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Resumen Libro Leviatán

alfredo141185 de Diciembre de 2013

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Leviatán

El Leviatán de Thomas Hobbes viene a presentar la teoría política moderna, cuya característica principal es la subjetividad de una nueva humanidad. Hobbes nos explica las características naturales del hombre, la transición de un hombre social a un hombre civil. Resalta también, el temor que tiene los hombres tienen respecto a su vida, lo cual hace que pacte con los demás hombres. Viene después, la conformación y finalidad del Estado.

Del Hombre

“La naturaleza (el arte con que dios ha hecho y gobierna el mundo) está imitada de tal modo, como en muchas otras cosas, por el arte del hombre, que éste puede crear un animal artificial.” Veamos que Thomas Hobbes viene a mostrarnos la doctrina de la experiencia moderna, es decir la Nueva Humanidad. El hombre que Hobbes nos muestra es un artífice, un creador; creador de todo, hasta de sí miso, finalmente es ya un Dios. En éste primer acercamiento a la obra de Hobbes, se nos muestra la construcción de un hombre artificial es decir del Estado, quien será el sustituto del hombre natural, así también de las acciones de éste.

“La imaginación que se produce en el hombre… por medio de palabras u otros signos voluntarios es lo que generalmente llamamos entendimiento, que es común a los hombres y a los animales… el entendimiento que es peculiar al hombre no es solamente comprensión de su voluntad, sino de sus concepciones y pensamientos, por la sucesión y agrupación de los nombres de las cosas en afirmaciones, negociaciones y otras formas de expresión.” Aquí Hobbes habla de racionalidad, es decir la experiencia racional, ésta consiste en construir. La experiencia moderna consiste en la representación del Estado

El Leviatán de Hobbes consiste en evitar la muerte a las personas que convergirán en él. Todo mediante la política del pacto.

Del capítulo III De la Consecuencia o Serie de Pensamientos, Hobbes dice “por consecuencia o serie de pensamientos comprendo la sucesión de un pensamiento a otro; es lo que, para distinguirlo del discurso en palabras, denominamos discurso mental.” Hobbes indica al pensamiento como la imaginación. “Cuando un hombre piensa en una cosa cualquiera, su pensamiento inmediatamente posterior no es, en definitiva, tan casual como pudiera, parecer. Un pensamiento cualquiera no sucede a cualquier otro pensamiento de modo indiferente.” Es decir, no hay un pensamiento que sobresalga de los demás, por que no son pensamientos como tal, sino imaginaciones.

La representación suprema moderna es el Estado. Al mismo tiempo la política es una representación.

“Del deseo surge el pensamiento de algunos medios que hemos visto producir efectos análogos a aquellos que perseguimos; del pensamiento de estos efectos brota la idea de los medios conducentes a ese fin, y así sucesivamente hasta que lleguemos a algún comienzo que está dentro de nuestras posibilidades.” Se menciona que se debe ubicar primero el fin que se busca, Hobbes lo define como la razón.

“En ocasiones un hombre desea saber el curso de determinada acción; entonces piensa en alguna acción pretérita semejante y en las consecuencias ulteriores a ellas, presumiendo que acontecimientos iguales han de suceder acciones iguales.” Tal argumento es lo que Aristóteles explicaba como prudencia. Hobbes dice que muchos hombres adquieren distintas facultadas a través del estudio y el trabajo. Las obtienen mediante instrucción y disciplina, pero en el fondo, todas derivan de la invención de las palabras y del lenguaje. Aparte de las sensaciones y de los pensamientos, y de la serie de pensamientos, la mente del hombre no conoce otro movimiento, si bien con ayuda del lenguaje y del método, las mismas facultades pueden ser elevadas a tal altura que distingan al hombre de todas las demás criaturas vivas. Esto no es más que la experiencia para Hobbes, y para él el Estado es la experiencia finita.

“Pero la más noble y provechosa invención de todas fue el lenguaje, que se basa en nombres o apelaciones, y en las conexiones de ellos… sin él no hubiera existido entre los hombres ni gobierno ni sociedad, ni contrato ni paz…”

Es el lenguaje entonces una creación; el lenguaje universaliza; la política es lenguaje. Así también, debe haber políticamente una lengua, con la cual se someterán al Estado, pues si no se impone un lenguaje común no habría forma de crear al Estado. El lenguaje es utilizado de diversas maneras por los hombres, todas con la finalidad de comunicar. “Cuando usan el lenguaje para agraviarse unos a otros: porque viendo cómo la Naturaleza ha armado a las criaturas vivas, algunas con dientes, otras con cuernos, y algunas con garras para atacar al enemigo, constituye un abuso del lenguaje agraviarse con la lengua…” Pero, para Hobbes esto es un criterio valido del lenguaje. “El hombre universal se aplica a varias cosas que se asemejan en ciertas cualidades u otros accidentes. Y mientras que un hombre propio recuerda solamente una cosa, los universales recuerdan cada una de esas cosas diversas.” La política tiene que ver con hombres universales, no propios.

