Analisis Estrategicos
maria2amalia28 de Octubre de 2014
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APLICACIÓN DEL MODELO DE ANÁLISIS ESTRATÉGICO DE MICHEL CROZIER Y
ERHARD FRIEDBERG A UNA ORGANIZACIÓN DE EDUCACIÓN SUPERIOR (OES)
Dr. José Alonzo Sahui Maldonado
Facultad de Contaduría y Administración
Universidad Autónoma de Campeche
josesahui@yahoo.com.mx
Resumen
El objetivo del presente trabajo es presentar en primer lugar, el análisis estratégico
desarrollado por Michel Crozier y Erhard Friedberg no solo como una propuesta
metodológica que privilegia la variable del poder en las organizaciones desde un punto de
vista teórico, sino también demostrar que esta propuesta se constituye en un procedimiento de
investigación que, para estar completo, necesariamente tiene que ser implementado dentro de
una organización. En segundo lugar, y a manera de ejemplo, presentaremos los resultados
obtenidos aplicando esta metodología en una organización de educación superior, a la que
denominaremos “OES”1. Finalmente, se darán algunas conclusiones y/o sugerencias para
considerar la aplicación de esta metodología, como un instrumento válido en el análisis de las
organizaciones en general.
Palabras claves:
Análisis estratégico, actor, sistema, juegos, poder.
Antecedentes
Lo anterior es para efectos de cuidar el anonimato de de la organización analizada, así como de los trabajadores
pertenecientes a ella.
1
En El actor y el sistema, Michel Crozier y Erhard Friedberg señalan desde el inicio que su
modo de razonamiento “no se dirige tanto a las organizaciones como objeto social específico,
sino a la acción organizada de los hombres” (Crozier y Friedberg, 1990:10). Esta aclaración
es necesaria, porque precisamente uno de los principales problemas que enfrenta la
administración para ser abordada desde un punto de vista científico es su excesiva tendencia
a prescribir modelos de comportamiento, amparándose para ello en estructuras que
comprenden las normas, políticas y reglamentos de una empresa; es decir, todo lo que en el
ámbito administrativo se conoce como organización formal.
Y es que cuando la ciencia administrativa aborda el estudio del comportamiento humano en
las organizaciones, la mayoría de sus estudios se enfrenta al dilema de diseñar modelos
prescriptivos que sirvan como “marcos de referencia de posibles explicaciones sobre el
funcionamiento de la realidad” (Davis y Newstrom, 2003:37), ó caer en la exploración de
espacios muy específicos de prácticas de comportamiento que permiten comprender los
valiosos por qué de una determinada organización, pero con la salvedad de que este
conocimiento en la mayoría de los casos no puede ser generalizado ni replicado en otras
organizaciones por lo que- para algunos autores- pierde validez y confiabilidad.
En este sentido, en el desarrollo histórico de la teoría de la organización se puede apreciar
fácilmente la dicotomía existente entre la modelización prescriptivo-explicativa, que pone
énfasis en el estudio de las estructuras ó sistemas; y el análisis descriptivo-explicativo, que se
concentra en el estudio del comportamiento de los actores. La búsqueda de un equilibrio entre
la racionalidad a la organización y la felicidad del trabajador se constituye en un dilema que la
teoría de la organización aún no ha resuelto.
La primera respuesta seria al dilema entre la racionalidad que busca la organización formal y
la felicidad a la que aspira la organización informal2, la brindó el enfoque estructuralista, entre
cuyos autores destaca la obra de Max Weber. Su teoría de la burocracia como elemento
explicativo del proceso histórico de la autoridad, desde una base tradicionalista a una
carismática, y de allí, a una burocrática (basada en reglamentos) señala todo un procedimiento
de “cómo controlar a los participantes de manera que se eleve al máximo la efectividad y la
eficiencia y se reduzca al mínimo la insatisfacción que produce esta misma necesidad de
control” (Etzioni, 1972:90).
Por organización informal nos referimos al conjunto de las relaciones interpersonales que se dan en los grupos
de trabajo que conforman a una organización, y que operan bajo una lógica basada en las creencias, sentimientos
y valores propios de dicho grupo.
