Gabriela y la mentalidad japones.

Gabriela Hernández era la única mujer con el cargo de gerente en la red de distribución de autos marca Senzei en México. A un año de operaciones, la compañía reconoció su labor premiándola con un viaje a Japón. Semanas previas al viaje, el director y dueño de la distribuidora le comunicó que se decidió que sólo acudirían hombres debido a la mentalidad oriental. Ella le expresó que pelearía ese lugar por considerarlo un acto discriminatorio. Él le pidió dejar las cosas como estaban para evitar problemas a la distribuidora.

Analizando la situación en la que se encontraba Gabriela, considero que no fue una decisión adecuada por parte del director Alejandro Aguirre, pues contradice la cultura organizacional que radica dentro de su equipo de trabajo, tal como lo explica Luna y Pezo (2005) “es una variable importante que esta interrelacionada con el comportamiento empresarial. Se concibe como la configuración de la conducta aprendida y de los resultados de dicha conducta, cuyos elementos se comparten y trasmiten a los miembros de una sociedad. Por otra parte, permite que los micro motivos de los actores: necesidades, creencias, valores, reglas, símbolos, entre otros, formen un macro comportamiento”. La cual, demuestra que la toma de decisiones respecto a la estructura laboral debería estar basada en el desempeño y aptitudes de sus colaboradores. Durante el desarrollo profesional de Gabriela, el género no parecía ser una razón de peso en la asignación de puestos. Además, dicha decisión tiene como consecuencia posibles efectos negativos, como desmotivar a Gabriela en el logro de sus objetivos y metas, y generar un daño en la confianza y cordialidad en la relación laboral con Alejandro Aguirre por considerarlo un acto de discriminación de género. Por otra parte, asumir la decisión significaría evitar todo tipo de conflictos con la empresa.

Considerando lo que nos comparte Robbins (2009), ética, son los principios, valores y creencias que definen las buenas o malas decisiones y comportamientos; buscaría entonces, el origen del conflicto poniéndome en contacto con las personas involucradas en la decisión, para defender mi lugar y mis derechos, haciéndoles ver que es un acto de discriminación de género y una resolución indignante. Esto se ve ligado al concepto que nos comparte Robbins (2009) sobre responsabilidad social; “es la intención de un negocio, más allá de sus obligaciones legales y económicas, para hacer las cosas correctas y actuar de modo que beneficie a la sociedad”. Lo que nos demuestra lo injusto de su decisión al poner los intereses de la empresa por encima de la dignidad de sus trabajadores.

Poniéndonos en lugar de Gabriela, ¿estaríamos dispuestos a poner en riesgo nuestro trabajo por llegar al fondo del conflicto, es decir, tratar el tema directamente con la dirección general de Autos Senzei?

Referencias

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