El Cambio En El Concepto Del Liderazgo
Sersonia2 de Octubre de 2012
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Introducción:
¿Y qué es un talento? Un talento es un comportamiento, una emoción o pensamiento innato en nosotros y que expresamos de forma natural. Todos tenemos talentos. Es algo innato y que se nos da bien en cualquier entorno. Todos tenemos cualidades que destacan de los demás.
Por ejemplo, ser competitivo es un talento. Ser curioso y tener afán por descubrir cosas nuevas es un talento. Ser perseverante es un talento. Ser organizado es otro talento. Ser terco es un talento si está usado en un entorno dónde hace falta ejercerlo.
En este curso descubrirás cuáles son tus talentos y determinarás la actividad o trabajo que se adecuan lo mejor a tus talentos porque sabemos que damos lo mejor de nosotros mismos en las cosas para las cuales somos buenos sin esforzarnos.
También nos permitirá adecuarnos mejor a aun equipo y entender las diferencias del resto de sus miembros y saber sumarlas para obtener resultados.
A través de las herramientas que contestaron en el curso anterior hoy podrán conocer sus fortalezas, áreas de oportunidad y hacia donde enfocar su potencial. También podrán ir diseñando un Plan de Mejora personal que nos permita alinear lo que somos capaces de ahcer con los resultados que queremos obtener.
1. El individuo y el grupo
Hay una característica del ser humano que lo distingue nítidamente de los animales: aunque tanto el uno como los otros nacen de seres vivos (los animales superiors son hijos de padre y madre) solo el hombre forma familia. La familia humana no es un mero hecho biologico, sino un fenómeno social.
De ahí en adelante, la vida del rey de la creación transcurrirá en la interacción social y en el desarrollo de actividades en común en el seno de grupos de toda índole. Toda ella estará girando en torno a la convivencia, el diálogo y la participación. Porque el hombre es un ser eminentemente social y su sociabilidad lo lleva a formar parte de grupos y a integrarse en los ya formados. Tiene un sentido innato de afiliación, que se traduce en conductas de pertenencia activa, participativa, y también en el gusto por los uniformes, los símbolos y distintivos personales de religion, política y deporte. Son universales las banderas, medallas, escudos, banderines y camisetas que proclaman nuestras afiliaciones.
La gente se afilia por varias razones:
1. Por seguridad. Al unirse a un grupo, los individuos reducen la inseguridad de “estar a solas”. Se sienten más fuertes, tienen menos dudas personales y resisten mejor las amenazas.
2. Para adquirir estatus. Entrar a un grupo que los demás consideran importante confiere a los miembros reconocimiento y una posición.
3. Para ganar autoestima. Los grupos infunden en las personas sentimientos de valía, es decir, además de comunicar una posición a los foráneos, pertenecer a un grupo también fomenta la sensación de valer a los propios integrantes.
4. Por necesidad de pertenencia. Los grupos satisfacen necesidades sociales. A las personas les gusta el trato frecuente al que se prestan los grupos. El grupo de pertenencia por excelencia es la familia, después el trabajo y los amigos.
5. Para adquirir poder. La acción de un grupo consigue a menudo lo que no puede el individuo solo. Hay una fuerza en la suma.
6. Para alcanzar una meta. Hay ocasiones en que se requiere más de una persona para realizar una tarea, principalmente cuando hace falta habilidades distintas y complementarias.
Debido a esta multiplicidad de razones se establecen diversos tipos de grupos con distintas estructuras y distintas relaciones interpersonales entre sus miembros, entre los que destacan:
• Los grupos primarios o de pertenencia, en las que sus miembros se hayan ligados por lazos emocionales y sus interacciones son “cara a cara” (por ejemplo: la familia).
• Los grupos secundarios o de referencia, que mantienen relaciones más impersonales y formales. Este grupo es el medio para lograr otros fines (por ejemplo: los grupos de trabajo).
Según el nivel de formalidad:
• Grupos formales, que se regulan a través de normas para conseguir ciertos objetivos (una asociación de vecinos, por ejemplo).
• Grupos informales, que responden a un proceso espontáneo de interacción mutual (un grupo de amigos, por ejemplo).
Según su funcionalidad podemos distinguir entre:
• Grupo de relación, que se forma por el hecho de relacionarse y la tarea es un pretext para estar juntos.
• Grupo de trabajo, que se forma para realizar una tarea y no por la relación de sus miembros (aunque esta sería importante a la hora de abordar la tarea).
