Emprendimiento
damita1216 de Noviembre de 2012
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INTRODUCCION AL EMPRENDIMIENTO.
Emprender es una actitud nata en el ser humano. Todos los días el ser humano esta ingeniando algo para poder crecer. Lo exige el mismo devenir del entorno. Si quiere continuar y permanecer, se necesita emprender una idea, algo que sea motivador, que impacte y beneficie, incluso, que sea el escalón para seguir creciendo. No podemos separar el emprender de la vida cotidiana. Para que haya proyección de la persona se necesita querer cambiar la cotidianidad,. No obstante, la vida de un ser humano es la mayor empresa y un gran proyecto de emprendimiento con la que cualquier individuo debe enfrentarse desde el momento en que es concebido, luego al nacer, posteriormente al crecer y madurar, y finalmente al reconocer que los tiempos no son estáticos y que en algún momento se deben dar pasos, para que otros puedan vivir su propio emprender. Sin embargo, en este proceso se necesita aprender a mantenerse. Pues como ya ha quedado claro, emprender no sólo hace referencia a formar empresa, se trata de aprender a vivir.
El cambio que debe generar en el interior de cada uno de nosotros, debemos decidirnos a cambiar nuestra forma de ser, no ser conformistas debemos emprender, debemos generar una cultura para transformar un país, pero primero debemos transformar nuestra propia cultura, es necesario impactar nuestros deseos y sueños “desde nuestro interior”.
Los nuevos profesionales y el emprendimiento desde su interior
Al expresar la necesidad que los jóvenes, piensen en cambiar la forma de hacer país, se debe realizar desde dos frentes: la juventud y la educación formal. En primer lugar, porque más que ser “el futuro del país”, son los jóvenes colombianos quienes tienen la responsabilidad de entrar a transformarse para mejorar los escenarios socioeconómicos actuales y en segundo lugar, porque a partir de la escuela se hace posible desarrollar un proceso efectivo de aprendizaje que no debe desperdiciarse, siendo esta la plataforma ideal, en especial si se trata de desarrollar individuos con las habilidades y capacidades necesarias que debe tener un emprendedor.
Asimismo, solo cuando los jóvenes tomen conciencia que deben cambiar e interiorizar el conjunto de rasgos y características propias del ser que determinan el comportamiento de un individuo y pueden llevarlo a convertirse en un potencial emprendedor con grandes oportunidades y capacidad para lograr el éxito.
Reconociendo que el continuo cambio personal, cambiara el entorno cultural en el que vive, poco o nada está ayudando a mostrarles a los jóvenes colombianos que existe una necesidad de “aprender para vivir”, podemos afirmar que las consecuencias de tales circunstancias redundan en la formación de una juventud colombiana que cojea ante la falta de las correctas herramientas para encarar un futuro, lo que se opone a que se produzcan en el interior del individuo cambios significativos que contribuyan a la construcción de una sociedad más humana, solidaria, innovadora, con más empleos y más competitiva económicamente.
Se trata de revolucionar la manera de pensar y creer; de asumir el riesgo de encontrar en el emprendimiento una opción de vida y finalmente, de empezar a abrirse un camino y trabajar, para que lo bueno de hoy, sea excelente en el mañana y para que lo que no es tan bueno, pueda encontrar el camino correcto.
EL EMPRENDIMIENTO
Actualmente, la palabra “emprendimiento” se ha fortalecido y es objeto de estudio en casi todo el mundo. Es un tema relevante, debido a que es la base para construir una sociedad más dinámica, innovadora, creativa, competitiva y por su inminente importancia para el desarrollo económico de los países.
ENFOQUE DEL SOBRE EMPRENDIMIENTO EN EL MUNDO
La mayoría de personas llaman “emprendimiento”, a la búsqueda de un proyecto, que puede desarrollar para convertirlo en una empresa prospera que cambie su situación económica. Sin embargo, una definición clara de lo que es emprender o mejor aun lo que es “el espíritu empresarial”, la proporcionó la Comisión Europea en el año 2005:
“Por espíritu de empresa se entiende la habilidad de la persona para transformar las ideas en actos. Está relacionado con la creatividad, la innovación y la asunción de riesgos, así como con la habilidad para planificar y gestionar proyectos (propios o de terceros) con el fin de alcanzar objetivos. En esta competencia se apoyan todas las personas en la vida cotidiana, en casa y en la sociedad (los asalariados al ser conscientes del contexto en el que se desarrolla su trabajo y ser capaces de aprovechar las oportunidades), y es el cimiento de otras capacidades y conocimientos más específicos que precisan los empresarios al establecer una actividad social o comercial.”
