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Música En El Nivel Inicial

MicaMendibil22 de Octubre de 2012

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Música en el Nivel Inicial

Judith Akoschky

una hermosa canción…

un momento oportuno para el canto…

algunos instrumentos para tocar y acompañar…

Un tiempo y un lugar para escuchar…

un espacio para compartir…

… para aprender…

… para descubrir…

… para disfrutar…

Introducción

Este artículo propone reflexiones acerca de la presencia de la Música en el Nivel Inicial: como objeto de conocimiento, como ventana abierta a la percepción, como estímulo para la producción creativa, como medio de expresión y comunicación y fuente de sensibilización.

Estos temas reinstalan el debate entre la disciplina, la concepción de enseñanza artística que se sustenta y el lugar asignado por la institución educativa y por la sociedad misma a la música escolar, no siempre jerarquizado ni reconocido como lo merece su historia y su presencia actual. Este debate podría determinar orientaciones más adecuadas para que la música en la escuela despliegue sus posibilidades educativas y su potencial sensible y creador (Akoschky, 1998).

¿Qué propone la educación artística en el Nivel Inicial? Sin dudarlo podemos responder que los diferentes lenguajes artísticos coinciden en la intención del dominio productivo, de la percepción y apreciación estética y el desarrollo de la capacidad crítica.

Para abordar los diferentes temas recurrimos en esta oportunidad al relato de experiencias áulicas con alumnos de diferentes edades del Nivel Inicial. Es nuestro deseo que a través del análisis de las mismas podamos abrir el debate hacia los puntos señalados. Incidir en la tarea docente aportando ideas, sugiriendo diferentes maneras de encarar las actividades, o recreando prácticas habituales en el Jardín, es el objetivo de este artículo que se centra en las posibilidades de la Música en el Nivel Inicial. Hemos incluido además algunas referencias acerca del cancionero infantil, y ampliado conceptos relativos a los instrumentos “no convencionales”, dos temas ineludibles en la educación musical de los más pequeños.

Las actividades musicales (*1)

“Al hablar de actividades musicales será necesario recordar que las mismas deben enmarcase dentro de una disciplina artística que tiene el propósito de desarrollar la apreciación estética, la producción expresiva y creativa, la participación placentera y gozosa. También será importante tener en cuenta que el lenguaje musical se articula en el tiempo con coherencia y sentido, y que estas características se deben preservar. En consecuencia, las actividades que se programen deberán tener como brújula esos propósitos y no perderlos de vista frente a los diversos aspectos que es necesario atender.

“Cada actividad, cada secuencia de actividades, cada proyecto puede describir una trayectoria determinada por un inicio, desarrollo y cierre. Proyectando esta modalidad se facilitará capitalizar los logros obtenidos y determinar las dificultades presentadas, retomándolas en clases siguientes para dar continuidad y evolución a los aprendizajes. Los momentos de cierre permitirán la recapitulación del trabajo realizado y darán lugar a nuevas posibilidades, nuevas actividades y también nuevos proyectos.

“Es importante que las actividades sean coherentes con los contenidos que se desee abordar. Esa coherencia estará determinada por la forma en que se articulen eficazmente y con la variedad necesaria los diferentes pasos. No tendrán igual diseño actividades de exploración sonora que las de aprendizaje de una canción o las de escucha y apreciación de una pieza musical.

“La organización del tiempo, del espacio, la selección y distribución de mate-riales, la organización grupal, son algunas de las cuestiones relativas a las actividades que es necesario profundizar y desarrollar. No todas las actividades requieren del mismo tiempo. De todos modos no hay reglas absolutas ni normas fijas, debido a los variados factores que siempre intervienen. Pero el tiempo asignado a una actividad es un factor que contribuye en forma positiva al logro de sus objetivos. Un tiempo prolongado más allá de lo necesario puede provocar pérdida del interés de los alumnos, desbordes grupales y cierres caóticos de actividades que en su inicio convocaron con entusiasmo y adhesión al grupo en su totalidad.

“Al igual que el tiempo, diferentes usos del espacio pueden favorecer el desarrollo de las actividades. Cantar en un rincón sombreado del patio, escuchar música disponiendo las colchonetas de una nueva forma y en otro lugar de la sala, despejar el espacio para formar un semicírculo en el centro de la sala de música para conocer nuevos instrumentos, usar varios rincones para tareas de exploración y experimentación sonora serán algunas de las posibilidades de modificación del espacio, reacomodado de acuerdo a las necesidades de la actividad. Estos cambios introducirán variaciones positivas, estimulando en cada caso la participación y el aporte de los alumnos.