Todos estos grupos tienen una serie de características y unas dinámicas que los identifican y los definen, si queremos formar un grupo no podemos olvidar las siguientes características que van a influir en su formación y mantenimiento:
1. Existe un sistema de interacciones entre sus miembros, donde están presentes: intereses, necesidades, metas.
2. Hay objetivos y metas comunes, estos objetivos deben ser: claros, operativos y que permitan una adecuada interacción entre sus miembros para su consecución.
3. El grupo tiene que tener un sistema de normas y reglas, que permitan regular y delimitar las conductas y actitudes de sus miembros, su establecimiento es un soporte esencial para mantener un ambiente estable y que no se produzcan confusiones a la hora de desempeñar el rol del líder.
4. El grupo debe tener conciencia grupal, donde sus miembros tienen que ir pasando del “yo” al “nosotros” para verificar que actuamos y nos sentimos como grupo.
5. Cohesión grupal, que indica en qué medida las personas están satisfechas con su pertenencia al grupo.
La participación de un individuo en un grupo raramente es caótica: sigue ciertas líneas más o menos estables y corre a través de ciertos cauces. Dicho de otra manera, presenta estilos peculiares, de acuerdo con las personas y sus caracteres, pero también de acuerdo al rol que les gusta “jugar” dentro del grupo. Básicamente hay dos tipos generales de roles: los de tarea y los de relación.
Los de tarea se refieren directamente al trabajo a desarrollar: armar una pieza en una línea de ensamble, lavar platos, preparar las bebidas en un bar, atender los pacientes en una sala de emergencias, dar clases de Inglés…
Mientras que los roles de relación tienen que ver con el proceso humano del grupo y el mantenerlo unido.
Algunos de los roles reconocidos por su impacto positivo son:
El líder emergente o natural: es la persona fuerte del grupo y el resto de sus miembros le reconocen su autoridad y le respetan.
El orientador: orienta al grupo hacia las ideas y temas centrales.
El moderador: calma al grupo y reduce las tensiones, orienta las ideas separándolas de los sentimientos.
El secretario: es la memoria del grupo, recoge la información generada por el grupo.
El experto: proporciona información valiosa al grupo, aunque a veces puede quedar como un “sabelotodo”.
El clarificador: pide explicaciones, precisa los términos y ayuda a la clarificación del grupo.
El alentador: estimula y reconoce las intervenciones de todo el mundo.
El acelerador: imprime ritmo a las reuniones, aunque su prisa a veces, no contribuya a la eficacia del grupo.
El líder institucional: es la persona investida de autoridad, y ejerce la función de terapeuta, animador, o educador, dentro del grupo.
Entre los roles negativos se destacan:
El crítico: censura sistemáticamente todo lo que se hace y se dice, pero cuando se le pregunta nunca da su opinión.
El paralizador: bloquea al grupo, cuestiona los métodos y trata de que todo se replantee constantemente.
El pesimista: piensa que los esfuerzos del grupo son inútiles y que nunca van a conseguir sus objetivos.
El “chistoso”: se dedica a hacer cómico todo lo que se habla en el grupo.
El oponente sistemático: parte del supuesto de que sólo sus ideas son válidas.
El dominador agresivo: intenta imponer sus ideas doblegando a los demás.
Aunque todos estos roles son importantes, sin duda alguna requiere una especial atención la figura del líder del grupo, ya que este determina en gran parte la distribución de roles en el grupo y propicia de una forma directa el que el grupo pueda conseguir sus objetivos y por lo tanto, satisfacer sus necesidades. En un módulo posterior de esta capacitación tocaremos a detalle este rol.
Los roles o papeles encauzan las participaciones de los miembros, facilitan la acción y hacen predecibles las conductas. Son fenómenos altamente positivos, pero pueden limitar a las personas si se “casan” con un papel y no son capaces de flexibilizarse y tomar otro.
El grupo es el lugar óptimo para el crecimiento personal, desde el grupo que conforma la familia, hasta los grupos de trabajo, de amigos o de algún interés o pasatiempo, o religión. Todos tienen un impacto modelador en los individuos. Nadie se concientiza solo, nadie se desarrolla solo: vivir es convivir, y no se convive en masa, se convive en grupo.
Sin embargo, los grupos por el sólo hecho de serlo, no siempre aportan beneficios, pues sabemos de familias que no educan y trauman, y también de pandillas de “amigos” que pervierten y empujan a delinquir.
Tampoco todos los grupos ofrecen las condiciones
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