos son los significados más profundos de la “comunidad”.

“comunidad es el atajo hacia la reunión de semejantes, de “nosotros que somos de la misma clase”.  Las imágenes de solidaridad comunitaria se forjan para que los hombres puedan evitar el deber de enfrentarse mutuamente, dio a los humanos la oportunidad de ser cobardes y ocultarse de los otros, la imagen de la comunidad es purificada de todo lo que pudiera expresar diferencia, el mito de la solidaridad comunitaria es un ritual de purificación. El “sentimiento de identidad común es una falsificación de la experiencia”.

Dentro del tempo, la imagen se convierte en realidad, la comunidad ideal imaginada que no conoce la diferencia, esa comunidad no exige ninguna negociación.  Todos los que se encuentran allí han ido con el mismo propósito, seducidos por los mismos atractivos, Estar dentro” de una verdadera comunidad de creyentes.

Claude Levi-Straus señaló dos estrategias para enfrentar  la otredad de los otros: la antropoémica y la antropofágica.

La primera estrategia consistía en “vomitar”, expulsando a los otros, las variantes extremas de la estrategia “émica” son, el encarcelamiento, la deportación y el asesinato. Las formas superiores y “refinadas” son la separación espacial, los guetos urbanos, el acceso selectivo a espacios y la prohibición selectiva de ocuparlos.

La segunda estrategia consiste en “ingerir”, “devorar” cuerpos y espíritus extraños para convertirlos, en cuerpos y espíritus “idénticos”. Esta estrategia revistió un amplio espectro de formas: desde el canibalismo hasta la asimilación forzosa (cruzadas culturales, calendarios, dialectos y otros “prejuicios” y “supersticiones” locales.

Los espacios interdictos son una versión arquitectónica de la estrategia “émica”, la tarea de enfrentarse con la posibilidad de toparse con extraños es un problema que requiere medidas “respadadas por el poder”, los espacios urbanos “públicos pero no civiles” derivan de la flagrante ausencia de hábitos de civilidad.

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