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El presente estudio tiene el propósito de analizar la participación de los adolescentes en la elaboración

alemoya22Informe20 de Mayo de 2016

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1.- Resumen

El presente estudio tiene el propósito de analizar la participación de los adolescentes en la elaboración  y socialización del manual de convivencia escolar.

Se  orienta a los siguientes objetivos :

  • Evidenciar las debilidades y fortalezas de la participación de los adolescentes en la elaboración y socialización del manual de convivencia escolar
  • Evidenciar el apoyo y participación de padres y madres de familia y la comunidad educativa en la elaboración del manual de convivencia
  • Presentar una propuesta de lineamientos de estrategias para una participación más efectiva de los adolescentes en la elaboración del manual de convivencia.

Para el levantamiento de la información se utilizaron las técnicas de observación estructurada, la entrevista semi estructurada  y la encuesta.

A partir de la convención sobre los derechos del niño (1989) se produce un importante precedente, donde se genera un cambio en torno a la visión que se tenía de los niños, niñas y adolescentes, rompiéndose el paradigma del niño objeto de tutela, para dar paso al niño como sujeto de derecho, por tanto titular de derechos y responsabilidad, en función a su desarrollo.

Un reglamento interno para la convivencia escolar es una herramienta pedagógica, construida de forma participativa por la comunidad educativa (estudiantes, maestros, profesores, personal obrero y administrativo, directivos, padres, representantes  y familiares…)

Pensada y puesta en práctica con la finalidad de establecer y regularizar las relaciones de convivencia dentro de una institución educativa, mediante normativas y acuerdos que garanticen los derechos de todas las partes  involucradas (CECODAP).

Siendo el manual de convivencia  un instrumento que permite manejar las relaciones de convivencia en los  centros educativos, tendrían que garantizar que la disciplina escolar debe ser compatible con la dignidad humana, lo que también engloba la integridad física.

La convención de los derechos del niño (1989) no fue la única normativa que llevo  al redimensionamiento de las formas de trabajar las relaciones de convivencia y la disciplina escolar, posterior a ella surgen otras que afianzan esta transformación.

 Gracias a ello, en el ámbito educativo surge la necesidad de adaptar las perspectivas y manejo de las relaciones de convivencia y disciplina escolar a los enfoques y percepción mas evolucionada del derecho y los valores humanos sobre la niñez y adolescencia.

Esto nos lleva a la necesidad de redimensionar los reglamentos internos con una mirada acorde a las relaciones de convivencia a los nuevos paradigmas y perspectivas, la disciplina escolar con enfoque de derechos humanos, así como la ciudadanía y participación protagónica.

Una de las intenciones del proyecto  es lograr en los adolescentes de la institución una mayor participación y por ende una mayor colaboración, organización y gestión, tolerancia, confraternidad y amistad, autocontrol y autodisciplina que los llevan a formarse como personas responsables de sus actos que  lleven a mejorar las relaciones interpersonales en el aula y todo el contexto educativo.

Por consiguiente el manual de convivencia busca fortalecer el perfil del alumno teniendo en cuenta su particularidad, siendo abierto y dispuesto al libre desarrollo de su personalidad, proyectándolo a la sociedad.

Las normas de convivencia le permiten vivir armónicamente en comunidad.

 

La nueva visión en educación por parte de la Secretaria de Educación Pública  va orientada a promover una mayor participación de la niñez y la juventud en todo los procesos que afecten su desarrollo de vida, pero a la vez no se cuenta con lineamientos definidos para su aplicación e institucionalización.

 

Nombre del proyecto: Derecho a participar en la construcción y socialización del

                                      Manual de convivencia escolar.

Entidad ejecutora: Instituto Experimental La Salle

Nombre del responsable: Olga Edith Guillén Montoya  y  Thelma Patricia Coello A.

