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Cadena Critica


Enviado por   •  22 de Abril de 2012  •  10.644 Palabras (43 Páginas)  •  1.230 Visitas

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Eliyahu M. Goldratt

CADENA CRÍTICA

Una novela empresarial sobre la Gestión de Proyectos

Capítulo 1

—Esta reunión del consejo ha terminado —anuncia Daniel Pullman, el autoritario Presidente del Consejo de Directores y Director General Ejecutivo de Genemodem. El elegante salón de reuniones se llena de murmullos y conversaciones mientras los consejeros comienzan a abandonarlo. El último trimestre ha sido el mejor en la historia de la empresa. Los directores están satisfechos, pero no demasiado excitados. Esperaban ese dato: durante los últimos seis años, casi todos los trimestres han sido siempre mejores que los anteriores. —Quiero hablar contigo, —le dice Pullman a Isaac Levy, y sigue sonriendo mientras saluda con un apretón de manos a los miembros externos del Consejo de Directores. Cuando todos salen, los dos toman asiento. —¿Has tenido ocasión de leer el informe final de McAllen —pregunta Pullman. Había sido Levy, el Vicepresidente Ejecutivo de Ingeniería, quien había insistido en contratar una empresa de consultoría para

Eliyahu M. Goldratt que realizase un análisis en profundidad del proceso de desarrollo de productos que se seguía en Genemodem. El análisis no se limitó únicamente a los aspectos relacionados con la ingeniería, sino que cubrió todo el proceso. Comenzando con el examen del enfoque que utilizaban para decidir las características de los nuevos módem, pasando por el desarrollo de los procesos hasta llegar, como no menos importante, al análisis de la forma en como pasaba el nuevo diseño desde el área de producción al proceso de comercialización. En la organización nunca habían sido complacientes respecto a esos aspectos. La norma de la empresa fue siempre la adopción de nuevas tecnologías, nuevas herramientas e, incluso, nuevos métodos de gestión. Si no fuera así, sería imposible estar entre los líderes. Sin embargo, él había insistido en contratar a un experto externo a la empresa. —Debe haber muchas cosas que damos por sentadas —había dicho—. Cosas que sólo uno que viene de fuera es capaz de ver. —Pullman apoyó por completo sus planteamientos. De hecho, en realidad, nadie había objetado seriamente su idea. No fue un esfuerzo pequeño y no resultó barato, pero, al final, una semana antes ya habían recibido las cuatrocientas páginas del informe. —Pienso que realmente han hecho un trabajo muy bueno. Señalan muchas cosas que nosotros habíamos pasado por alto. Creo que la inversión que hemos hecho ha valido la pena —opina Levy. —De acuerdo. El informe contiene muchos aspectos importantes. Pero lo que me preocupa es lo que no contiene. Isaac, si implantásemos todo lo que ellos dicen, ¿en cuánto tiempo crees que se reduciría el proceso de desarrollo de nuevos productos? —Difícil de decir. Quizá en un cinco por ciento. Quizá ni siquiera en eso. —Esa también es mi impresión. Así que hemos analizado todas las posibles vías convencionales y, tal y como esperábamos, la respuesta no está en ninguna de ellas—. Pullman se pone de pie. —Sólo nos queda una cosa por hacer. Isaac, pongamos en marcha un tanque pensante. —Será un proceso largo, —dice Levy mientras también se pone de pie. —Muy largo, pero estamos sobre una capa de hielo muy delgada. Debemos encontrar una forma de rectificar. Estamos obligados a hacerlo —añade Pullman mientras sale del salón. Isaac Levy ve a los tres jóvenes directivos que están sentados frente a su mesa. A él, particularmente, no le gusta lo que ve. Ninguno de ellos tiene el suficiente nivel jerárquico. Los tres son demasiado jóvenes e inexpertos para la tarea que deben realizar. Pero esa había sido la decisión de Pullman. —Isaac —le había dicho—, un directivo de alto nivel y de suficiente edad ya conoce nuestra forma de hacer las cosas. Si existe alguna persona que puede encontrar una mejor vía para hacerlas, esa es una persona joven. Suficientemente joven como para ser rebelde, suficientemente joven como para estar insatisfecha con nuestras normas. ¿Te acuerdas cuan jóvenes e inexpertos éramos cuando comenzamos? Rompimos todos los convencionalismos, ¡y mira donde estamos ahora! Isaac no consideró conveniente recordarle que también tuvieron "éxito" llevando la primera empresa que formaron a la ruina. —¿Se conocen entre ustedes? —les pregunta a los tres—. ¿Por qué no comienzan presentándose? Mark, comienzas tú. —Mi nombre es Mark Kowalsky. Trabajo en el área de Ingeniería. Mark tiene treinta y dos años. De gran tamaño y una voz que se corresponde con el volumen de su cuerpo. Ha trabajado en la empresa durante ocho años y recientemente había sido promocionado a jefe de proyecto del modelo A226. No es el tipo de persona rebelde que Pullman deseaba y Levy no está muy conforme con arriesgar el desarrollo del A226, pero este nuevo grupo necesita un buen líder. —Mark será el líder del grupo —añade Levy. —Pensamos que tiene una mentalidad suficientemente abierta, lo que le permitirá gestionar correctamente las críticas constructivas; es suficientemente conocedor y sensible como para rechazar las críticas poco prácticas y suficiente agradable como para garantizar la armonía del grupo... Y si no es así, me lo dicen. Los tres están demasiado nerviosos para reír. Ninguno de ellos había sido invitado antes al despacho de un Vicepresidente Ejecutivo. Levy le hace un gesto a la mujer para que comience a hablar. —Mi nombre es Ruth Emerson y vengo del área de Marketing —dice siguiendo el patrón establecido por Mark. —¿Y qué trabajos haces allí? —pregunta Levy, invitándola a que elabore un poco más su presentación. —Soy gerente de marca. Participé en el equipo que planificó la introducción del A106. Los otros quedan impresionados. El A106 es el gran éxito del momento. —Se eligió a Ruth —explica Levy—, debido a su excepcional integridad. Ustedes van a descubrir muy pronto hasta qué punto no teme hacer preguntas. —Mi nombre es Fred Romero —dice el último miembro del grupo respondiendo a una mirada de Levy—, y soy contable. —¡No exactamente un contable tradicional! —dijo riendo Levy—. Fred es el rebelde del área financiera y es, al mismo tiempo, uno de los más respetados auditores de proyectos que tenemos. Pero imagino que los tres se estarán preguntando: ¿por qué estamos aquí? Mark y Ruth asienten. Fred mantiene su cara de póquer. —A partir de ahora ustedes forman un tanque pensante. Su misión es encontrar una solución al peligro más grande que amenaza el futuro de esta empresa. Hace una pausa y mira directamente a los ojos de los tres jóvenes. —Déjenme comenzar explicando el problema. —Se pone de pie, toma un rotulador y dibuja una curva en la pizarra

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