2
La racionalidad organizacional se convirtió en el instrumento que justificaba, mediante el
ejercicio eficaz y eficiente de los recursos de la empresa, los actos administrativos que en ella
se realizaban. Sin embargo, el aumento de la racionalidad en las organizaciones no se
constituyó en la panacea que muchos esperaban; aunque la racionalidad elevó
considerablemente la productividad en las organizaciones, ésta se realizó con un gran costo
social y humano.
Este énfasis en la racionalidad de las estructuras y/o sistemas administrativos per se
desembocó en lo que actualmente algunos autores conocen como literatura de excelencia, el
cual es un “enfoque que ha establecido a lo largo de la última década las premisas básicas
para gobernar el comportamiento de los individuos en las organizaciones, inventando y
recreando sus identidades” (Ibarra, 2003:194).
El problema de esta postura –que por cierto es la que tiene más adeptos dentro de los teóricos
y practicantes de la ciencia administrativa- consiste en el hecho de que es claramente
prescriptiva, figurativa y exaltadora de una imagen de la organización que no siempre se
apega a la realidad. Sus estudios, más que científicos, terminan siendo siempre justificatorios.
Además, esta postura esconde una trampa potencial ya que transfiere la responsabilidad de los
resultados de su aplicación, a la buena o mala implantación del modelo utilizado, así como a
la poca o nula disposición de los trabajadores.3
Por otro lado, en lo que respecta a la postura administrativa que pone énfasis en el
comportamiento de los actores organizacionales, el problema estriba en localizar una variable
-ó un conjunto de variables- lo suficientemente sólidas que permitan dar una explicación
coherente de los fenómenos administrativos que se estudian.
En lo que respecta a los objetivos de este trabajo, la variable que a nuestro juicio explica de
una mejor manera el comportamiento humano en las organizaciones es el poder. Al respecto,
Crozier y Friedberg señalan que “toda estructura de acción colectiva, se constituye como
sistema de poder. Es un fenómeno, un efecto y un hecho de poder” (1990:22).
No obstante, es importante destacar que, aunque el fenómeno del poder es de carácter
universal, su conceptualización teórica no ha sido del todo clara. Esta situación ha permitido a
La ciencia administrativa, como un conjunto de conocimientos con aplicaciones prácticas, mismas que se
traducen generalmente en ganancias, se ha visto limitada por la aparición de tecnologías elaboradas muchas
veces por consultores sin una base científica. Con esto no se pretende satanizar a la literatura de excelencia, sino
de analizar con más cuidado estos modelos, para identificar los estudios serios de aquellos que no lo son.
3
algunos estudiosos orientados a los modelos administrativos de carácter prescriptivo, hacer a
un lado el análisis del comportamiento político en las organizaciones.
Sin embargo, hay varios autores importantes que han privilegiado el estudio del poder en las
organizaciones. En este sentido, la propuesta metodológica de Crozier y Friedberg es muy
explícita al declarar que “no [se] puede estudiar un campo de acción en lo abstracto ni a partir
de cualquier racionalidad a priori…se trata de descubrir cada vez, de una manera necesaria e
ineluctablemente contingente, la naturaleza y las reglas de los juegos que estructuran las
relaciones entre los actores involucrados y que, por ende, condicionan sus estrategias, y
remontarnos después a los modos de regulación mediante los cuales se articulan estos juegos
entre si y se mantienen en operación en un sistema de acción” (Crozier y Friedberg,
1990:368).
Crozier y Friedberg hacen un reconocimiento explícito del poder como una relación,
apoyándose en Foucault (1990) quien señala que lo importante no es encontrar quien tiene el
poder y por qué lo tiene, ya que este ejercicio sería como tratar de resolver un enigma
irresoluble, sino responder a la pregunta de ¿cómo funcionan los mecanismos de poder y
cuáles son los efectos que genera en las organizaciones donde se implanta, ya sean éstas
cárceles, escuelas, fábricas u hospitales, donde su accionar es más observable?
Otro autor, Morgan (1986) llega incluso a señalar algunas ventajas de utilizar como
herramienta explicativa el poder, al señalar que la política es algo que se da de manera
inevitable en las organizaciones y que se debería reconocer en ella sus aspectos constructivos.
Método
1.- ¿En qué consiste el análisis estratégico?
La propuesta básica del análisis estratégico radica en el razonamiento que propone en torno al
conflicto entre estos dos
...