CASO ANDERSEN

CASO ANDERSEN

ÍNDICE

ORIGENES        1

Fundadores        1

Modelo Andersen        1

Principios Básicos        1

DECLIVE DE ARTHUR ANDERSEN        1

Relación con ENRON        1

Descomposición del Modelo        1

Andersen Culpable        1

RESURRECCIÓN DE ARTHUR ANDERSEN        3

BIBLIOGRAFÍA        5

ORIGENES

Fundadores

Modelo Andersen

Principios Básicos  

DECLIVE DE ARTHUR ANDERSEN

Relación con ENRON

Descomposición del Modelo

Andersen Culpable

La auditora Arthur Andersen llegó a convertirse en una de las empresas auditoras más influyentes de los Estados Unidos, y según la acusación por parte del Gobierno, contribuyó a la destrucción de documentos relacionados con la auditoría de Enron, en los que la empresa energética ocultó la inestable e insuficiente situación financiera. El fiscal Larry Thompson (2002) afirmó que: “Andersen sabía perfectamente que estos documentos eran importantes para la investigación sobre el colapso de Enron, y que los socios y empleados de Andersen dirigieron personalmente los esfuerzos para destruir las evidencias”,

En abril del 2002, David Duncan, el ex contable de la auditora implicada, el cual era  encargado de las relaciones de auditoría con Enron y que destruyó documentos enlazados con el caso, se declaró culpable, pero aseguró haberlo hecho sin intención alguna, y decidió colaborar con el Gobierno en el juicio contra Arthur Andersen. Los abogados defensores de la empresa trataron de persuadir al jurado de que los empleados de la misma, trituraron y desaparecieron muchos documentos físicos y electrónicos siguiendo los reglamentos internos de la empresa, los que dicen que se debe eliminar todo lo que se considere innecesario.

Arthur Andersen ofreció servicios de consultoría y auditoría a Enron durante 16 años, pero esa relación empresarial terminó abruptamente cuando Enron se declaró en bancarrota. Desde que el Departamento de Justicia acusó formalmente a Arthur Andersen en marzo del 2002, la empresa cayó en el desprestigio y el veredicto de culpabilidad fue el comienzo de su fin. (EFE, 2002)

La auditora sufrió el impacto de este caso, y se calcula que perdió más de 650 de sus 2.300 clientes según un estudio del diario The Chicago Tribune  y otros más en el extranjero, y también agregó que la nómina de 28.000 empleados se ha reducido a 10.000 en los meses siguientes al escándalo. (AFP, 2002).

El fallo del jurado traía una sorpresa que nadie esperaba, en contra de lo esperado, el jurado no condenó a Arthur Andersen por destruir documentos y por la culpabilidad que confesó Duncan, sino fue la intervención de una abogada de la auditora la que consiguió la unanimidad del jurado, según Oscar Criner (2002).

Enron justificó ante la Comisión del Mercado de Valores de EE.UU unas pérdidas de más de 600 millones de dólares los últimos meses del año 2001 con la explicación de que tenían carácter extraordinario y no recurrente. Duncan calificó de engañosa y así lo comunicó a Temple en una discusión de la auditoría sobre Enron, de la cual redactó un informe que pasó a la abogada. La abogada tachó la palabra “engañoso” y la sustituyó por “agresivo y único”. Pidió también que su nombre no apareciera en las notas de la discusión. Y Andersen aprobó las agresivas cuentas de Enron.

“Arthur Andersen no lo aprobaba, pero Enron insistió e hizo lo que quiso. Y Arthur Andersen empezó a cambiar cosas para alterar documentos y escapar a la SEC y ahí estaba nuestro persuasor corrupto”, dijo Criner en referencia a Temple.

El informe fue una prueba crucial que mostró al jurado que Temple estaba dispuesta a eliminar cualquier cosa que pudiera dañar a Andersen. La auditora estaba a prueba de la SEC por otras auditorías conflictivas o fraudulentas y un nuevo caso podía resultarle fatal. (Martínez, 2002)

La auditora se adelantó a los hechos y anunció oficialmente a la SEC que renuncia a auditar compañías públicas. El veredicto termina de forma efectiva con la práctica de auditoría de la firma y se pone así fin a 105 años de historia de una compañía que llegó de las más importantes de Estados Unidos.

RESURRECCIÓN DE ARTHUR ANDERSEN

Después del escándalo de la empresa auditora en la que encontraba como accionistas mayoritarios Arthur E. Andersen y su hermano la compañía no pudo levantarse ya que, al ser imputada por Estados Unidos, con ello había perdido la confianza de todos sus socios.

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