Relaciones con los adultos
roxanacc64Informe18 de Noviembre de 2013
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Relaciones con los adultos
En estos últimos días, de clases estuvimos leyendo una novela de Pablo Ramos, llamada “El origen de la tristeza”, que para mí es un libro maravilloso, que nos hace acordar de nuestra infancia donde tuvimos iguales o diferentes experiencias, como la falta de comunicación con los adultos, las desconfianza, el primer beso, las travesuras, los amigos, el valor de la familia, etc. Tiene una descripción inigualable con entorno del protagonista de nivel social medio en Buenos Aires. La novela cuenta la historia de Gabriel, un joven de aproximadamente once o doce años, que está dejando de ser un niño, que vive en el barrio llamado “El Viaducto” entre una villa, las vías y un arroyo. Él se hace amigo de un adulto que trabaja y vive en el cementerio, donde aprende mucho de él. Un tiempo después cuenta que se junta con una barra de pibes, para jugar, donde jugar para ellos es jugar más que todo con la muerte. La infancia de este joven va quedando atrás, en la parte sexual, de travesuras, se va desilusionando de sus “ídolos” adultos, está empezando a entender la vida de otro punto de vista.
En este ensayo me voy a puntualizar en el tema de las diferentes relaciones con personas adultas, pero más que nada con los hombres. Al que el suele tener refencia, y llega aprender cosas de ellos. Gabriel se sentía más confortable con las personas adultas, como es en el caso de Rolando.
La primera relación que Gabriel tuvo con un adulto fue con Rolando, un hombre que tenía más de cincuenta años y llevaba más de treinta viviendo en las bóvedas del cementerio de Avellaneda. Rolando habituaba ir con frecuencia a un bar, donde el joven solía visitarlo, para que le enseñe y le cuente cosas misteriosas que pasaban en el cementerio, como podemos ver en este fragmento “(…) vio un tipo cogiéndose a su novia. En plena madrugada y adentro del cementerio (…) lo espantoso era que la novia del tipo estaba muerta y la habían enterrado ese mismo día. Los cuidadores lo pescaron y lo hubieran linchado de no ser por Ronaldo que les salió de cruce. No porque le pareciera bien lo que el tipo estaba haciendo, sino porque se dio cuenta que se había vuelto loco. Esas cosas lo convertían, para mí, en una persona especia.” Además para Gabriel él era una persona divertida y muy educada. Está en un momento se hacen pasar por padre e hijo, pero llega hasta una situación en el cementerio donde Gabriel se lleva un decorado de una tumba golpeando a un señor en la cabeza con ese, entonces lo agarran a Rolando encubriendo a el joven. Desde ese momento no se pudieron ver nunca más.
Su otra relación con un adulto fue con su padre, pero muy diferente a la primera. Su papa pasaba el día trabajando en su taller de rulemanes o sino viajando por pedidos. Cuando llegaba a la casa era en la hora de cenar, y al irse a dormir siempre discutía con su mujer. Gabriel se sentía muy poco observado por su padre, ya que él no servía para hacer las manualidades del taller como su hermano Alejandro. Y por eso no podía pasar mucho tiempo con él, solo iba un rato al taller para saberles mates. Además su padre no le prestaba mucha atención como lo asi con su hermano, como podemos ver en esta cita “Papá comía mirando su plato y Alejandro (…) me senté con ellos: -¿así que vas hacer un martillo?- le pregunto papa a mi hermano con la voz dura y desganada(…) –si- contesto Alejandro- es una reverenda boludez. Espere, ansioso de que papa me preguntara también a mí sobre mi primer día de clases (…) el silencio me puso nervioso: -vamos a leer el libro de un inglés- dije. –Ah, qué bien- murmuro papa sin despegar la vista de su plato.” Su padre se sentía solo y triste, por el intento de suicidio de su mujer y por su taller.
Su última relación con un adulto fue con Fernando, que lo conoció cuando paso el problema con su madre. Él
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