ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Desafios De La Gerencia En El Siglo XXI


Enviado por   •  7 de Diciembre de 2014  •  1.406 Palabras (6 Páginas)  •  606 Visitas

Página 1 de 6

La administración es administración de negocios. Para no mancharse con la brocha de los negocios, la administración en el sector público recibió el nuevo nombre de “administración pública” y se proclamó disciplina independiente con sus propios departamentos universitarios, su propia terminología, su propia trayectoria profesional.

De hecho de que la administración no sea administración de negocios resulta especialmente importante si tenemos en cuenta que el sector de crecimiento de una sociedad desarrollada en el siglo XXI muy probablemente no será el de los negocios. Más aún, los negocios si siquiera han sido el sector de crecimiento del siglo XX en las sociedades desarrolladas.

El crecimiento en el siglo XX en los países desarrollados ha correspondido a sectores distintos de los negocios: el gobierno, las profesiones, la salud la educación. Y menciona que el crecimiento durante el siglo XXI en los países desarrollados no será el de los “negocios” es decir la actividad económica organizada, sino que probablemente será el sector social sin ánimos de lucro.

En los últimos años se hace alarde del “equipo” como la única organización correcta para prácticamente todo.

No existe ninguna organización correcta. Lo que existe son organizaciones, cada una con sus ventajas claras, sus limitaciones claras y sus aplicaciones específicas.

Ciertamente existen “principios” de la organización. Uno, sin duda es que la organización ha de ser transparente. Las personas tienen que conocer y comprender la estructura organizacional dentro de la cual laboran. Esto parece obvio pero se incumple con muchísima frecuencia en la mayoría de las instituciones.

Dentro de la organización alguien tiene que tener autoridad para tomas la decisión final en un aspecto dado. Y alguien tiene que estar claramente a cargo de una CRISIS. Otro buen principio es que la autoridad sea conmensurable con la responsabilidad.

Desde hace 50 años que el dinero solo no basta como motivación para desempeñarse. La insatisfacción con el dinero es un gran desmotivador. La satisfacción con el dinero, sin embargo, es ante todo un “factor higiénico”, como lo llamo Frederick Herzberg hace más de 40 años en su libro The Motivation to Work publicado en 1959. Lo que motiva y en especial lo que motiva a quienes trabajan con el conocimiento es lo mismo que motiva a los voluntarios. Los voluntarios, bien lo sabemos, tienen que derivar más satisfacción de su trabajo que los empleados pagados, precisamente porque no reciben un cheque de pago. Necesitan ante todo un desafió. Tienen que conocer la misión de la organización y creer en ella. Necesitan capacitación continua y tienen que ver resultados.

Lo anterior implicaría que diferentes grupos de la población laboral deben ser administrados de modos diferentes, y que un mismo grupo de dicha población tiene que ser administrados de modo diferente en diferentes momentos. Cada vez más a los “empleados” hay que administrarlos como a “socios”. Y en una sociedad todos los socios son iguales. Y no se les dan órdenes. Hay que persuadirlos. Por lo tanto, la administración de personal es cada vez más un “cargo de marketing”.

Las suposiciones relativas a la tecnología y los usuarios finales explican en gran medida el auge de los negocios modernos y, en general de la economía moderna. Se remontan a los primeros días de la revolución industrial.

En nuestros días, tales suposiciones se han hecho casi insostenibles. El mejor ejemplo, desde luego, es la industria farmacéutica, que ha dependido más y más de tecnologías, como la microbiología, la biología molecular, la electromedicina y otras fundamentalmente diferentes de la tecnología en la cual se basa la investigación farmacéutica: la genética.

Otro tanto ha sucedido en la industria automotriz, que depende cada vez más de la electrónica y del computador. Ha sucedido en la industria del acero, que depende cada vez más de las ciencias de los materiales, totalmente desconocidas para las primeras acerías, y desconocidas todavía para muchas de ellas. Ha sucedido en la industria del papel. La lista podría ser interminable.

En el siglo XIX y en toda la primera mitad del siglo XX, podía darse por sentado que las tecnologías ajenas a la industria de uno carecían de impacto, o lo tenían apenas en grado mínimo, sobre esa industria. Ahora la suposición que

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (8.8 Kb)  
Leer 5 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com