Noches lugubres
angelillo89Trabajo12 de Octubre de 2021
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Ficha de lectura
1. Referencia bibliográfica completa
Autor: José Cadalso.
Título: Noches lúgubres.
Editor literario de la obra: Manuel Camarero.
Lugar de la edición, nombre de la editorial, año: Madrid, Castalia, 1987.
2. Contenido y temas
2.1. Resumen del argumento
En estas 37 páginas, dividas en tres partes, se narra lo que acontece a Tediato en tres noches consecutivas tras haber perdido a la que se deduce fue su amada.
En la primera noche se produce el encuentro en el cementerio entre Tediato y el sepulturero, Lorenzo, a quien ha hecho cómplice de su plan para poder acceder al sepulcro de su amada. Pretende llevarse el cuerpo a su casa para suicidarse y estar junto a ella en la otra vida. Sin embargo, oyen un ruido y deciden no arriesgarse y dejar el plan para el día siguiente.
En la segunda noche, Tediato acude a su encuentro con Lorenzo, pero es detenido por la Justicia al ser acusado de un asesinato del que él ha sido testigo. Sentenciado en aquel momento como culpable, es llevado a una celda custodiada por un Carcelero. Allí, es consciente de que uno de sus compañeros de celda acaba de ser ejecutado. Finalmente encuentran a los verdaderos asesinos y es liberado. En la calle, se encuentra a un niño que rápidamente relaciona con Lorenzo, por lo que le pide llevarlo a casa para poder encontrarse con su padre. El niño le cuenta por el camino todas las desgracias a las que ha estado expuesta su familia: su abuelo y su madre han muerto, tres de sus hermanos están enfermos, uno de estos en el hospital y una hermana desaparecida.
En la tercera noche, Tediato vuelve a encontrarse con Lorenzo en el cementerio y este le dice que bien haría en cavar fosas para todos sus hijos y él mismo. Se trata de un final abierto.
2.2. Temas
2.2.1. Tema principal
Prima el tema relacionado con la muerte. El protagonista sufre por la muerte de un ser querido, lo que se muestra en sus intervenciones reflexivas, y es la muerte lo que busca. Además, se regodea en su propio dolor. La obra entera está envuelta en este ámbito: lo lúgubre, la podredumbre, la noche, el cementerio; incluso en el propio sepulturero, como explica uno de los hijos al final de la segunda noche.
LORENZO
La abertura que forma ya da lugar para que salgan esos gusanos que se ven con la luz de mi farol.
TEDIATO
¡Ay, qué veo! Todo mi pie derecho está cubierto de ellos. ¡Cuánta miseria me anuncian! ¡En estos, ay, en estos se ha convertido tu carne! ¡De tus hermosos ojos se han engendrado estos vivientes asquerosos! ¡Tu pelo, que en lo fuerte de mi pasión llamé mil veces no solo más rubio sino más precioso que el oro, ha producido esta podre!¡Tus blancas manos, tus labios amorosos, se han vuelto materia y corrupción! ¡En qué estado estarán las tristes reliquias de tu cadáver! ¿A qué sentido no ofenderá la misma que fue hechizo de todos ellos? (p. 143)
En esta intervención establece una comparación entre lo que la amada era y es: era ojos y son gusanos, era pelo y es podre, eran labios amorosos y son materia y corrupción.
Desde el principio (p. 127), junto a los relámpagos, la desesperación acompaña a esta ambientación a través de lo terrorífico queriendo desear la muerte y haciendo alusión al pasado funesto que le ha llevado a ese presente. Su desesperación se muestra a través de su incoherencia al hablar y de su fijación por la muerte.
2.2.2. Temas secundarios
De forma directa, pero no principal, mediante Tediato, el autor critica la sociedad de la época valiéndose de los valores y defectos de este mismo personaje. Son varios los párrafos que dedica a dicha tarea y varios de los diálogos. En uno de sus ellos con Lorenzo, cuando este se interesa por saber quién se encuentra en el sepulcro, Tediato pone en duda a madres, padres, hermanos, amigos, hijos (pp. 139-141). Esta crítica nos hace pensar que antes sí creía en todo ello. Antes de la muerte de su amada, Tediato creía en todo, en la vida en general y en el amor, pero, por esa desgracia, ahora critica todo eso (madre, padre, amigos) y no encuentra ninguna razón por la que seguir adelante. Su YO siente decepción y se siente a salvo de esa inmundicia. Para hablar y actuar así, este personaje debe estar deprimido y derrumbado. Dicho desprecio viene de forma directa del “yo amaba todo”. Lo único puro que había era la amada, y, al morir ella, todo esto muere con ella.
Además, hay un fondo biográfico en el sentido de querer mostrar los sentimientos que aparecen al estar ante la tumba de una persona amada.
3. Personajes
En la obra aparecen cinco personajes explícitos y uno implícito, de los cuales podríamos tomar a dos como protagonistas y a cuatro como personajes secundarios.
