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Evolucion Del Sistema Monetario Internacional

joseluis8927 de Mayo de 2012

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Introducción

Un país puede usar políticas monetarias, fiscales y de tipo de cambio para modificar los niveles de empleo y producción dentro de sus fronteras. Aunque el análisis supone que las condiciones macroeconómicas en el resto del mundo no se vean alteradas por las acciones del país que estudiábamos, este supuesto no es un supuesto realista: cualquier variación en el tipo de cambio real de un país implica, automáticamente, una variación de sentido opuesto en los tipos de cambio reales de los otros países, y cualquier cambio en el gasto interno total de un país es probable que altere su demanda de productos exteriores (sus importaciones). A menos que el país sea de tamaño insignificante, los acontecimientos dentro de sus fronteras afectan a las condiciones macroeconómicas en el exterior y, por ello, complican la tarea de los gestores de la política económica de los otros países. Esto implica que las decisiones de política económica de los Estados Unidos sin duda afectan lo que sucede en México, y en consecuencia nuestro país debe actuar.

Este documento examina como el sistema monetario internacional influyó en la política macroeconómica y en los resultados de tres periodos: la época del patrón-oro (desde 1870 a 1914), el periodo de entreguerras (de 1918-1939) y el periodo tras la Segunda Guerra Mundial durante el cual los tipos de cambio se fijaron según el acuerdo de Bretton Woods (1945-1973).

Evolución del Sistema Monetario Internacional

Los objetivos de la política macroeconómica en una economía abierta:

En las economías abiertas los gestores de la política económica están motivados por los objetivos de equilibrio interno y externo. Definido de modo sencillo, el equilibrio interno requiere el pleno empleo de los recursos de un país y la estabilidad interna de los precios. El equilibrio externo se obtiene cuando el déficit por cuenta corriente de un país no es ni tan elevado que éste no sea capaz de hacer frente a sus deudas exteriores futuras, ni su superávit sea tan abultado que coloque a los extranjeros en una situación complicada. Las definiciones de equilibrio interno y externo dadas anteriormente resumen, sin embargo, los objetivos que comparten la mayoría de las autoridades económicas con independencia de su entorno económico concreto.

El equilibrio interno: el pleno empleo y la estabilidad del nivel de precios

Cuando los recursos productivos de un país están plenamente empleados y su nivel de precios se encuentra estable, decimos que el país se encuentra en equilibrio interno. Sin embargo, si la economía de un país esta “sobrecalentada” y los recursos están sobreempleados, también tiene lugar una mala utilización pero de diferente tipo (aunque probablemente menos nociva). Los trabajadores que hacen horas extraordinarias, por ejemplo, podrían preferir trabajar menos y tener mayor tiempo para disfrutar del ocio, pero sus contratos les exigen trabajar más durante las épocas de demanda elevada. Las maquinas que están trabajando más intensamente tendrán que sufrir averías frecuentes y a depreciarse mas rápidamente.

El equilibrio externo: el nivel óptimo de la balanza por cuenta corriente

La noción de equilibrio externo es más difícil de definir que la del interno, porque no hay elementos de referencia como son el “pleno empleo” o la “estabilidad de los precios” para aplicar a las transacciones externas de una economía. Un país que esté comprometido a mantener fijo su tipo de cambio frente a las monedas extranjeras, por ejemplo, puede muy bien adoptar una definición de equilibrio externo diferente de la de aquellos que tengan tipos de cambio flotantes.

Los textos de economía internacional identifican a menudo el equilibrio externo con el equilibrio de la balanza por cuenta corriente. Aunque esta definición es apropiada en ciertas circunstancias, no es adecuada como regla general. Ya que se debe tomar en consideración que un país con déficit por cuenta corriente esta tomando prestados recursos del resto del mundo, que tendrá que devolver en el futuro.

¿Cómo debería clasificarse un objetivo de empleo para las industrias de exportación, por ejemplo, cuando el crecimiento de las exportaciones influye en la capacidad global de la economía para pagar su deuda externa?

Dependiendo de los acuerdos establecidos sobre tipos de cambios, las autoridades económicas pueden estar preocupadas por alteraciones en otras cuentas de la balanza de pagos distintas de las de la cuenta corriente. Para complicar aun más las cosas, la línea divisoria entre los objetivos internos y externos puede ser borrosa y confusa.

