CASO SOBRE EL DESARROLLO DE UNA ORGANIZACIÓN
hectoredu96321Documentos de Investigación17 de Junio de 2022
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CASO SOBRE EL DESARROLLO DE UNA ORGANIZACIÓN
Jack Miller había desarrollado de tal forma su negocio de alimentos que llegó un momento en que necesito colaboración. Hasta entonces había estado haciendo el trabajo por sí mismo. Visitaba a los clientes por las tardes para que le hicieran los pedidos, preparaba el producto y lo entregaba a la mañana siguiente.
Comenzó entonces a sufrir una sobrecarga de trabajo y cada día veía menos probabilidades de aumentar su negocio si seguía dependiendo por entero de su propio esfuerzo.
Entonces el señor Miller decidió contratar a alguien que se encargara de la cocina. Se tomó tiempo suficiente para estudiar a candidatos y finalmente eligió a un joven llamado Eric James, que parecía poseer todas las cualidades necesarias. Eric procedía de buena familia y había recibido una enseñanza a fondo de la preparación de alimentos y de química alimenticia.
Además era fuerte y trabajador y tenía fama de honrado y leal. El señor Miller lo contrató y le puso a trabajar en la cocina.
Cuando el señor Miller contrató a Eric, que tenía buenas cualidades, ¿le encargo la elaboración de los alimentos? ¡No! Lo primero que hizo fue explicarle cómo comenzó el negocio y cómo lo puso en pie. Metió en la cabeza a Eric el hecho de que el trabajo no era meramente mezclar ingredientes y luego ponerlos al fuego. Consiguió que comprendiera que el trabajo no consistía solamente en fabricar un producto alimenticio, sino también en crear y mantener una buena reputación.
Eric convenció al señor Miller de que seguiría sus instrucciones al pie de la letra. Él tenía que aplicar los mismos procedimientos y obtener los mismos resultados que el señor Miller. Su trabajo consistía en mantener la reputación del producto del señor Miller de tal forma que fuera considerado como el más delicado y saludable que se pudiera encontrar en sitio alguno a cualquier precio.
A continuación el señor Miller enseño a Eric el cuidado y la habilidad con que se debía preparar el producto. Él le fue perfeccionando paso a paso, gradualmente, hasta que se sintió seguro de que Eric podía hacer y haría el cometido tan bien como él mismo. Sin embargo, insistía de nuevo probando el resultado antes de llevarlo a entregar.
Se podría pensar que Eric se molestase por esta supuesta falta de confianza en su trabajo; sin embargo, el señor Miller realizaba sus comprobaciones de forma que Eric no se sintiese ofendido. Por el contrario, Eric estaba orgulloso de que no se pudiera encontrar ningún fallo en el resultado de sus esfuerzos. También se dio cuenta del hecho de que si algo iba mal, era mejor que lo advirtiese el señor Miller y no los clientes. En cuanto a lo que concierne al señor Miller, el quitar de su cabeza la fabricación del producto fue un alivio tal que pronto contrató a un ayudante para Eric y a éste lo dejó asumir la responsabilidad de la cocina. Él sabía ahora que podía confiar plenamente en Eric.
¿Qué razones hay para que Eric diera tan buenos resultados? Ante todo el cuidado que tuvo el señor Miller en su elección y en proporcionarle una capacitación a fondo. Además el señor Miller compartió con Eric sus perspectivas, le desarrolló el orgullo del trabajo bien hecho y, luego, le demostró que confiaba en él. Entre otras razones hay que añadir, igualmente, la supervisión de su trabajo y la buena retribución que percibía.
Viendo que el negocio crecía, el señor Miller decidió realizar otra adición a su organización. Esta vez decidió contratar a una joven con conocimientos de trabajos de oficina. Alice Kenyon, la candidata elegida, era titulada. Era buena mecanógrafa y tenía un buen conocimiento sobre registro en libros y contabilidad. No era una belleza, pero poseía una personalidad atractiva y una voz bien modulada de sonido agradable por teléfono. Era simpática y atendía bien a la gente. También le gustaban los detalles y no tenía miedo a un buen día de trabajo. Se sentía fascinada con la historia del señor Miller y con la fundación de su negocio. Ella y Eric se respetaban mutuamente y el señor Miller se congratuló de nuevo de lo que él llamaba su “buena suerte”. La mayoría de los hombres de negocios con experiencia se inclinarían a llamarlo “buen sentido”. El señor Miller fue contratando gradualmente a más y más colaboradores y fue encargando cada vez mayor parte de su trabajo a otros. En cada caso, él seguía el mismo procedimiento de formación que le había dado tan buenos resultados. De hecho, no vendía ya ni iba a visitar a los clientes o a entregarles pedidos; tampoco fabricaba el producto ni compraba los materiales ni se encargaba de los recibos. Tenía ahora más tiempo para aconsejar y animar a la gente que le ayudaba en el negocio. Él les ayudaba a encontrar formas mejores de realizar su trabajo.
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