El concepto se puede desglosar como:
• Habilidad para transformar ideas en hechos.
• Se relaciona con creatividad, innovación y asunción de riesgos.
• Habilidad para planificar y gestionar proyectos que conllevan a un objetivo.
• Una competencia que las personas aplican en su vida cotidiana.
• Cimiento de otras capacidades y conocimientos específicos enfocados a la actividad social o comercial específicamente hablando de la empresa.
Este concepto de emprendimiento es sin duda alguna muy completo. Además se centra en las competencias necesarias para desarrollar la empresa , lo que es comprensible, dado que en la práctica, se está trabajando en el desarrollo de una empresa. Sin embargo, en este punto cabe aclarar que el concepto suele pasar por alto temas como el “ser” del emprendedor y la “razón” de ser emprendedor. Otra manera acorde con el concepto anterior, fue descrita en el Reporte anual del GEM para Bogotá 2010 como que “El emprendimiento es, pues, una actitud de las personas, una cultura, una capacidad central de las empresas y una característica de entorno competitivo en la ciudades y los países. Estos tres niveles tienen que funcionar en forma sincronizada –como un engranaje-, dado que cada uno de ellos se alimenta de la acción de los otros.”
Con este esquema es con el cual se debe entender el emprendimiento. Sin embargo, en la realidad, el emprendimiento se estaría abordando desde solo una de las ópticas planteadas por el concepto, la idea de emprendimiento como “capacidad central de las empresas”. Asimismo, la mayoría de escenarios y programas para emprender se esfuerzan por afianzar el ser empresario, y limitan al espíritu emprendedor únicamente a ser un “Cimiento de otras capacidades y conocimientos específicos enfocados a la actividad social o comercial específicamente hablando de unidades económicas”.
Esto visible en los esfuerzos por mostrar las ventajas de emprender “formando empresa”, enseñando a crear buenos planes de negocio, desarrollando fondos de inversión, etc., que prestan un buen servicio al futuro empresario, pero que no desarrolla las habilidades necesarias para que todos estos incentivos sean usados de manera eficiente.
Los mejores recursos para servir de estimulo al emprendimiento no han sido tan fáciles de distinguir, y han sido dos los planteamientos más importantes que han dominado la teoría y la práctica del emprendimiento y su promoción en el pais.
1. El primer enfoque, supone que el desarrollo empresarial se ve restringido por errores en la política circunstancial del estado, tales como leyes y reglamentos inadecuados, políticas de crédito solo para los que poseen empresa, sistema y cultura tributaria intimidante, y burocracias ineficientes.
La respuesta a este tema, fue modificar la política nacional con el propósito de mejorar el clima para los negocios, la ley 1014 de 2006 transforma las condiciones de creación de empresas y promulga el emprendimiento a cualquier edad, se realizan convenios para hacer el capital más asequible, y se reestructura el sistema impositivo (impuestos parafiscales para generación de nuevo empleo a través de nuevas empresas (ley 1429 de 2010). La hipótesis que fundamenta estos enfoques fue que un mejor clima de negocios daría por resultado una mayor actividad emprendedora (empresarial).
2. El segundo enfoque tradicional presume que los emprendedores potenciales carecen de conocimientos necesarios para la creación y dirección de nuevas empresas o que les faltaba acceso a información, en lo que respecta a las oportunidades de negocios.
La respuesta fue la creación de los programas de desarrollo empresarial, que enseñan los principios básicos de planeación, financiación, dirección y acceso a información, para la creación de planes de negocios. Y un sinnúmero de fundaciones, institutos, asesores expertos crearon empresa y vendieron miles de documentos de “cómo hacer un plan de negocios, como elaborar un efectivo plan de empresa”,
Pero las instituciones de formación de emprendedores se encuentran con un decepcionante modelo muy marcado en los resultados de sus programas, un número muy pequeño de empresas creadas después de haber terminado el proceso de aprendizaje, y después de haber empleado recursos importantes en el proceso de capacitación. En conclusión no hay suficientes empresas para la gran cantidad de recursos empleados.
Aquí es donde realmente se objeta el proceso, y se hace la pregunta; “¿el emprendedor Nace o se Hace?
Teniendo en claro que si el fenómeno del emprendimiento en su conjunto requiere de que este engranaje funcione sincronizado, debemos cambiar el esquema del emprendimiento (netamente
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