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Gestion Estrategica

koresfc4 de Octubre de 2013

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Resumen

En ambientes de creciente competencia e incertidumbre por la innovación, característica rampante de la globalización, el uso de la inteligencia y la estrategia se ha vuelto casi indispensable; pensar estratégicamente es crucial porque ante la vorágine se requiere, en primer lugar, de una visión de futuro y, en segundo lugar, de pensar la forma en cómo llegar a ella considerando el comportamiento de los demás. En este trabajo se presentan los resultados de una experiencia al formar pensamiento estratégico en estudiantes del área de economía y negocios, mediante una metodología que integra la teoría como sustento básico del aprendizaje, su aplicación con una herramienta tecnológica que simula el ambiente de los negocios, cuyos resultados se comparan en el nivel internacional, complementada con una intervención en una organización, generalmente micro y pequeña, para diseñar su planteamiento estratégico. La aportación de este trabajo, además de la metodología, es la comprobación del avance en el pensamiento estratégico desde la óptica de los mismos sujetos de aprendizaje, los estudiantes, quienes a través de un instrumento de autoevaluación permiten identificar sus principales avances en términos de competencias: conocimientos, habilidades y actitudes para la dirección estratégica.

Palabras claves: pensamiento estratégico, evaluación–competencias, globalización y estrategia.

Abstract

When the environment has an increasing competition and uncertainty for innovation, the application of intelligence and strategy is fundamental. Globalization is characterized by innovation, therefore strategic thinking is crucial. A vision of the future is required to analyze the business environment and then to make a decision which considers competitors. This research presents the results of students taking the course of strategic thinking. The students belonged to the faculty of Business and Economy. The methodology for the course was first teaching the text book theory, and then applying it with the use of a technological tool. This tool was a business environment simulation and the results were compared at international level. Finally, the students worked in teams to design the strategic planning of a local business. The main contribution of this research is the methodology and the evidence of the development of strategic thinking in the class. An instrument of evaluation was applied in the class, so the perspective of improvement comes from the student himself. The student identified his achievements and their growth rates are reported in terms of competences: knowledge, ability and attitude towards strategic management.

Keywords: strategic thinking, competence evaluation, globalization and strategy.

Introducción

En los últimos cincuenta años el mundo ha progresado tecnológicamente más que en todos los periodos anteriores. Después de la Segunda Guerra Mundial, muchos de los adelantos tecnológicos militares se incorporaron a la vida civil, principalmente en el área de los negocios; también muchos de los recursos económicos se destinaron a la investigación y al desarrollo, esencialmente en los países del norte, impulsando fuertemente el desarrollo de la microelectrónica, las telecomunicaciones y la computación, que sentaron las bases para apuntalar la evolución de las tendencias económicas y políticas que venían avanzando fuertemente hacia la globalización (Thurow,1992).

Con esos adelantos las nociones de tiempo y espacio cambiaron; la posible globalización de las actividades productivas y de las finanzas, así como la aceleración de las operaciones comerciales en la década de los ochenta comenzaron a presionar la apertura de las economías, que encontró en los planteamientos ultraliberales el "canto de las sirenas" que anticipaba el predominio del sistema de mercado y la solución a los problemas generados en el pasado por estados intervencionistas y reguladores, y hasta los rezagos por la desigualdad entre personas y regiones (Suárez, 2001).

En el nivel de las compañías se estaba inaugurando una etapa de creciente competencia y de cambios vertiginosos provocados por ese afán de mantener y acrecentar su participación en los mercados (Drucker, 1999). De hecho, ellas eran las que estaban impulsando la nueva era de la globalización convirtiendo al mundo, las regiones, los sectores y los mercados en arena para la creciente competencia y en un juego donde los mejor preparados serían los ganadores. La creciente competencia estaba obligando a reaccionar a los agentes económicos y las reacciones a su vez estaban provocando más cambios; el riesgo y la incertidumbre aumentaban (Thurow, 1992).

