Capital Humano y Desafíos en las Generaciones Z y Millennials: Una Perspectiva Analítica

Diego Lopez Osa – Comportamiento Organizacional

Título: "Capital Humano y Desafíos en las Generaciones Z y Millennials: Una Perspectiva Analítica"

Introducción: 

Invertir en el capital humano en las generaciones actuales, vale la pena? Asumir el riesgo de una inversión de tal magnitud y que terminen migrando a otra organizacion. Como retenerlos? Lo económico es suficiente?

El capital humano, definido como el conjunto de habilidades, conocimientos y experiencias que poseen los individuos, juega un papel fundamental en el desarrollo económico y social. La educación y la formación representan inversiones en el individuo, al igual que las inversiones en capital físico, como maquinaria y equipo, representan inversiones en las empresas. La teoría del capital humano, conceptuada por Gary Becker en 1992, ha tenido un impacto significativo en la economía laboral y ha influido en políticas educativas y de recursos humanos. La idea central es que las inversiones en el desarrollo de las capacidades individuales tienen un impacto positivo en el crecimiento económico y el bienestar general.

Los millennials, Generación Y, Generación del Milenio, Generation We, Global Generation, GenerationNext, todos ellos representan nombres para denominar a la cohorte demográfica que incluye a los nacidos entre 1982 y 1998. Los demógrafos Neil Howe y William Strauss son los responsables del término millennials, que se origina por haber vivido el cambio de milenio. Este grupo demográfico sigue a la Generación X y precede a la Generación Z. Los millennials han experimentado la transición hacia la era digital, siendo testigos de avances tecnológicos significativos, como la popularización de Internet, la telefonía móvil y el auge de las redes sociales. Se caracterizan por su adaptabilidad a la tecnología, su inclinación hacia la diversidad y la inclusión, así también como una actitud más abierta hacia la colaboración y al trabajo en equipo. Esta generación ha vivido cambios socioculturales y económicos sustanciales, incluyendo la crisis financiera de 2008, lo que ha influido en sus valores y actitudes hacia el trabajo, la educación y la vida en general.

La Generación Z sucede a los millennials y abarca a aquellos nacidos entre los 90’s hasta principios de la década de 2010. Esta generación ha crecido en un entorno saturado de tecnología, con acceso inmediato a dispositivos electrónicos, redes sociales y una cantidad sin precedentes de información digital. La Generación Z se caracteriza por su nativa digitalidad, crecimiento en un mundo hiperconectado y una mayor conciencia global. A menudo se considera que tienen habilidades multitarea desarrolladas y una capacidad inherente para adaptarse a las innovaciones tecnológicas. También se espera que la Gen Z exhiba una actitud pragmática y realista hacia la educación y la carrera, influenciada por las experiencias económicas y sociales de los millennials.

Ambas generaciones comparten similitudes en su familiaridad con la tecnología, pero se diferencian en las experiencias clave que han marcado sus vidas y han influido en sus valores, comportamientos y expectativas. Estas generaciones están influyendo en la cultura laboral y exigiendo un enfoque diferente en la gestión de recursos humano

En el tejido intricado que constituye la esencia del progreso humano y económico, el concepto de capital humano emerge como un elemento fundamental que impulsa el desarrollo de las sociedades. A medida que avanzamos en el siglo XXI, la atención se centra en las generaciones Z y millennials, quienes se enfrentan a una amalgama de desafíos y oportunidades en la formación y aplicación de su capital humano.

El capital humano, en su esencia, encapsula el conjunto de conocimientos, habilidades, experiencias y competencias que individuos aportan a la sociedad. Desde las habilidades técnicas y cognitivas adquiridas a través de la educación formal hasta las destrezas sociales y emocionales moldeadas por las experiencias de vida, este capital no solo representa un activo valioso para el individuo, sino que también constituye el motor impulsor detrás de la productividad, la innovación y el crecimiento económico a nivel colectivo.

A lo largo de la historia, la noción de capital humano ha evolucionado en consonancia con los cambios en la economía y la sociedad. En la actualidad, nos enfrentamos a un paradigma en el cual la rapidez del progreso tecnológico, la globalización y las demandas cambiantes del mercado laboral plantean desafíos inéditos para la formación y utilización efectiva del capital humano. Es en este contexto que las nuevas generaciones, en especial la Z y los millennials, se encuentran en la vanguardia de la adaptación, siendo testigos y agentes de transformaciones fundamentales en la naturaleza del trabajo, la educación y la interacción social.