Cargo: Docente

Dependencia: Área de Ciencias Naturales

Dirección: 5 y 7 calle, 18 avenida, Colonia Moderna

Ciudad: San Pedro Sula

Departamento: Cortés

Teléfono: 2550 – 45 – 77

Fax:

Coreo electrónico: Instituto@lasallehn.net

Duración del proyecto: 6 meses a un año

Presupuesto del proyecto:

Anexos: Plan Operativo y Preupuestal (excel)  y  Plan de  Monitoreo (word)

2.- Información

  1. Contexto de intervención
  1. El porqué

La participación del adolescente como sujeto de derecho no se evidencia  en las actividades normativas de la institución; no existen normas  claras para la aplicación de sanciones  y si las hay estas merecen poca o ninguna consideración;  en muchas ocasiones,  los mismos educadores se encargan de violentar el ordenamiento jurídico, pasando por alto los derechos que prevalecen en los estudiantes.

La disciplina escolar  no es administrada  acorde con los derechos, garantías y deberes de los niños, niñas y adolescentes.

 

No hubo participación de la comunidad educativa en el diseño del reglamento interno o manual de convivencia

 El Estado de Honduras firmó la Convención de los Derechos del Niño el 31 de mayo de 1990 y la ratificó el 24 de julio del mismo año; fue uno de los primeros veinte estados que firmaron este importante instrumento internacional para la protección de la niñez. La Convención formó parte de las leyes nacionales desde el momento que fue ratificada por el Congreso Nacional en 1990. Desde entonces el país ha presentado tres informes oficiales al Comité de los Derechos del Niño. El Código de la Niñez y la Adolescencia aprobado en septiembre de 1996 (Decreto N° 73-96) que obliga al Estado y a la sociedad civil a crear elementos apropiados para que la niñez pueda crecer como sujeto con derechos y responsabilidades (Artículo 28).

Toda institución educativa necesita normas operativas claras y acuerdos precisos que permitan el ejercicio de una sana convivencia que contribuyan al desarrollo integral de los miembros de la comunidad.

Por otro lado, el ejercicio de la participación y la organización de la niñez y juventud es la mejor expresión de su reconocimiento como sujetos de derecho. Esto implica que los mismos son agentes activos en la promoción y exigencia de los derechos de que son acreedores por ser seres humanos. Al igual que los adultos, tienen derecho a expresar su opinión sobre asuntos que les competen en el ámbito familiar, de la escuela y comunitario, tienen la capacidad para organizarse y plantear soluciones a problemas que les afectan.

  1. El qué

Existen muchas definiciones y opiniones sobre que debe entenderse por un reglamento interno, desde aquellas que consideran los reglamentos como un instrumento de disciplina y control para el ámbito escolar donde se plasman conductas incorrectas y sus respectivas sanciones, hasta aquellas en las cuales se valora a los reglamentos como una herramienta educativa para la resolución de conflictos.

Consideramos que un reglamento escolar y la figura de los manuales de convivencia se complementan y contribuyen a mejorar la vida escolar.

Sequeda y González (2003) piensan que el Manual de Convivencia debe romper con los antiguos esquemas educativos, para dar cabida a una comunicación horizontal, al diálogo permanente, a la comprensión de la cultura y a la estructuración de la autonomía, de la conducta, de la madurez y de la personalidad de los educandos.

Borrero García (1997), quien considera que el Manual debe convertirse en un referente de conductas entendibles por el niño, con reglas justas establecidas para el bien común, que le permitan actuar por convencimiento y no por temor y represión. Propone que no necesariamente los Manuales de Convivencia deberían estipular faltas y sanciones, sino más bien informar a la comunidad educativa

de las instancias a las cuales puede acudir en caso de conflicto y dónde y cómo opera cada una de ellas.

El diseño del reglamento interno para la convivencia escolar se debe realizar de forma participativa donde cada uno de los actores que integran la institución educativa tenga posibilidades reales de exponer sus puntos de vista y presentar aportes. Asimismo, es importante garantizar la participación de los alumnos y alumnas en el diseño del reglamento interno para la convivencia escolar, su participación no puede ser pasiva o de simples espectadores. Los alumnos y alumnas en la medida que participen tendrán mayor información y disposición de cumplir con las normas y pautas.

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