La universalidad en el lenguaje va a permitir la universalidad también, en los acuerdos, la política debe constituir una identidad única. “Nuestro recuerdo mental se desprende de las circunstancias de lugar y tiempo, y nos libera de toda labor mental salvo la primera; ello hace que lo que resultó ser verdad aquí y ahora, será verdad en todos los tiempos y lugares.” Simplemente Hobbes explica que cuando se ha logrado una universalidad autentica ya no podemos volver a crear otra.

“Cuando un hombre, después de oír una frase, tiene los pensamientos que dicha frase y su conexión pretenden significar, entonces se dice que la entienden: comprensión no es otra cosa sino concepción derivada del discurso”. Los hombres no se pueden entender si no emplean un lenguaje donde se precisen las palabras. Sólo así, recalca Hobbes, habrá un pacto político.

En el capítulo V del Leviatán, De la Razón y la ciencia, Hobbes busca y platea la idea de la razón, pero más a delante vendrá a hablarnos de las pasiones, explica que la razón ante las pasiones no prevalece. Cuando un hombre razona, no hace otra cosa que concebir una suma total, es decir, la razón para Hobbes consiste en sumar, articular, realizar, ordenar. “Razón no es sino cómputo de las consecuencias de los hombres generales convenidos para la caracterización y significación de nuestros pensamientos. Sin embargo, ni la razón de un hombre, ni la razón de un número cualquiera de hombres constituye la certeza; ni un computo puede decirse que es correcto porque gran número de hombres lo haya apoyado unánimemente.” Si todos lo hombres fueran racionales y se guiaran por la razón estarían de acuerdo, pero Thomas Hobbes nos explica que el pacto no consiste en que todos lo aprueben, sino que sea racional.

Pero, cómo entonces se pondrán de acuerdo unos con otros, quién decidirá lo correcto cuando haya diferencias. Pues bien, es entonces cuando las partes en acuerdo establecerán como módulo, la razón de un árbitro o juez, es decir el Estado.

Después de que Hobbes ha explicado en qué consiste la razón, y que ha dicho que si los hombres fueran racionales podrían pactar libremente, viene a cambiar todo al mencionar que los hombres se guían por sus pasiones. En este capítulo Hobbes explica su origen y en qué radican.

“Existen en los animales movimientos peculiares a ellos. La marcha, la conversación y otros movimientos dependen siempre de un pensamiento precedente respecto al dónde, de qué modo y qué, es evidente que la imaginación es el primer comienzo interno de todo movimiento voluntario.” Entonces los movimientos voluntarios necesitan ser animados, imaginados, primero deben ser representados.

“Lo que de algún modo es objeto de cualquier apetito o deseo humano es lo que respecto a él se llama bueno. Y el objeto de su odio o aversión, malo. Pero, estas palabras siempre se usan en relación con la persona que las utiliza. No son siempre y absolutamente tales, ni ninguna regla de bien y de mal puede tomarse de la naturaleza de los objetos mismos, sino del individuo “ . Lo bueno y malo no se da en función del objeto mismo, sino en función del ser humano, es decir que las virtudes propias de la naturaleza humana ya no son el bien o mal coma tal, ahora es lo que los hombres quieren respecto a su voluntad. Es pues, que la racionalidad que Hobbes planteaba en el capítulo anterior, ahora descansa en la voluntad.

La sociedad que existe antes del pacto es una sociedad de voluntades, cuya constitución son las pasiones. Como ejemplo; cada hombre quiere algo, al mismo tiempo que los demás lo quieren, es imposible que alcance para todos. Ya Hobbes mencionó que se necesita un juez para arbitrar; un Leviatán.

“El apetito, unido a la idea de alcanzar, se denomina esperanza. La misma cosa sin tal idea, desesperación. Aversión, con la idea de sufrir un daño, temor.” Hobbes le da gran importancia a esta última pasión porque sabe que el miedo es el principal motivo que obligará a los hombres a pactar, pero miedo a qué. Ahí es donde radica la naturaleza del pacto, miedo a morir, a no vivir con seguridad. Por lo tanto, los hombres deben pactar con otros hombres para preservar su vida y seguridad.

Frente a la posición de seguimiento que la sociedad tiene (siglo XV) por la religión, Hobbes aclara también en qué consiste tal experiencia. “Temor del poder invisible imaginado por la mente o basado en relatos públicamente permitidos, religión; no permitidos, superstición. Cuando el poder imaginado

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