La formación de este capital se ve influenciada por diversas dificultades, desde el acceso a la educación hasta la adaptación a un mercado laboral en constante cambio. A pesar de los avances en la educación, algunas regiones todavía enfrentan desafíos en el acceso a la educación de calidad. La tecnología está cambiando rápidamente, y las nuevas generaciones a menudo deben adaptarse a nuevas habilidades y tecnologías en un corto período. La competencia por empleos puede ser intensa, y las nuevas generaciones a menudo deben esforzarse más para destacarse en un mercado laboral altamente competitivo. En algunos casos, las nuevas generaciones pueden enfrentar empleos temporales o precarios que no ofrecen seguridad laboral a largo plazo. Las altas expectativas y presiones en el entorno laboral pueden afectar el equilibrio entre trabajo y vida personal. Las presiones sociales y laborales pueden contribuir a problemas de salud mental, como el estrés y la ansiedad, afectando el bienestar general y la productividad. La sobreexposición a la información puede generar dificultades para filtrar datos relevantes, afectando la capacidad de toma de decisiones informadas. Las nuevas generaciones a menudo enfrentan expectativas elevadas y presiones para rendir, lo que puede afectar negativamente su equilibrio entre el trabajo y la vida personal. La transición al trabajo remoto, acelerada por la pandemia, presenta desafíos en términos de colaboración, conexión social y límites claros entre el trabajo y la vida personal.

Las generaciones Z y millennials se enfrentan a desafíos únicos en la formación de su capital humano, desde la educación hasta el equilibrio entre trabajo y vida. Mitigar estos desafíos requiere un enfoque integral que incluya reformas educativas, programas de apoyo laboral, y medidas para promover la salud mental, y la promoción de un entorno laboral más equitativo y sostenible para asegurar el desarrollo óptimo del capital humano de las nuevas generaciones, beneficiando no solo a los individuos, sino también contribuyendo al crecimiento económico y social a largo plazo.

El compromiso laboral es un aspecto crucial en la vida profesional de cualquier generación, y tanto los millennials como la Generación Z presentan características distintivas en este ámbito. Aunque cada individuo es único y las generalizaciones deben tomarse con precaución, hay ciertas tendencias y patrones que se han observado en estas dos generaciones en relación con su compromiso en el trabajo.

Los millennials tienden a buscar trabajos que no solo proporcionen un salario, sino que también tengan un propósito y un significado. Valoran la alineación de sus valores personales con los valores de la empresa para la que trabajan. El desarrollo y crecimiento profesional son fundamentales, buscan oportunidades de aprendizaje continuo, retroalimentación regular y posibilidades de ascenso dentro de la empresa. Los millennials valoran la flexibilidad en el lugar de trabajo,  buscan un equilibrio saludable entre el trabajo y la vida personal, y aprecian la capacidad de trabajar de forma remota o tener horarios flexibles. Dada su familiaridad con la tecnología, suelen estar abiertos a la adopción de herramientas digitales en el trabajo. También tienden a valorar la colaboración y la diversidad en el entorno laboral.

La Generación Z ha crecido en un mundo digital desde su nacimiento. Su compromiso laboral a menudo está vinculado a la capacidad de utilizar tecnologías avanzadas en el trabajo y de mantenerse conectados digitalmente. Muestran cierta inclinación hacia el emprendimiento y la autonomía. Muchos buscan oportunidades para contribuir de manera significativa desde el principio y valoran la independencia en sus funciones laborales. La diversidad y la inclusión son temas importantes para esta generación, buscando entornos laborales que fomenten la diversidad en términos de género, raza, orientación sexual y otros aspectos. La Generación Z prefiere aprender de manera práctica. Valoran la capacitación en el trabajo, los proyectos desafiantes y las experiencias que les permitan aplicar sus habilidades de manera inmediata. Tienden a inclinarse hacia empresas que demuestren un compromiso genuino con cuestiones sociales y ambientales, valorando las iniciativas corporativas que busquen un impacto positivo en la sociedad.

Aunque estas tendencias son generales, es fundamental reconocer que cada persona es única y puede tener preferencias y valores individuales que no se ajusten completamente a las generalizaciones de su generación. Las organizaciones exitosas reconocerán y se adaptarán a las diversas expectativas y necesidades de las diferentes generaciones en el lugar de trabajo.

La migración laboral, entendida como el desplazamiento geográfico de individuos en busca de oportunidades de empleo y desarrollo profesional, es un fenómeno que ha experimentado transformaciones significativas en el contexto de las generaciones Z y millennials. Ambas generaciones han sido testigos de cambios en las dinámicas laborales, factores económicos y tecnológicos que han influido en sus decisiones relacionadas con la movilidad laboral.

...