La política macroeconómica internacional bajo el patrón-oro, 1870-1914

De acuerdo con Paul Krugman y Maurice Obstfeld, el periodo del patrón-oro entre 1870 y 1914 se basó en ideas muy diferentes sobre la política macroeconómica internacional, si lo comparamos con aquellas que han formado la base de los acuerdos monetarios internacionales en la segunda mitad del siglo XX. Pueden considerarse como el intento de construir sobre la fortaleza del patrón-oro evitando sus debilidades. Esta sección analiza como funcionó en la práctica el patrón-oro antes de la Primera Guerra Mundial, y como podían los países conseguir sus objetivos de equilibrio interno y externo con este sistema.

El patrón-oro tuvo su origen en el uso de las monedas de oro como medio de cambio, unidad de cuenta y deposito de valor. A pesar de que el oro había sido usado para estos propósitos desde tiempos antiguos, el patrón-oro, como institución legal, tiene su origen en 1819, cuando el Parlamento Británico aprobó la Resumption Act. Esta ley derivaba su nombre de la exigencia de que el Banco de Inglaterra reanudara su practica interrumpida cuatro años después del estallido de las guerras napoleónicas (1793-1815) de cambiar papel moneda por oro a un tipo fijo. Más entrado el siglo XIX, Alemania, Japón y otros países también adoptaron el patrón-oro. En este momento, la Gran Bretaña era el líder económico en el mundo, y los otros países tenían la esperanza de conseguir un éxito económico similar imitando las instituciones británicas. Los Estados Unidos se unieron efectivamente al patrón-oro en 1879 cuando fijo al oro los “billetes de banco” (“Greenbacks”) emitidos durante la guerra civil. La ley del patrón-oro de los Estados Unidos de 1900 institucionalizó los vínculos entre el dólar y el oro. Debido a la supremacía británica en el comercio internacional y al avanzado desarrollo de sus instituciones financieras, Londres se convirtió, naturalmente, en el centro del sistema financiero internacional del patrón-oro.

Con el patrón-oro la primera responsabilidad de un banco central era preservar la paridad oficial entre su moneda y el oro; para mantenerse esta paridad, el banco central necesitaba un stock adecuado de reservas de oro. Consecuentemente, los administradores de la política económica veían el equilibrio externo no en términos de un determinado objetivo en su cuenta corriente, sino como una situación en la que el banco central no ganara ni (lo que es mas importante) perdiera oro a una tasa demasiado rápida.

Los años de entreguerras, 1918-1939

Los países abandonaron el patrón-oro durante la Primera Guerra Mundial y financiaron parte de sus masivos gastos militares imprimiendo dinero. Además, la fuerza de trabajo y la capacidad productiva se redujeron bruscamente a causa de la guerra. Como resultado de esto, los precios subieron en todas partes al concluir la guerra en 1918.

Algunos países experimentaron un inflación desbocada cuando sus gobiernos intentaron ayudar al proceso de reconstrucción a través del gasto público. Estos gobiernos financiaron sus compras simplemente imprimiendo el dinero que necesitaban, tal y como habían hecho anteriormente durante los periodos de guerra. El resultado de todo ello fue un fuerte aumento en las ofertas monetarias y en los niveles de precios.

El episodio más destacado en cuanto inflación del periodo de entre guerras fue la hiperinflación alemana, durante la cual el índice de precios de Alemania creció desde un nivel de 262 en enero de 1919 a un nivel de 126,160,000,000,000 en diciembre de 1923, lo que representa ¡un factor multiplicador de 481.5 miles de millones!. El tratado de Versalles de después de la Primera Guerra Mundial, impuso a Alemania una pesada carga en cuanto a pagos por reparaciones de guerra a los aliados. En un año, el nivel de precios se multiplicó por 452,998,200. En esas condiciones, la gente no deseaba tener dinero alemán por lo que éste se volvió prácticamente inútil. La hiperinflación terminó hacia finales de 1923, cuando Alemania llevó a cabo una reforma monetaria, obtuvo un cierto alivio en sus gravosas reparaciones y se orientó hacia un presupuesto público equilibrado.

Los Estados Unidos volvieron al patrón oro en 1919. A principios de los años veinte, algunos países suspiraban, cada vez más, por la relativa estabilidad financiera de la era del patrón-oro. En 1922, en una conferencia en Génova, Italia, un grupo de países, que incluía a Gran Bretaña, Francia, Italia y Japón, acordaron la vuelta al patrón-oro y la cooperación entre bancos centrales para alcanzar los objetivos internos y externos. En 1925, Gran Bretaña volvió al sistema de patrón-oro, estableciendo una equivalencia igual a la de antes de la guerra, Para retornar el precio de la libra de oro a su nivel anterior, el Banco de Inglaterra se vio

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