Empresa de transportes S.A

EMPRESA DE TRANSPORTES S.A.

E.T.

Empresa de Transportes (E.T.) fue fundada en los años 60 por la familia Alva para brindar servicio de transporte inter zonal entre Chiclayo y Lambayeque. Hacia finales de los ochenta, contaba con 12 buses, 6 mecánicos, 12 choferes y 4 empleados. Las rutas que atendía era Chiclayo-Lambayeque, Chiclayo-Piura y Chiclayo-Trujillo.

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En Setiembre de 1981, a la muerte del Sr. Alva, el Sr. Antonio Canepa, que se dedicaba en ese entonces al negocio de transporte de carga, compra la empresa y asume la organización, los activos y los pasivos de E.T.

Al terminar los ochenta E.T. vendía más de 9 millones de dólares y contaba con una flota de 120 buses, 50 agencias, 20 concesionarios y una planilla de 550 personas.

Ella entrado en los 90´, E.T. había obtenido la concesión de rutas en la Costa Sur del país y sus operaciones dejaban de ser regionales para convertirse en una empresa con alcance nacional.

El entorno económico y las políticas del sector transporte sufren cambios profundos que afectan a la empresa e introducen súbitamente, nuevos competidores en todas las rutas a nivel nacional.

En esta etapa de crecimiento coincide con el fallecimiento de don Antonio Cánepa debido a una penosa enfermedad. Sus hijos Ricardo y Federico conjuntamente con el Sr. Alberto Zardetto, hombre de confianza de Antonio Cánepa, toman la dirección de las empresas del grupo, en las que también se incluye la empresa Complejo Industrial Chinguirito, la cual comprende una Planta de Harina de Pescado y 7 embarcaciones pesqueras. Su centro de operaciones está situado en Chimbote y sus oficinas administrativas en Lima.

La sede principal de E.T. estaba situada en Chiclayo y debido al crecimiento de la empresa se había planteado centralizar las operaciones en la ciudad de Lima, para lo cual se había adquirido un local de 60,000 m2 en el distrito de Santa Anita.

El Grupo Cánepa comprendía además una empresa ganadera, una inmobiliaria y varias imprentas; el manejo operativo de las empresas se encuentra descentralizado en cada empresa pero se nutre de la continua participación e interferencia de los dueños. Si bien en teoría cada uno de los principales accionistas y miembros de la familia ha tomado

responsabilidad del manejo operativo de una de las empresas del grupo, en la práctica todos participan y están atentos de todo, desde las compras de pernos para el taller hasta decisiones estratégicas de renovación de flota o búsqueda de nuevos negocios.

La organización de la empresa obedece a una estructura netamente familiar aunque formalmente se esboza un organigrama para E.T.(Anexo N° 1). La estructura informal impera por la inclinación de los dueños hacia los “fierros” interviniendo en las decisiones de mantenimiento y abastecimiento, mientras el Gerente General, Sr. Alberto Zardetto, se encarga de todo lo relacionado al “papeleo”.

No existe gerencia intermediaria, y a lo largo de toda la organización existen familiares que informan directamente a los señores Cánepa de las actividades diarias y de las novedades del servicio. Sólo un puñado de empleados y operarios se sienten identificados con la empresa porque de una u otra forma han llegado a tener acceso directo con los dueños y sus familiares.

El señor Ricardo Cánepa, hermano mayor de la familia, con una personalidad propensa al riesgo comanda el grupo y sus actividades se centralizan en el negocio de la pesca, la cual afronta problemas de abastecimiento de repuestos, por lo cual no puede producir a toda capacidad en la Planta de Chimbote.

Federico Cánepa se ocupa de los negocios relacionados al transporte y Alberto Zardetto como Gerente General y representante legal. El Grupo factura algo más de 15 millones de dólares y tienen un nivel de compras de 7 millones.

SITUACION PARTICULAR

En enero de este año, después de las fiestas de fin de año, la señora Rosa María viuda de Cánepa, madre de Ricardo y Federico, viajo a Lima en el Servicio Imperial de E.T., esto normalmente no sucedía ya que por su edad era preferible que viajara por avión, sin embargo, en esa oportunidad no pudo obtener un cupo en la aerolínea y era urgente su presencia en Lima para la firma de una minuta de compra-venta de un inmueble de su propiedad.

La señora no molestó a ninguno de sus hijos para la reservación de su pasaje y mandó a uno de sus empleados domésticos a sacar un pasaje en el turno de las 8:00 pm. Como si fuera cualquier cliente, en parte para evaluar la calidad del servicio.

Hecho esto se presentó al terrapuerto para viajar puntualmente a la ciudad de Lima. En la agencia advirtió que ningún personal de servicio podía reconocerla, ya que la gente de ese turno era nueva y el administrador había sido recientemente contratado, además el pasaje fue sacado con su nombre de soltera.

El viaje se inició con puntualidad, pero notó cierto nerviosismo de la azafata cuando trató de prender los televisores del bus y no lo lograba; solicitó la ayuda del copiloto, éste le dio un golpe lateral al equipo y llegó a hacerlo funcionar, luego pusieron la primera película del viaje y dejaron el salón de pasajeros para irse a la cabina de conductores.

A la mitad de la película, la cinta comenzó a fallar y uno de los pasajeros de los asientos delanteros llamó a la azafata para que arregle el problema, ella fue solicita al tratar de repararlo; sacó el video, lo rebobinó hacia adelante y hacia atrás, prendió y apagó el VHS, el TV, pero por más artimaña que hizo la cinta seguía viéndose con distorsiones y con un sonido que más parecía ruido que otra cosa.

La azafata se disculpó ante la audiencia y argumentó que las fallas se debían cintas defectuosas del proveedor de videos. La señora Rosa María estaba mortificada y decidió preguntar a la azafata si podían poner otra cinta, a lo cual accedió. Luego de esta película sirvieron la comida, la que no tuvo aceptación por gran parte de los pasajeros por estar fría y grasosa; la azafata explicó que el horno estaba defectuoso.

La señora Rosa María estaba tomando nota de todo lo acontecido y buscó conversación con el pasajero que la acompañaba en el asiento adjunto, entablando la siguiente conversación:

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