“Todos estos son aspectos a tener en cuenta cuando se proyectan y planifican nuevas actividades. Las experiencias que estas promuevan determinarán el conocimiento y la sensibilización progresiva de los alumnos y el enriquecimiento de sus posibilidades para la producción y la percepción musical. “El aprendizaje requiere tiempo. No basta con realizar una vez una actividad para que los niños se apropien de los nuevos contenidos puestos en juego. Esto obliga a retomar las propuestas, no de manera automática y rutinaria. En música las repeticiones pueden ser también útiles a los efectos de “reinterpretar” una canción, rehacer una orquestación, volver a escuchar una pieza musical para descubrir otra característica no percibida en la primera audición. Estas repeticiones se caracterizan por tener nuevos objetivos en cada oportunidad, y significan además el otorgamiento del tiempo más extendido que requieren algunos alumnos para acceder a ciertos aprendizajes. (Diseño Curricular para la Educación Inicial, GCBA, 2000)

A continuación relataremos actividades musicales muy frecuentes en el nivel inicial: la enseñanza de una canción, la exploración sonora, la ejecución instrumental, la escucha musical, la evocación sonora, la orquestación de una canción. Al finalizar el registro de cada una de ellas haremos referencia a las condiciones que requieren para su mejor desarrollo, para su mayor aprovechamiento.

Enseñando una canción

A niños de 4 años de edad

“La canción no requiere de elementos visuales ni para su enseñanza ni para su reconocimiento: se basta por sí misma para desencadenar imágenes y emociones provocadas por su texto, ritmo y melodía, por su carácter y por el inmenso placer que produce el canto colectivo e individual”.2

“Las canciones se enseñan creando la buena disposición de escucha. Ésta se logra por diversos medios, pero, sobre todo por el canto entusiasta del maestro. No habrá mejor sustituto que la convicción en la interpretación comunicativa. Luego será necesario elegir distintas actividades para que la repetición necesaria favorezca el aprendizaje de todos, sin fatiga, sin desgaste, en continua reinterpretación. Las canciones deben enseñarse eligiendo el momento adecuado; la correspondencia entre el carácter de la canción y el estado grupal es tan importante como las características de nivel de complejidad de la canción. Y más aún, siendo tan flexible esta característica, podría decirse que una canción no prevista para cierto nivel es a veces mejor aprendida por el acierto y la oportunidad de su enseñanza”.

Dice el docente a sus alumnos:

--Quiero hacerles escuchar una canción.

Y luego de cantarla:

--¿La recuerdan? ¿Ya la canté en otra oportunidad?

--Voy a cantar la primera estrofa, que dice así...

--¿Quieren escucharla nuevamente?

--Ahora cantemos todos juntos la primera estrofa completa.

--¿Otra vez? Pero antes voy a repetir el texto.

--¿Alguien quiere cantar solo conmigo? ¿Alguien más? ¿Otro más?

-- Volvamos a cantarla todos juntos, pero esta vez cantando “más suave” - con menor volumen- así me escuchan mejor.

--La canción sigue así... (el docente canta la segunda estrofa).

--¿Cambia la melodía o es la misma? ¿Sólo cambia la letra? ¿Qué dice la letra?

--La escuchamos nuevamente, para entenderla mejor...

--Cantemos todos juntos las dos estrofas. Yo los acompaño con la guitarra.

--Traje la canción grabada por un grupo de chicos; ¿la escuchamos?

--¿Quién se lleva el CD y lo escucha en su casa?

--En la próxima clase la seguiremos aprendiendo. Y si podemos, la grabamos…,

Condiciones: para realizar esta actividad el docente debió seleccionar la canción anticipadamente y conocerla con todo detalle: su ritmo, su melodía, el texto completo, su origen, sus autores si los tuviera, su estilo. Cuanto más compenetrado esté en todas estas características, mejor será su propia interpretación, la que transmitirá con mayor fidelidad a sus alumnos. El maestro también se debe haber preguntado si la canción elegida sería del agrado de sus alumnos y si aporta al repertorio de canciones que ya dominan. Encontrar versiones grabadas puede significar enriquecimiento: seguramente habrá diferencias de interpretación, de instrumentación, de carácter, que los alumnos podrán apreciar por comparación al escucharlas con la guía del maestro.

El cancionero

Por la importancia que reviste el tema del cancionero nos hemos extendido en este

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