Para los noventa, los cambios se aceleraron con la emergencia de las industrias de alta tecnología, las telecomunicaciones, la Internet y la nueva economía de la red; aunado a esto, los procesos de integración económica por bloques estaban modificando la geografía de los centros de poder económico y las hegemonías monetarias. Las formas de hacer negocios se modificaban aceleradamente: la creciente competencia obligaba a las empresas no sólo a reducir sus tamaños y reestructurarse, sino a diseñar estrategias desde una óptica global, que abandonaban paradigmas de la dirección anterior (Drucker, 1993). Hasta en los ambientes locales estaban entrando dos conceptos poco comprendidos en su significado, pero muy sentidos por lo que representaban y afectaban: globalización y competitividad, sinónimos de apertura de las economías, libre circulación de bienes, servicios y capitales, reducción de costos, velocidad en la producción, aumento de la productividad y de la calidad, así como desempleo (Suárez, 2001).

Durante los primeros años del presente siglo, las tendencias tecnológicas, económicas, demográficas, políticas, sociales y ambientales se han acentuado. La tecnología ha permitido aumentar la productividad como nunca se imaginó Tomás Roberto Malthus;1 sin embargo las desigualdades entre las personas y las regiones se han ampliado. Aunque ha continuado el crecimiento de las economías del norte, se percibe una notable preocupación por sus límites en cuanto a consumo de energía y calentamiento global, pues la actual crisis ha puesto al descubierto que son necesarias principalmente mayores regulaciones financieras para los mercados. Las compañías se mueven en una incertidumbre continua provocada por todas aquellas que están innovando para mejorar su posición en el mercado; es una carrera que parece no tener fin, ni ganadores absolutos a primera vista; pero la necesidad de administrar el riesgo se vuelve un imperativo en un mundo en constante cambio. No se puede adivinar el futuro, mas sí imaginárselo y trabajar hacia él mediante estrategias que tengan como premisa una concepción sistémica de los negocios y su entorno, pero sobre todo que incorporen lo complejo de la realidad para tener más claridad y precisión en sus acciones. Se trata de pensar y actuar estratégicamente conforme se avanza.

Se observa que los que progresan son los que entienden que las nuevas condiciones de competencia demandan de gran conocimiento del entorno, de sus tendencias, de sus competidores, de valorar sus atributos y debilidades, pero, sobre todo, de visualizar el futuro, de fijar objetivos de largo plazo y hacer converger todos los esfuerzos para aprovechar las oportunidades; en otras palabras, de tener un pensamiento y una acción estratégica para ser competitivo.

En este sentido, si se quiere que México avance en su posición competitiva, además de que logre un desarrollo social y económico más equilibrado, es necesario que la gente no sólo se prepare científica, disciplinada o técnicamente, sino también que desarrolle un pensamiento y una praxis estratégicos que le permita visualizar el futuro, asignar mejor sus recursos, tomar decisiones considerando los cambios del entorno y concentrar sus esfuerzos con objetivos bien definidos en el largo plazo.

Lamentablemente, estos ejercicios de prospectiva se realizan con más frecuencia en las grandes compañías y en donde existe una administración y dirección profesionalizada; sin embargo, es necesario realizarlos en empresas de todos los sectores y de todos los tamaños, quizá más en las micros y pequeñas por la gran importancia que tienen en la generación de empleos. Los encargados de esas empresas deberían estar preparados en estos procesos o al menos quienes les pueden auxiliar; es decir, los egresados de las escuelas de negocios, así como de las universidades y tecnológicos en general.

En el caso de las escuelas de negocios, formar pensamiento estratégico para ser más competitivos es un imperativo que debe ser asumido con toda seriedad. No se trata de repetir el libro o manual de estrategia, ni de enseñar a analizar o aplicar técnicas (Mintzberg, 2004), sino de generar procesos de cambio en las personas a través de integrar conocimientos, habilidades y actitudes que les lleven a tomar decisiones considerando en todo momento objetivos de largo plazo, cambios continuos por la competencia y una ética de responsabilidad social. No es una tarea sencilla porque debe considerarse la complejidad del entorno y de la organización (Mintzberg, 2004); asimismo, es necesario asumir que las organizaciones son sistemas y a su vez subsistemas inmersos en un sistema más grande que el entorno, el cual puede ser sectorial, regional, nacional y mundial; todo esto para traducirlo en planteamientos estratégicos que posibiliten la competitividad de las organizaciones. Por lo tanto, no es una labor fácil y se deben utilizar los recursos tecnológicos pertinentes.

En este trabajo se presentan los resultados de formar pensamiento estratégico en

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