Caso Carozzi

CASO EMPRESARIAL CAROZZI

1. RESUMEN DEL CASO

Carozzi es una Compañía multinacional chilena de consumo masivo, líder en el mercado nacional e internacional. Con presencia en más de 40 países en los cinco continentes, 12 Plantas de producción en Chile, cinco en Perú y dos en Argentina, alcanzó durante el año 2010 una facturación de más de 979 millones de dólares.

Inserta en industrias altamente competitivas, la Compañía está siempre atenta para adaptarse a los nuevos desafíos y así seguir cumpliendo de manera exitosa sus objetivos y metas. Con una visión clara, Carozzi cuenta con una organización interna funcional a su quehacer y con miras a lograr las exigentes metas de crecimiento y rentabilidad propuestas para los próximos años.

De esta forma, la Compañía cuenta con tres Divisiones principales: Corporativo, al que corresponden las gerencias de Finanzas y Planeamiento, Recursos Humanos y Contraloría; División Chile, a la cual reportan las áreas responsables del mercado interno, y División Internacional, conformada por las operaciones en el mercado externo, esto es, Perú, y Argentina y las exportaciones realizadas desde Chile, Perú y Argentina. Carozzi se encuentra presente en más de 20 categorías de productos, liderando las preferencias

de los consumidores en cada una de ellas, con marcas de amplia trayectoria y conocida calidad.

DIVISIÓN DE LA COMPAÑÍA

2. INTRODUCCIÓN: ORIGEN Y EVOLUCIÓN DE LA EMPRESA

Augusto Carozzi Passani llegó al puerto de Valparaíso y decidió probar suerte, ofreciendo su antigua pasión culinaria en este nuevo lugar. Así, el 29 de marzo de 1898 el inmigrante italiano creó La Joven Italia, en el mismo puerto.

Sin saberlo, cambiaría la dieta de los chilenos, llegando a ser la pasta un plato de alto consumo de nuestra población. Y sin sospecharlo, Augusto Carozzi comenzaba a escribir la historia de una de las más grandes empresas de alimentos de Chile y de Latinoamérica.

En 1907 La Joven Italia, Carozzi y Compañía se trasladó de Valparaíso a Quilpué. Aquí la empresa contaría con un clima más adecuado para el secado de pastas. Junto con el cambio de locación, vino el cambio de nombre. La Joven Italia pasó a ser “Compañía Molinos y Fideos Carozzi”.

Los socios fundadores fueron Augusto Carozzi Passani, Juan Boccardo Benvenuto, César Casini Morara, Francisco Castello Fernando, Juan Cavagnaro Assereto, Eugenio Costa Norero y Pedro Parodi Bignone.

La empresa sólo progresaba. Ni la gran crisis de los años 30, ni las vicisitudes del fin de la bonanza salitrera fueron capaces de impedir el crecimiento constante de Carozzi.

El interés por la calidad de vida de los trabajadores de Carozzi fue visionaria y la empresa comprendió en un principio que tener contentos a los trabajadores, repercutía positiva y directamente en el producto y en la atención que recibía el público.

En medio de una época polémica en el tema social, la compañía fue pionera en el pago de horas extraordinarias y de jornada dominical.

El beneficio de asignación familiar a sus empleados y el pago del feriado legal a sus trabajadores desconcertó completamente al país.

Marcó la pauta en el tema social y también en tecnología. Buscó constantemente los últimos adelantos de la industria europea. Innovó al introducir el trigo Candeal en Chile; considerado como el mejor para la elaboración de pastas, por siglos.

Enrique Costa Venzano fue quien continuó con el legado de Augusto Carozzi, llevó a la compañía a ser una empresa moderna y de relevancia nacional, construyó la planta en Nos y se preocupó de contribuir al desarrollo de Quilpué.

En la década del '50, Carozzi inauguró el primer túnel automático para fideos largos del país. Así se consolidó como una de las fábricas de pastas más modernas de América.

En 1965, debido a la fuerte demanda y la imposibilidad física de expandirse en Quilpué, se inaugura en Nos la planta de pastas más moderna de Sudamérica.

Constituye todo un acontecimiento y fue uno de los más importantes proyectos privados de la época, realizado por los arquitectos Emilio Duhart, Luis Mitrovic y Christian De Groote. La fuerza de los 16 herméticos silos contrasta con la total apertura del molino y del edificio horizontal

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