3.1. Personaje(s) principal(es)
Tediato es un hombre de edad desconocida, aunque se puede deducir por la concepción que ha tenido y tiene del mundo, que de edad adulta; ha perdido a la mujer que amaba y con ello toda su razón de vivir y de pensar. Así, urde el plan de recoger su cadáver y suicidarse junto al cuerpo. A lo largo de la historia, vemos cómo vive tres noches con ese pesar y la depresión que caracteriza a tan gran pérdida. Tediato ha sucumbido a ella. No obstante, vemos a un hombre que aún es capaz de hablar con cierta lógica, pese a que sea de una forma completamente negativa. Su visión oscura del mundo enlaza con el ambiente en que se sitúa la historia.
Su nombre, que no la narración de su historia, recuerda a la palabra “tedioso”, que produce tedio: aburrimiento extremo o estado de ánimo del que soporta algo o a alguien que no le interesa, fuerte rechazo o desagrado que se siente por algo y gran pesar (RAE: tedio). Conforme uno va leyendo la obra se da cuenta de que, efectivamente, Tediato es un hombre que se encuentra en un momento en el que debe soportar el mundo y al ser humano tras haber sufrido un gran pesar, lo que genera un fuerte rechazo hacia el mundo y el ser humano.
Lorenzo es el sepulturero del cementerio en el que se encuentra la amada de Tediato. Aparece como la solución a todos sus problemas. No aparece su edad, pero sí su aspecto.
TEDIATO
[…] Él es: el rostro pálido, flaco, sucio, barbado y temeroso; el azadón y pico que trae al hombro; el vestido lúgubre, las piernas desnudas; los pies descalzos, que pisan con turbación; todo me indica ser Lorenzo, el sepulturero del templo, aquel bulto cuyo encuentro horrorizaría a quien le viese. (p. 128)
La descripción que ofrece Tediato es la imagen exacta que uno está acostumbrado a tener a causa de la industria del cine y las novelas macabras. Sin embargo, uno tiende a esperar también que sea un hombre sin muchos escrúpulos ni miedo, y así mismo se define él, pero sale su temor.
LORENZO
He enterrado por mis manos tiernos niños, delicias de sus madres; mozos robustos, descanso de sus padres ancianos; doncellas hermosas, envidiadas de las que quedaban vivas; hombres en lo fuerte de su edad y colocados en altos empleos; viejos venerables, apoyos del Estado… Nunca temblé. Puse sus cadáveres entre otros muchos ya corruptos; rasgué sus vestiduras en busca de alguna alhaja de valor; apisoné con fuerza, y sin asco, sus fríos miembros; rompíles la cabeza y huesos; cubrílos de polvo, ceniza, gusanos y podre, sin que mi corazón palpitase… y ahora, al pisar estos umbrales, me caigo… al ver el reflejo de esa lámpara, me deslumbro… al tocar esos mármoles, me hielo… me avergüenzo de mi flaqueza: no la refieras a mis compañeros. Si lo supieran, harían mofa de mi cobardía. (p. 130)
Da la sensación de que está asustado por lo que van a hacer. Esto es, en esa ocasión no va a enterrar a alguien que haya muerto, sino que va a desenterrar un cadáver. Para él, y en sí, no es lo mismo, y por dicha acción sí siente temor.
Al comienzo de su encuentro con Tediato se ve por qué está allí: “Yo soy. Cumplí mi palabra. Cumple ahora tú la tuya. ¿El dinero que me prometiste?” (p. 129). Se muestra su “¡Interés! ¡Único móvil del corazón humano!” (p. 129) –frase lapidaria que pronuncia Tediato–, pero en la noche tercera se verán las razones de dicho interés por medio del personaje el Niño, uno de sus hijos.
3.2. Personajes secundarios
La Justicia aparece en la segunda noche, es quien condena a Tediato por ser el supuesto asesino. Aunque cabría esperar que se mostrara justa, como su nombre indica, e imparcial, en su primera intervención vemos todo lo contrario.
JUSTICIA
Pues aquí está el cadáver, y ese hombre está ensangrentado, tiene la espada en la mano y con la otra procura deshacerse del muerto, parece indicar no ser otro el asesino. Prended a ese malvado. Ya sabéis lo importante de este caso. El muerto es un personaje cuyas calidades no permiten el menor descuido de nuestra parte. Sabéis los antecedentes de este asesino y los fines que se proponían. Atadle. Desde esta noche te puedes contar por muerto, infame. Sí, ese rostro, lo pálido de su semblante, su turbación, todo indica o aumenta los indicios que ya tenemos. En breve tendrás muerte ignominiosa y cruel. (p. 149)
Se muestra a una Justicia que decreta sentencia inmediata sin estudiar de forma más minuciosa el caso y movida por el asesinado, quien parece ser un personaje respetable, por lo que no se pueden permitir que su asesino ande suelto y la gente pueda cuestionar la Justicia.
El Carcelero aparece también en esta segunda noche. Es el encargado de Tediato, que no se mueva y que no hable con nadie, y de decirle que lo van a poner de nuevo en libertad porque han encontrado a los culpables.
El niño, hijo de Lorenzo, aparece en esta segunda noche. Su padre le había encargado que esperara en el punto de encuentro y fuera a avisarle cuando alguien pasara varias veces; pero se queda dormido y pide a Tediato que lo acompañe a casa para que su padre no le regañe.
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